A los guantes de arquero les agregó las tijeras
Francisco Ocaña, quien hace cuatro años está al frente de la peluquería Nené, jugó al fútbol toda su vida y se transformó en el peluquero de chicos y grandes.
"Toda la vida estuve jugando a la pelota y tuve muchos trabajos cuando estuve viviendo en Javea, España, pero la peluquería siempre me intrigaba. Siempre era que le cortaba el pelo a algún compañero, por ejemplo, y además eran otras las herramientas que se usaban y otras modas también, ya que en aquella época estaba Mambrú y nos cortábamos los pelos desmechados con dos tijeras que tenía mi mamá. Pero de pibe siempre me llamaba la atención" comenzó contando Francisco Ocaña, quien hace cuatro años está al frente de la peluquería Nené.
"De España regresé en 2015 y comencé a darle forma a la profesión, así que estudié en una escuela (Gioanny) en Olavarría. También practicaba con mi mamá, con mi suegra, mi tía, mi cuñada, con todos los que ponían la cabeza para que yo practicara. Después tuve propuestas para trabajar en algunos salones, pero yo estaba enfocado en tener mi propio lugar, aunque había que ir paso a paso" siguió recordando Fran sobre aquellos primeros pasos que fueron marcandok su destino en su regreso a su ciudad, luego de algunos años de vivir en la hermosa Javea, un pueblo de la provincia de Alicante que es bañado por las aguas del mar Mediterráneo.
"Al principio comencé a trabajar en mi casa. Hice una separación y ahí instalé la peluquería, era un poco más íntimo diría. Pero poco a poco comenzaron a llegar más clientes, así que creímos con mi esposa (Florencia González) que había que instalar la peluquería y se dieron algunos acontecimientos que me permitieron abrirla" explicó, para valorar muchísimo todo lo que recorrió en estos cuatro años ya que no sólo está al frente sino que ahora tiene Nené y Nené Kids y con un equipo que le responde para atender a una clientela realmente numerosa y que se va acrecentando día tras día.
"Lo de Nené Kids fue una iniciativa de mi señora, ya que toda la vida a ella le importó mucho el tema de las infancias. En la pandemia, en lugar de hacer dos pasitos para atrás hicimos dos para adelante y le dimos forma a ese proyecto que era cortarle el pelo a los niños. Fue un éxito, es un éxito, y cada vez le aportamos más cosas a ese espacio. Lo mismo que en este espacio donde yo trabajo diariamente, de darle lo mejor a los clientes y eso es la clave. Acá somos tres y en la infantil son dos peluqueras, más Flor que está a full con los anexos de la peluquería y con las redes sociales, así que seguimos creciendo y con buena onda, no hay muchos secretos en esto" siguió diciendo Francisco, que resaltó a su equipo en este emprendimiento: su esposa Florencia, Ezequiel Piñero, Luciana Cabrera, Martina Tinta y Lautaro Di Giácomo.
"Al principio abrí el local con mi primo (Santiago Di Matteo), un tremendo profesional, ya que yo necesitaba a alguien que me diera una mano porque había nacido mi hija (Juana), mi esposa con su trabajo muy intensamente (Hierros González) y precisaba a alguien que me ayudara, más porque era un salón muy lindo, y tenía muchas cosas por atender pero no quería dejar de estar cerca de los clientes. Luego de la pandemia Santi abrió su propio salón, en ese interín entró Ezequiel (Piñero) y entre los dos fuimos afrontando la gran demanda, y ahora se incorporó Lautaro" comentó Fran, feliz porque en octubre tendrá su segundo hijo: "Se viene Pedro", dijo con una enorme sonrisa.
Respecto de los cortes que pide la gente, Francisco Ocaña señaló que "hay distintos matices. La persona de más de cuarenta años pide un corte más clásico y generalmente se corta conmigo, los chicos piden un degradé o un fade que es un corte que requiere de más mantenimiento y vienen una vez por semana, o cada dos semanas. Es que eso implica que una misma persona signifiquen cuatro cortes mensuales por lo que la rueda se hace mayor y entonces la peluquería está siempre llena" siguió diciendo Francisco, que a sus 38 años sigue ligado al fútbol ya que continúa jugando -como siempre, arquero- en Chacarita Juniors de Azul, con un pasado en equipos de Javea y también en Ferro Carril Sud de nuestra ciudad.
"A veces vienen chiquitos y quieren cortarse en Nené Kids, o quizá son preadolescentes que quieren cortarse con Lu o con Marti, o a veces vienen chiquitos con sus padres que me conocen a mi o a Lautaro y se cortan en este otro espacio, ya que tenemos adaptadores para los sillones o inclusive le hemos cortado a upa del papá. Lo que sí intentamos respetar es que desde la pandemia respetamos los turnos, es una costumbre que se adoptó ante la gran cantidad de clientes y de esa forma estamos mejor organizados" terminó diciendo Francisco Ocaña.