DIEGO MARADONA Y LIONEL MESSI fueron, son y serán la perfección hecha jugadores de fútbol. Y ambos nacieron en el mismo suelo: la Argentina que los disfrutó dentro de la cancha y los venera como dioses.

El 30 de octubre de 2023 es una fecha muy especial que los vincula: ese día, pero de 1960, llegó al mundo de los mortales quien se convirtió en un futbolista inmortal, aunque físicamente ya no esté desde el 25 de noviembre de 2020: Maradona. Una excelente forma de celebrar su cumpleaños será lo que seguramente ocurra este lunes a las 16 de la Argentina en París, cuando se produzca la entrega del Balón de Oro y Messi lo reciba -como parece que ocurrirá- por octava vez en su inmensa carrera.

Messi y Maradona: la conexión mística entre los dioses del fútbol.

Ningún otro ganó tantosCristiano Ronaldo, su rival durante toda su carrera, se quedó en cinco.

El propio Diego tuvo uno en 1986 como Mejor Jugador del Mundial y uno especial en 1995, cuando se abrió a jugadores de todas las nacionalidades y valoraron los años en los que había descollado en Italia.

En el día del cumpleaños de Diego, Leo podría alzarse con su octavo Balón de Oro.

Pero el capitán de la Scaloneta deslumbró a todo el planeta en la que parecía ser su última gran función, en Qatar 2022, y por ese justo premio que fue la Copa del Mundo en la recta final de su trayectoria, extendería su inigualable récord al hacerse acreedor de una nueva dorada esfera.

Nadie en la historia ganó tantos Balones de Oro como Messi, que hoy extendería su record..

Las paradojas del destino quieren que el escenario sea la capital francesa, en la que se refugió tras su traumática salida de Barcelona y en la que no supieron ni quisieron cuidar el don recibido de albergar al mejor de todos. Lo ignoraron; hasta lo silbaron y abuchearon. Hoy tendrán que aplaudirlo y rendirle la pleitesía que le negaron. Porque la Ciudad Luz no iluminó en su momento a la joya más refulgente del fútbol, que demás está decirlo, resplandece por brillo propio y, desde lo alto, recibe el aura energética de Diego que disfruta y sonríe desde el Paraíso.