A los ojos también hay que cuidarlos
Es verano y tomamos más líquido, nos sentamos a la sombra y nos ponemos más protector solar. Pero tenemos que considerar que otras partes del cuerpo también necesitan una mayor atención. Hoy hablamos de los ojos y algunas particularidades de su comportamiento y cuidados para no dañarlos ante la exposición al sol.
Los ojos son una parte súper importante para la salud y protegerlos está en nuestras manos. Por ello, desde todas las instituciones relacionadas con el mundo de la oftalmología nos instan a emplear gafas de sol en cuanto lo necesitemos. Especialmente, las personas de ojos claros suelen ser las más sensibles a esos rayos de sol.
En una entrevista, el jefe del servicio Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José de Madrid, el doctor Nabil Ragaei Kamel, indica que los ojos son claros cuando hay menos pigmento en el iris, encargado entre otros puntos de hacer de efecto pantalla frente al sol. Por ello, sostiene que, cuando menos pigmento, como es en el caso de los ojos claros, entra más luz al ojo por dentro y lo irrita más.
Además, aconseja en estos casos, ante una mayor sensibilidad, emplear más las gafas de sol y que éstas sean de buena calidad. En este punto, resalta que las polarizadas son la mejor opción en verano, ya que estamos en el mar, en la piscina, o en invierno cuando vamos a la nivel porque protegen de la luz reflejada.
Por su parte, el jefe de sección de la Unidad de Superfície e inflamación ocular (USIO) en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Oftalmología, el doctor José Manuel Benítez del Castillo, aclara que la sensibilidad ocular no depende sólo del color de los ojos. "También depende de la cantidad de melanina que se tenga tanto en el iris como en la retina, que van parejos. La persona que tiene menos melanina en el iris también tiene menos melanina en la retina, y esto les produce esa fotofobia", señala.
Por ello, recomienda emplear siempre unas buenas gafas de sol que nos protejan de los rayos ultravioleta del sol y aconseja comprarlas siempre de manos de un experto de una óptica, y no escoger las que nos venden en las ferias o vendedores de calle.
Además, los profesionales indican que las personas con ojos claros tienen menos pigmento en el ojo, lo que hace que la luminosidad les moleste más. Asimismo, advierten de que otros factores, como el tamaño de la pupila, pueden hacer que el sol haga más daño porque ingresa más luz.