Desde mañana y hasta el 26 de marzo en Paraná, Entre Ríos, se disputará el 11° torneo Panamericano de Maxibásquet. En los seleccionados de la Argentina de las categorías +40, +45 y +55 habrá jugadoras de General La Madrid: Laura Rodrigo, Natalia Milo y Susana Broto. Las dos jugadoras que residen en la ciudad contaron sus expectativas.

"Estamos con mucha ansiedad porque se iba a hacer hace dos años y por la pandemia se había suspendido. Cuando se fijó la fecha volvieron las ganas y ahora, en la previa, estamos con más ganas", dice Susana Broto. "Estoy con muchas ganas de que arranque porque a mi edad nunca me había imaginado poder jugar un torneo así y lo quiero disfrutar a full", completa.

Natalia Milo reconoce los nervios. "Tengo ganas de que ya empiece", sostiene y apunta que participar de un certamen internacional "da muchísima alegría".

Ambas, junto a Laura Rodrigo que estará viajando desde Bariloche donde reside desde hace varios años, fueron convocadas para integrar los distintos selectivos nacionales luego de participar en entrenamientos que se llevaron a cabo en enero pasado. Susana integrará el equipo B en la categoría +55, Natalia en +45 en el equipo A, mientras que Laura lo hará en el B +40. Milo y Broto ya habían sido seleccionadas en 2019 cuando pero por la pandemia el certamen se postergó.

"Esto lo hacemos por amor al deporte. Representar a la Argentina es un orgullo", coinciden e insisten que "es increíble" poder disputar un torneo donde habrá jugadores que integraron selecciones de distintos países. "Sabemos que el ?cuco? es Brasil", apuntan. "Nosotras no tenemos la trayectoria de otras y lo vivimos como si estuviéramos en otro planeta", mencionan y destacan que varias de sus compañeras y rivales tienen actividad constantemente, cuestión que ellas no, aunque estuvieron entrenando todo este tiempo para llegar de la mejor manera a la cita paranaense.

"Pensé que me iba a costar un poco más desde lo táctico porque sólo tuvimos un momento para entrenar pero por suerte estaba todo internalizado. En mi caso sigo con la misma categoría y eso me favorece", explica Susana Broto.

"En poco tiempo tenés que demostrar lo que podés dar al equipo y esa puede ser una desventaja", añade.

Tal es la pasión por el deporte y el básquet en particular que Natalia Milo, cuando participó de la práctica previa al torneo (en enero) se estaba recuperando del Covid. "Me pegó fuerte pero en el entrenamiento dejaba la vida y hasta me tuve que dar inyecciones porque estaba mal pero sabía que era la única oportunidad", ejemplifica.

"Voy con mucha expectativa y ganas pero tanteando todo porque soy la nueva y me dijeron que iba a ligar un corte de pelo o algo así pero tengo muchas ganas y expectativas", cuenta y sonríe.

Las jugadoras lamatritenses repiten sobre la falta de competencia continuada en este tiempo. No obstante agradecen al CEF porque allí entrenan junto al equipo femenino y antes del viaje han podido practicar en instalaciones del Polideportivo.

Amor al deporte

"A las dos nos encanta hacer deporte. Susana hace un montón de actividades y yo juego al básquet y corro como pasatiempo. El básquet me apasiona para jugarlo, arbitrarlo y mirarlo pero a esto lo vivo como un desafío personal… a veces sucede que uno piensa que tiene ?la vida hecha?, la rutina del trabajo y los hijos y esto es la posibilidad de hacer algo por mí. Jugar con la selección es un desafío personal y nunca me imaginé llegar a donde estamos y que tengamos puesta esta camiseta", apunta Natalia y se emociona.

"Lo mío es amor al deporte y a la competencia. Que se me haya presentado la posibilidad de jugar un Panamericano a esta edad es algo que no esperaba por eso lo quiero disfrutar. Estoy en un momento donde puedo disfrutar de mí tiempo y lo uso para hacer lo que siempre amé: hacer actividad física porque es lo que me hace feliz y por suerte mi familia me banca y me acompaña", completa Susana Broto.

Susanita y Natalia son referentes del deporte en La Madrid, aunque Milo no sea originaria de la ciudad. Las dos coinciden en la falta de oportunidades que tienen las mujeres de tener competencia continuada.

"Es una falencia de toda la vida y continúa", lamenta Broto sobre las escases de deportes femeninos federados.

"Se intentó pero cuesta el doble de lo que le cuesta a los varones por eso hay que seguir insistiendo porque el que persevera triunfa. Es una lástima que haya pasado tanto tiempo y no se haya podido lograr. La competencia te da no solo la posibilidad de entrenar sino también de crecer", reflexiona la ex directora del CEF N° 66.

"Cuando sos más grande te la rebuscas y buscás mantenerte en forma pero da pena que las chicas, por ejemplo del básquet en Racing que tienen potencial y no puedan explotarlo", indica Natalia. "Se hace difícil para mantener la incentivación porque van a entrenar pero lo lindo es el partido", observa luego.

El problema, coinciden, no es falta de determinación de los clubes sino que no hay equipos en la zona, los costos y la burocracia en muchos casos.

"El deporte no solo tiene que ver con la competencia misma. Hay chicas que se van a estudiar y tuvieron la posibilidad de hacerlo y les permite insertarse. En lo social el deporte ayuda un montón por eso no hay que perder de vista la importancia, te abre puertas", cierran Natalia Milo y Susana Broto.