"Cuando me enteré que iba a poder viajar fue un poco de sorpresa por la cuestión sanitaria pero estoy muy contenta por volver a competir de manera oficial", resumió Ailín que, aunque el barbijo tape gran parte del rostro, no puede ocultar su alegría.

"Fue volver a sentir la adrenalina. Estaba muy nerviosa y no me jugaron a favor pero por suerte anduve bien", comentó. La nadadora de General La Madrid se ubicó en primer lugar en su categoría y quinta en la clasificación final en la rama femenina. La tradicional prueba reunió a casi un centenar de deportistas en el balneario patagónico, característico por su geografía.

"Volver a ver a otros nadadores que hacía un año que no veía, estar atenta a los tiempos, ver la marea, volver a sentir el frío del agua. Todo fue lindo. Fue volver a sentir lo que hacía un año que no sentía. Estoy feliz", recapituló.

"El día sábado se hizo la inscripción y un reconocimiento de la playa. Me metí sin traje para probar cómo estaba el agua y si bien no es tan fría como puede ser en Mar del Plata u otros lugares de la provincia de Buenos Aires, al haber estado un año sin carreras de este estilo sentí el entumecimiento en el cuerpo por el frío pero estaba con tanta energía que no sentí nada. Lo más complejo fue el tema de la marea y las piedras por eso fui con mucho cuidado, porque no conocía", relató Ailín.

"Aunque hacía un año que no estaba nadando en aguas frías el cuerpo tiene memoria y después de hacer la prueba me pude aclimatar rápido. Estoy acostumbrada y además en las horas previas, tomo café y alimentos que me den energía; también estoy abrigada hasta el momento de la carrera", detalló sobre la preparación previa.

El domingo, luego de un retraso por las condiciones finalmente estuvo en carrera y allí la juvenil nadadora lamatritense se relajó.

"Los tiempos no fueron malos pero fue complicada porque no me sentí como antes. En la primera vuelta venía bien pero en la segunda cambió la marea y al no venir nadando con regularidad en aguas abiertas me sorprendió así que me sirvió mucho como experiencia", indicó.

"Lo dificultoso de este tipo de pruebas en mar son las olas y el viento. Cuando largamos estaba planchado pero luego se empezó a levantar y se dificultó, por eso tragué mucha agua salada. Yo venía nadando en pileta y algunas veces en el arroyo así que de la nada tener las olas me desconcentró pero lo importante fue volver a nadar y llegar", dijo entusiasmada Ailín Garay.

Más allá de todo mal no le fue: completó 2 mil metros en poco más de 30 minutos y midiéndose ante nadadores de suma experiencia. Por eso su objetivo es estar el próximo mes de junio en una nueva carrera de la NAF en Viedma.

La deportista de La Madrid fue primera en la rama juvenil y quinta en la general, en la categoría con traje de neopreno.

"Aunque la temperatura del agua no estaba tan fría como he experimentado en otras carreras sí se sentí el desacostumbramiento después de un año sin haberlo usado. El traje que usé es de es grueso entonces te pesan los hombros al llenarse de agua y estar un poco más cómoda para nadar", contó.

"Ahora tengo que seguir entrenando para reforzar el tema de las piernas y los brazos, volver a acostumbrarme al traje y el frío. Tengo que volver a hacer distancia para mejorar las posturas del cuello y las manos. Tengo muchas más ganas que antes", se entusiasmó.

Mantener el enfoque

Ailín Garay comenzó una carrera universitaria y aunque por el momento cursa de manera virtual se hace los espacios para poder seguir entrenando.

"Voy manejando los tiempos así que combino el estudio y el deporte. Por ahí mientras entreno en la cabeza tengo lo de la Universidad pero tengo que ir separándolo y dándole a cada cosa su momento", sostuvo con madurez.

Por último Ailín agradeció el apoyo a la Municipalidad de La Madrid, a través de la Dirección de Deportes, también a los profesores de la pileta climatizada y a Ariel Junger; a Cecilia Vicente, que le prestó el traje para poder competir; al grupo de nado de Coronel Suárez y al equipo del Club Remo de Azul.

"Mi familia es clave es siempre y más en este momento porque estoy estudiando la Universidad y además porque a pesar de la situación epidemiológica que atravesamos me dejan viajar", sumó luego la juvenil nadadora.

En ese contexto contó que por protocolo los competidores permanecen en "una burbuja" que limita las reuniones sociales previas a la competencia y se mantienen los hábitos constantemente.

"Amo nadar. El agua es mi lugar en el mundo. Poder volver a estar en una carrera es estar nuevamente con la adrenalina de la competencia pero a la vez se disfrutan de las otras cosas: nadar, conocer lugares y compartir con otros que hacen lo mismo que vos. Tengo pasión por el agua y si me das a elegir lo voy a seguir haciendo", cerró Ailín Garay.