"Fue un poco una sorpresa, yo esperaba estar seis años", cuenta sobre cómo lo tomó la noticia de su cambio de destino.

Campion no será el único que rotará en su destino, sino que en varios distritos de la Diócesis de Azul ocurrirá lo mismo. El nuevo lugar que ocupará "fue una decisión del Obispo (Hugo Manuel Salaberry) y se van ordenando según las posibilidades de cada uno; generalmente nos pregunta si estamos disponibles para hacerlos y nos plantea el nuevo lugar", detalla.

El por ahora párroco lamatritense pasará a la Catedral "Nuestra Señora del Rosario" de Azul y su lugar será ocupado por Carlos Garciarena. "Yo ya había estado en Azul, pero no en la Catedral. Se toma a la Catedral como un lugar muy importante y de hecho lo es, pero es una parte de la Iglesia. Es el centro de la Diócesis, pero después de un período vuelve a otra parroquia. Hay mucho trabajo, pero voy a estar con otro sacerdote. Es un cambio más, preferiría continuar acá, pero siempre es un desafío y es algo querido por Dios", analiza sobre el nuevo destino.

Eduardo Campion siempre sonríe y está dispuesto a contestar. Su paso por La Madrid dejará una huella.

"Le dejo cuatro años de mi vida. El juicio lo tiene que hacer la misma gente; yo detecto más mis faltas", comenta sobre qué le deja a la parroquia, y lamenta que "en este tiempo no pude hacer que más jóvenes se acerquen a la Iglesia ni que alguien los animara", pero destaca que en La Colina y Líbano sí ocurrió esa premisa que tuvo desde su llegada al distrito, hace poco más de cuatro años atrás. "Dejo una deuda...", resume en tono de broma.

"Puede ser por mí mismo que no sé convocar y también por cierta indiferencia de los jóvenes, pero el primer paso es el mío", se autoinculpa el presbítero.

Durante el tiempo que el padre Eduardo estuvo en La Madrid llegaron constantemente grupos misioneros de otras ciudades, aunque igualmente no se arroga el mérito y recuerda que fue durante el tiempo en el que el Juan Angel Del Giorgio dirigió la iglesia Nuestra Señora del Carmen que comenzaron a llegar.

"Estando los misioneros les costaba convocar a los jóvenes y me hace pensar qué ocurre con la indiferencia hacia lo religioso, habría que ver en los demás cultos, por qué les cuesta participar en instituciones que no sean los clubes", se pregunta.

"De La Madrid me llevo que es una linda comunidad. Hay una colaboración entre las instituciones, porque al ser una comunidad chica nos relacionamos con más confianza. En lo religioso tiene una buena participación, no de jóvenes pero sí de la comunidad", comenta.

La pandemia y la religión. La pandemia de coronavirus obligó a la sociedad a cambiar muchas de sus costumbres y la Iglesia no escapó a esa situación. En los primeros meses de 2020, en momentos del confinamiento más duro cuando los fieles no podían concurrir a la parroquia, el padre Eduardo optó por las redes sociales para mantener el contacto. Los medios fueron otras herramientas para mantener la comunicación con los seguidores.

"Muchos, en su oración personal se preguntaron por qué nos sucede esto. No sé si aprovechó el tiempo para acercarse y redescubrir a Dios y la necesidad que tenemos de acercarnos a Él, porque no podemos solucionar todo", concluye el padre Eduardo sobre cómo se vivió la tragedia de la pandemia.