Nacho es un joven con síndrome de Down. Sin embargo esa condición no le ha impedido desarrollarse en diferentes deportes y se ligó especialmente a los acuáticos.

"Vamos a realizar las prácticas en el mar Argentino con Nacho. Es una persona con una energía muy particular. Va a ser la primera persona con Síndrome de Down en realizar inmersiones en aguas abiertas; será el primero en nuestro país y no hay registros en el continente que alguien lo haya hecho… Va a ser un hito histórico", valoró Pellitta.

"Nacho tiene muchas condiciones que le permiten, más allá de su discapacidad, desenvolverse tan bien en el agua que logró realizar un curso de buceo convencional. Hizo todas las prácticas y se mueve en el agua como muy pocos", apuntó luego.

"Su conexión con el agua y con el medio es muy fuerte desde el primer día", subrayó el instructor de Nereidas Buceo.

"Nacho fue el que me pidió hacer el curso. El estaba en la pileta y yo estaba dando el curso; se metía debajo del agua en apnea y nos miraba bucear. Empezó a preguntarme de qué se trataba el deporte y en un momento les pregunté a los papás si me permitían hacerle un bautismo en la pileta… Desde el primer día que se puso el equipo salió como si fuera uno experimentado. Fue muy fácil, se mueve naturalmente en el agua, sea nadando o buceando", recordó sobre cómo fue el comienzo de la historia.

El instructor explicó que en el buceo la mayor complejidad se da por la manera de respirar con el equipo "pero él lo incorporó de una manera muy natural", destacó.

"La familia (Ponce-Estrabeau) estimula a todos sus hijos (Mateo, Nacho y Lola) en la práctica del deporte. Cuando les propuse la idea de ir al mar, tienen tan naturalizado que Nacho es deportista que enseguida me dijeron que sí", comentó Pellitta.

"Se hicieron los controles correspondientes como se le hace a cualquier persona que vaya a bucear y que esté todo controlada. Desde el primer momento fue "sí, vamos". Hay que poner énfasis en el entrenamiento seguro pero siempre fue igual", subrayó el profesional.

Nacho "tiene una discapacidad cognitiva pero físicamente prácticamente no tiene limitaciones", recalcó más tarde.

La experiencia que compartirán los lamatritenses en el mar del sur argentino llegó hasta el Cenard y a la Asociación Atlética de deportistas con personas con síndrome de Down. "Están con muchas ganas de contar la historia de Nacho y que pueda resultar inspirador para otros, más allá de la condición porque es superador", contó.

El balneario Las Grutas está enclavado en el golfo San Matías. Sus condiciones naturales permiten que "el buceo se haga de manera más segura y se pueda disfrutar", desarrolló el instructor, Bruno Pellitta.

El objetivo es hacer al menos cuatro inmersiones a distintas profundidades. Además de Nacho y Bruno el equipo estará integrado por Patricio Pugni y Cecilia Loholaberry (ambos son buzos). Nacho hizo el curso de Primer Nivel que le permite bucear hasta los 18 metros. El primer día la intención es bajar hasta los 10 metros y el segundo, si las condiciones lo permiten, vamos a intentar llegar hasta un barco hundido. El está muy motivado porque el mar Argentino es duro para bucear, pero así y todo está con muchas ganas", subrayó el especialista.

Nereidas Buceo realiza las prácticas en el natatorio climatizado municipal de General La Madrid. Sin embargo el hecho de cambiar de "hábitat" no le impedirá a Ponce participar de la experiencia.

"La parte física se entrena durante el curso: hacemos prácticas de apnea, de patada, de flotabilidad, manejar el equipo; en la pileta se exige un poco más a los alumnos para que cuando vayan al mar no lo sufran. En la pileta no usamos traje de neopreno y sí lo vamos a utilizar para protegernos isotérmicamente. En el curso se hacen habilidades que en el mar no", comparó Bruno Pellitta.

"Cada persona es única"

Bruno Pellitta asegura que haber conocido a Nacho Ponce a través del curso de buceo le modificó mucho su cotidianeidad.

"Gracias a él hice un curso para hacer buceo adaptado. Las personas con discapacidades cognitivas o motoras pueden bucear", subraya y menciona que además de Nacho actualmente el curso de buceo lo está haciendo Diego Gerar.

"Nacho me empujó a hacer otras cosas, me cambió la vida", recalca. "Hacer el curso de buceo adaptado me permitió darme cuenta de que cada persona es única, tenga algún tipo de discapacidad o no. Cada uno tiene sus valores, sus capacidades y sus limitaciones. Aprendí a enfocarme en las capacidades y no en las discapacidades porque todos tenemos algún tipo de limitación", insiste.

"Enfocarse en lo que sí se puede te abre el espectro de posibilidades. Es increíble cómo se aprende en todo momento", señala.

En esa línea, Bruno Pellitta, que comenzó a trabajar con Diego Gerar quien tiene una limitación de movilidad en el hemicuerpo derecho y los equipos de buceo utilizan el regulador por ese lado, mencionó que el joven le demostró que podía hacer las maniobras sin inconvenientes. "Es transformador aprender con personas que te enseñan todo el tiempo. Me enseñaron a ver la vida de otra manera, a agradecer y a valorar lo que sí se puede", cierra.

Un personaje

Ignacio "Nacho" Ponce es muy conocido en General La Madrid. "Conociéndolo me di cuenta que no hay barreras que no se puedan superar", dice Bruno Pellitta.

"Está muy estimulado por su familia, por sus amigos. Es un placer conocerlo y a mí me generó mucha inspiración tratarlo y me cambió la vida, me enseñó a verla de otra manera. No hay límites y si adaptamos nuestra actitud a una actividad que nos genera un deseo y un objetivo no hay límites, y Nacho representa eso", subraya.

"Te genera ganas de seguir viviendo con alegría", resume y cuenta anécdotas de los encuentros que ha tenido más allá del curso y la pileta.

Nacho actualmente trabaja en el Honorable Concejo Deliberante de General La Madrid y se encarga del sonido durante las sesiones y también sabe colaborar en una radio en la parte técnica.

Además constantemente está ligado al deporte: participa de la escuela municipal de atletismo y ha representado a la ciudad en la final provincial de los Juegos Bonaerenses en natación.

"La motivación de la familia estuvo desde el primer día y eso hay que reconocérselo porque no es tan habitual porque hay miedos e inseguridades pero Viviana y Gustavo (los padres de Nacho) tienen una manera de tomar la cuestión muy natural y dieron el consentimiento si la cuestión médica lo permitía", valora el instructor.