El domingo General La Madrid fue sede del motoencuentro organizado por la agrupación "Las Gamas MG". Casi 60 moteros de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires se reunieron para compartir buenos momentos y charlar sobre lo que los apasiona. Tres de los participantes contaron sus experiencias arriba de las dos ruedas.

"La moto es una costumbre que no me puedo sacar. Hacía mucho tiempo que no andaba pero con un grupo de amigos vimos la convocatoria y nos pareció bárbaro. Lo más lindo de la moto no es llegar sino el viaje, la sensación de libertad que te da, ningún otro vehículo te la puede ofrecer", sostuvo Juan Carlos Castillo.

"El viento se aguanta. Para andar en moto hay que tener un buen equipo, sobre todo por el frío. El gasto más grande es el casco", señaló.

"La moto siempre la tuve y he ido a muchos motoencuentros. Correr carreras de aventura empecé por una cuestión de salud y me mantengo por eso… no me falta nada, con mi edad demasiado con que pueda andar y divertirte los fines de semana con los amigos y las personas que uno estima. Por ahí pasa el secreto de la vida", cerró.

"La idea es juntarnos. Estaba pensada para los locales pero se viralizó y vino gente de Tornquist, Villa Iris, Henderson, Laprida, Olavarría, Coronel Suárez… Se te pone piel de gallina porque es lindo ver que responden y si te dicen que vienen, lo hacen", apuntó Marcelo Piano y anticipó que "la idea es hacer un encuentro más grande cuando empiecen los días más lindos".

"La cilindrada no importa, es una cuestión del viajero. Hay gente que anda en una moto chica por una cuestión de comodidad y economía. No importa la cilindrada porque a la hora de compartir somos todos iguales y no hay diferencias", indicó.

En cuanto al tema de las conversaciones sintetizó: "somos mototemáticos". "Primero se habla de motos, después de motos y si queda un poco de tiempo seguimos hablando de motos. Política, fútbol y religión son temas muy sensibles… Se habla de motos, motos y motos", concluyó Marcelo Piano.

José tiene 70 años y llegó desde Coronel Suárez. "Hace 23 años que ando en moto. Arranqué con un Garelli 50. Llevamos unos cuantos kilómetros, recorrimos casi la mitad de la Argentina en La Pampa, Neuquén, Chubut, Tierra del Fuego, Formosa, Córdoba, Mendoza… En el verano hice 4 mil kilómetros. Venimos a apoyar esto porque esto es muy lindo. Esto trae mucha gente de todos lados y genera ganancias en el pueblo", apuntó.

"He ido a más de 200 kilómetros. Esto es como un cigarrillo: fumás uno y querés seguir; una vez que vas a un encuentro te encontrás con personas que se vuelven amigos entonces querés ir a otro porque sabés que te las vas a volver a cruzar y charlar de las cosas de uno y otro. Yo estaba desesperado de poder volver a salir porque es algo que te empuja", subrayó.

El mundo motero "es muy cordial", aseguró y mencionó que "en la ruta nunca te vas a quedar tirado porque seguro que otro te va a ayudar".

"Arranqué con una moto chiquita; me fui de Coronel Suárez a Choele Choel. Ves motos extraordinarias pero para ser motero no necesitás un R1 sino que son las ganas tuyas", remarcó. 

"La mayoría de las ocasiones viajo con mi señora pero esta vez vine solo por el frío. En las vacaciones estuvimos 35 días recorriendo el norte: Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, Córdoba. Generalmente viajamos con la carpa porque es el nivel que podemos pero lo más importante es poder compartir: Se habla de motos pero también de la vida de uno y otro… esto es una cosa muy linda. A mí muchos me han dicho que es una locura pero si te gusta te la bancas. He pasado de todo pero es como a los que les gusta el fútbol que corren detrás de una pelota para hacer esto te tenés que apasionar", selló José.