Cuando llegamos a casa después de un día duro de trabajo ya venimos presintiendo ese placer que genera sentirse cobijado por nuestro pijama después de un baño. Es que se trata de una de las prendas más amadas y necesitadas para estar en casa.

La palabra "pae jama" significa "cubre pierna" y tiene su origen en el Imperio Otomano porque antes de ello, hombres y mujeres dormían desnudos y sólo se cubrían con pieles de animales si las condiciones climáticas lo requerían. Ya durante la civilización, su función principal comenzó a ser la de calentar el cuerpo cuando no existía la calefacción, ayudando a mantener la higiene, dando al cuerpo la comodidad necesaria para dormir.

A pesar de que hoy es común, el uso del pijama no se extendería hasta el siglo XVIII, cuando se popularizó el uso de los pantalones que procedían de Persia y que se llamaban 'Pijama'. Hasta ese momento, los hombres y mujeres utilizaban camisones largos hechos de lana, seda, punto, terciopelo, etc. Piezas holgadas y cómodas.

Alrededor de 1870, los ingleses empezaron a llevar pijama, pero lo adaptaron a su gusto y con detalles lujosos, de tal manera que estaban tan abarrotados que hacían que los pijamas no fuesen cómodos. Usado únicamente por las clases altas y por la aristocracia de la época, debido a su elevado precio.

Los colonizadores lo exportaron por todo el mundo y se convirtieron en una prenda muy popular. En cada lugar, los pijamas se adaptaban al clima y las telas cambiaban en base a ello.

Hoy en día la función del pijama es la misma. Sólo que varían los diseños y hay tantos como personas en el mundo para elegir.