Vale decir que otra institución lamatritense participó de la Feria y también alcanzó la etapa provincial. Se trata de la ES N° 3 de La Colina.

El proyecto del CENS nació en la materia "Educación para la salud" a cargo del profesor Bruno Vitale Ampuero. Las alumnas que defendieron en las instancias la propuesta fueron Florencia Del Fresno y Vanesa Morales.

"Teníamos ganas de participar de la Feria y encontramos en la ESI una incumbencia porque cuando lo trabajamos encontramos que en los materiales que tienen que ver con la modalidad de adultos hay un montón de contenidos que no estaban incluidos y que eran propios de la sexualidad de los adultos", planteó el docente.

Así nació un cuadernillo que cuenta tres historias desde las perspectiva de dos personas cis y una no binaria.

"Cada personaje recorre ciertos contenidos: maternidad, educación, trabajo. Incorporamos distintas miradas y sus improntas. Son personajes ficticios pero que plantean problemas reales y relevantes. Trabajamos el lenguaje inclusivo", detalló Vitale. El trabajo se desarrolló en poco más de un mes, es de gran calidad e interesante para leer.

En el material que otorga la Dirección de Escuelas sobre ESI "tiene personajes infantilizados aunque era para adultos. Por eso pensamos los pensamos nosotros como si fueran adultos con problemáticas que los pueden atravesar y así surgió la idea. Los personajes son ficticios". "El cuadernillo toca algunos ejes pero no para personas mayores y pretendíamos que se toquen temáticas específicas", mencionó el docente sobre la finalidad del trabajo que hicieron en el CENS.

"Lo que se vio es que en el material no se trabaja las nuevas maternidades, otra tiene que ver con las masculinidades que permitan deconstruirse", ejemplificó luego.

"Los docentes a veces presumimos algunas cuestiones sobre salud sexual y reproductiva y a veces nos encontramos que los adultos no las conocen, o cómo diferenciar orientación sexual de identidad de género. Suponemos que ya lo deben saber pero sucede que no es así. Trabajar con los adultos te hace cambiar el chip porque no hay que dar nada por supuesto", sostuvo el profesor.

"Hay muchos mitos sobre la sexualidad", agregó la directora del CENS, Julieta Leiva y agregó que "tenemos alumnos de distintas edades, desde los 18 años y hasta más de 50, y plantear estos temas genera un debate basado en contenido".

"Cuando recibimos la invitación para participar de la Feria se lo transmitimos a los profesores para invitarlos e incentivarlos. Enseguida Bruno (Vitale) estuvo muy interesado y los alumnos recibieron muy bien la idea".

"Las clases están planteadas para que exista el debate y el intercambio de ideas, siempre desde un marco de lo reglamentado. Yo tuve que cambiar el chip pero ellos también lo están haciendo", mencionó Bruno Vitale Ampuero.

"El sistema educativo tiene una deuda con la mayoría de estos alumnos y recuperarlos es un desafío, muy valedero. Para muchos fue darle calidad a lo que estaban haciendo, los emocionó y encontraron que estaban viviendo lo que transitan otros alumnos en la Secundaria y tener todas las posibilidades, por ahí pasó el incentivo", resumió sobre la conclusión del proyecto.

Clases y desafíos

"Siempre se busca tocar una fibra y llegar a una sensibilidad para que el contenido los transforme", contó el profesor Bruno Vitale Ampuero sobre su trabajo intraáulico.

"A veces se piensa que la modalidad de educación tiene menor calidad o que no es para todos pero no es así. Esto tiene que ayudar a visibilizar que reciben una educación de calidad", destacó luego.

"Las clases siempre dependen del grupo que te toca: si es muy charlatán hay que armar debates; si es muy lúdico opto por los juegos… además de dar contenido tenemos mucha flexibilidad de temas y si hay un tema que verdaderamente los convoca lo traigo. Son estrategias que sirven y que tengo que ir reviendo", sumó.

"Hay que escucharlos, ver cuáles son sus inquietudes y no callarlos nunca, siempre tratar de que aquel que tiene ganas de hablar sea el vocero de lo que quieren exponer; los hago participar muchísimo: arman clases, debates, juegos. El dinamismo de las clases es lo que hace que vengan y quieran quedarse porque si son estáticas los perdés", marcó.

En el CENS conviven alumnos adolescentes y mayores. Para Vitale Ampuero, las clases "les transforman la vida y todo el tiempo te lo agradecen. Trabajar con adultos es una experiencia muy linda, es apasionante".

"Los alumnos no solo quieren alcanzar el título sino que lo utilizan como un espacio de socialización y de contención, es el momento que se dedican a ellos. La mayoría son alumnas mujeres y madres que dejan mucho para venir a estudiar pero lo hacen porque quieren y están felices dentro de la escuela", ahondó Julieta Leiva.

Fue una modalidad que "costó muchísimo tanto en la pandemia como después. La vuelta a la presencialidad fue muy compleja porque dejaron de hacer las clases desde sus casas y empezaron a cumplir un horario, y para ello tienen que dejar a su familia, organizar su casa y el trabajo", mencionó.

"Muchos de nuestros alumnos son trabajadores no formales y por eso es una matrícula fluctuante porque trabajan en changas", cerró la directora del CENS.