En 2013 volvió a crecer el número de cabezas de ganado en General La Madrid. La tendencia se repite luego de que a finales de la década pasada se perdiera gran parte de la producción en el distrito. Si bien hay optimismo en los productores, las señales de alarma siempre permanecen encendidas.

Según los resultados de la vacunación antiaftosa finalizada a fines del año anterior, el Partido cuenta ahora con más de 411.000 vacunos (ver recuadro aparte), aunque el número total de animales aún continúa lejos del que fue uno de los récords históricos, a principios de la década del 2000, con unas 480.000 reces.

Para los especialistas, el acrecimiento se debe "a la retención de vientres" y ello explicaría que crezcan las diferentes clases, especialmente entre las vacas y terneras.

Los consignatarios consultados, sin embargo, mostraron su preocupación por las medidas gubernamentales que no permiten la exportación, salvo excepciones.

La Madrid, con variables positivas y negativas

El distrito es una zona con bastantes riesgos climáticos y suelos de muy variable calidad. Debido a esto los productores "toman actitudes de prudencia", explican los profesionales.

La ganadería parece ser un negocio "más seguro" que la agricultura, por lo que muchos optan por ambas opciones.

El tipo de explotación ganadera se basa en el consumo de pastos y no de granos, porque los costos son más bajos aunque también la productividad sea menor.

"Han subido algo los precios de la carne, que hacía mucho tiempo que no ocurría aunque la inflación también. Aumentan los costos mientras el valor de la carne estaba estancado y el negocio ganadero se había estropeado bastante", sintetizaron referentes de la producción lamatritense.

Fernando Pacín, asesor del grupo CREA local, durante la jornada que se llevó a cabo hace algunos días, dialogó con esta Agencia y brindó un panorama más acabado de la realidad en el distrito.

El hecho de que se retengan vientres "se debe a que entre el 2008 y 2010, con la sequía y los muy malos precios, se perdió el 30 por ciento del capital. La Madrid vendió gran parte de sus cabezas. Ahora lo que se hace es recuperar parte de lo perdido", comentó Pacín.

Recordó también que la merma de vacunos, por aquellos años, también se sucedió en el resto de la Argentina, donde hubo casi 12 millones de cabezas menos.

Contra lo que fueron dos años con malas condiciones ambientales, que obligó a los productores "a vender los animales, pero no para conservar la plata sino para pagar las cuentas", en la actualidad -detalla el profesional- se conjugan dos factores claves: "la carne vale más y el pasto alcanza porque volvió a llover normalmente".

"Estamos recuperando un quebranto muy severo", insistió Pacín, que a la vez subrayó que "aún no estamos en números nunca vistos" y aclaró que las 411.000 cabezas ya han poblado los campos.

"La gente, en la medida que puede, se queda con alguna ternera. La convierte en vaca y de a poco va recuperando lo que siempre tuvo", mencionó el asesor del grupo CREA La Madrid y replicó que en 2011 "hubo una rápida recuperación de ganado, porque el aumento de la carne fue brusco". También acompañaron las condiciones climáticas que favorecieron a la agricultura; posteriormente los cultivos fueron más flojos y la inflación hizo que subieran los costos.

"Se vende la cantidad de animales que se necesita para vivir. Cuando el precio de la carne es muy bueno, con vender sólo los machos se pueden cubrir gran parte de los gastos y entonces se puede quedar con muchas hembras. En los años malos se venden las crías y hasta las vacas", mencionó.

"El camino del crecimiento va por vender parte de la producción porque es difícil salir a comprar animales", se explayó Pacín y alertó que el crecimiento sigue siendo positivo pero mucho más lento. Esto ocurre en La Madrid y en la Argentina.

Los tambos lamatritenses

Desde hace algunos años el Partido se ha convertido en una cuenca lechera, con más de una docena de tambos en funcionamiento que abastecen principalmente a la empresa La Serenísima.

"En el 2009 la ganadería fue un fracaso y se estaba perdiendo plata con la agricultura. Si la cuestión seguía muchos iban camino a fundirse. Un razonamiento lógico fue optar por la lechería porque en ese momento la leche tenía un buen valor; además había animales y algunos conocimientos sobre la producción de pasto, por el cual algunos ganaderos optaron por el tambo", refirió Fernando Pacín.

La Madrid no dejó de producir carne, pero se anexó esta producción lechera y así se incorporaron algunos tambos grandes se sumaron a los que existieron históricamente. "Fue un buen negocio un par de años y luego el precio de la leche se estancó, pero diferencia de la agricultura en el tambo no se pierden fortunas como sí ocurre cuando no podés cosechar", reveló.

"Ahora la leche subió, pero la inflación también. La carrera es pareja y se pelean los números", dijo Pacín.

"Esta es una cuenca importante, con leche de buena calidad y con tambos prolijos", valoró. La actividad parece estar instalada definitivamente en los campos del distrito y la principal compradora de los tambos locales se lleva entre dos y tres camiones diarios del Partido.

La Pionera fue un emprendimiento industrial lamatritense que surgió a mediados de la década de 1990. Además de la pasteurización de leche fabricaba productos derivados. Pocos años después los propietarios originales vendieron la planta.

"La cuestión es que la parte industrial requiere una fuerte inversión. Lo difícil es abrir mercados importantes", señala Fernando Pacín, quien sin embargo no descarta categóricamente la posibilidad, dejando en claro que se necesitan capitales y la industrialización no es sofisticada en extremo.