Esto fue comunicado en rueda de prensa por parte de integrantes de dicho grupo de trabajo que estuvo representado por el intendente Pablo Torres; el secretario de Seguridad, Daniel Bayones; la secretaria de Salud, Romina Simón; y el concejal Mauro Estrabeau (Cambiemos).

Si bien en el parte matutino de ayer se observó que fueron dados de alta 20 pacientes -el número se redujo a 68-, la situación sigue siendo sumamente preocupante y existe un altísimo grado de preocupación.

"Tenemos cuatro vecinos internados en la región (uno en Bahía Blanca y tres en Olavarría) en terapia intensiva y si nosotros tuviéramos que tenerlos internados aquí, estaríamos a punto de saturar", dijo Torres, agradeciendo al intendente Ezequiel Galli y el Municipio de Olavarría "por la buenísima voluntad y respuesta dada en este sentido".

Con un brote extendido de más de 300 casos, la situación es compleja y en cualquier momento o en los próximos diez días "podemos estar en una situación, cuyo costo se va a medir lamentablemente en la pérdida de vidas", dijo de un lado de crudeza que traslucía toda la decepción y toda su preocupación,

Pese a que la mayoría de la población tiene una conducta acorde y responsable, dijo Torres, "nos damos cuenta que en los últimos días ha habido un nuevo relajamiento que surge del diagnóstico de los casos positivos".

En este punto habló de extremos, citando "el caso del comercio clausurado el jueves (ver aparte), o gente con síntomas que sigue su vida normal, gente que fue hisopada y que mantuvo contacto con terceras personas".

"Estamos llegando a un punto límite que no sabemos si vamos a poder mantenernos en este lugar sin que se quiebre el sistema de salud municipal", advirtió Torres, e hizo un llamado a la ciudadanía remarcando que "la situación no puede continuar así, que necesitamos con premura bajar la cantidad de contagios con el compromiso de todos y todas".