Desde el sobre enviado en colectivo con las noticias en papel de la ciudad, hasta el último adjunto digital de hoy, transcurrieron 32 años ligados a EL POPULAR Medios. Lejos de encauzar esta despedida de los lectores a la nostalgia y la emoción, quiero hacerlo desde los gratos momentos que surcaron mi actividad periodística en estas décadas.

Fueron años de un aprendizaje diario, común para quienes no somos periodistas de profesión, pero llevamos dentro esa pasión de informar. Por eso es tiempo de agradecer por esa mano tendida a quienes siempre tuvieron más claro el concepto, la redacción, el equilibrio y la objetividad a la hora de escribir.

Federico Prester en los inicios, y los consejos de "Trompo" Ducuing, jefe de Redacción que siempre aconsejaba "tener siempre algo en el horno" cuando las noticias no abundaban. Como no recordar a Cholo Espelet y Marcelo Kehler, fotógrafos que siempre tenían algo para enseñar sin guardar secretos, cuando ensamblar un 125-56 en la primera cámara réflex, cuando era todo un desafío; luego vinieron Claudio Martínez y Carlitos Ramírez con la misma línea. En la tierra y el frío de los domingos aparecía otra cámara como las de "los Miguelangel" siempre aportando las mejores fotos de los pilotos de Laprida.

La pluma de Daniel Puertas, de Silvana Melo, Claudia Rafael, Coco Oliván, Laura Varela, Rosana Puglisi y Karina Gastón, que me apuntalaron; el cuidado de siempre de Luis Semanyszyn en Policiales, y Francisco Ferrari atento a lo último que sucedía en Laprida, para que los lectores de nuestra ciudad estuvieran bien informados. El codo a codo de siempre con Darío Fariña, Tuta Torres y la traza filosa y realista de Daniel Lovano, con esa pujanza y buena onda. Junto a esta gente y alguno que quizás me olvide, nada era imposible a la hora de hacer la nota que surgiera.

Párrafo aparte para una persona inolvidable como Guillermo Del Zotto, que residió en Laprida un tiempo para hacer juntos la página de Laprida. Dueño de una calidad de escritor brillante, en el que traté de aprender. También para Juan Canalicchio, siempre listo para detectar mis errores y juntos entregar lo mejor. En la misma esencia, Dina Gómez, Adrián Sosa y Julito Kolman.

No me cansaré de repetirlo: El Popular funciona en muchos aspectos como una empresa y en otras como una familia. Esto dicho en reconocer lo que familiarmente mostraron conmigo y mi familia en el 2000 y 2001 cuando no podíamos ser padres. Eso estará en el recuerdo eterno hacia Julio, Mabel y Graciela Pagano, hasta la actualidad de Jorge, July y Cecilia Botta.

No sé si mi tarea fue tan buena en lo periodístico, como en afecto y palabras me lo hicieron sentir estos últimos días desde las redes sociales los amigos, el HCD y las entidades locales. Pero sí de algo estoy seguro, y fue que aprendí y busqué siempre que mi crónica situara a los lectores en el lugar de los hechos.

Que cada hincha disfrutara los lunes el gol agónico del clásico, que la copa en alto de los pilotos o atletas campeones la tocaran todos, que el término picante de cada intendente a la oposición y viceversa se hablara en la mesa de café, que el número final de cada elección agrandara el pecho de sus afiliados y que la tragedia golpeara lo menos posible sin amarillismos. Siempre insistí a quienes hacían El Popular que la fiesta de mi ciudad estuviera en tapa o contratapa color, que la música de los artistas siguiera "sonando" en el papel y la prosa del escritor llegara al corazón de cada uno. Y así en cada hecho reflejado.

Así pasaron 32 años y hoy, a punto de cerrar el último material, sólo me resta decir "Gracias". "Gracias". "Gracias"...