Mañana, desde las 10 de la mañana, la nadadora lamatritense Ailín Garay estará participado de la travesía "Vuelta de Obligado" es parte de Open Water Argentina, el circuito más amplio de natación de aguas abiertas del país. La juvenil deportista competirá en la prueba de 20 kilómetros. Ailín habló con EL POPULAR sobre cómo fue la preparación previa a la carrera que se desarrollará sobre el río Paraná y cuáles son los objetivos.

"Es un lindo desafío pero estoy nerviosa. Estoy entrenando con todo, con la cabeza enfocada en la carrera. Es una carrera que además del esfuerzo físico requiere el mental porque hay momentos en que la cabeza me quiera vencer y entonces me tengo que preparar para todo pero principalmente para disfrutarla", dice Ailín.

"Desde lo físico vengo entrenando todos los días, probando geles, líquidos, nadando en el arroyo y en la pileta, además del gimnasio", detalla.

"Mentalmente me enfoco en terminar la carrera, más allá del resultado; ir constante desde la línea de partida hasta la meta pensando en que puedo llegar que estoy preparada, tengo el apoyo de muchas personas que me dicen que puedo y eso me ayuda un montón: la gente, las chicas de la pileta, los guardavidas, los profesores y mi familia por sobre todas las cosas", dice.

"Se estima que la carrera puede durar entre dos horas y media, y hasta 4.30", relata la juvenil nadadora lamatritense.

Sobre cómo será la prueba, la deportista cuenta que habrá puestos de hidratación y comida, hay paradas obligatorias y otras alternativas (ver recuadro) porque "sí o sí tenés que estar bien, no acerté el loco porque es una carrera muy exigente", apunta.

Con respecto a la preparación previa para la exigente prueba, Ailín menciona que utilizará geles para recomponer energías y para ello utilizará una malla especial que le permitirá llevarlos consigo. En cuanto a la alimentación, explica que "en la semana previa se consumen muchos carbohidratos para que el cuerpo almacene energía y la ´explote´ el día de la carrera". Para evitar las posibles lastimaduras por el roce utiliza vaselina.

Todo está milimétricamente preparado. Ailín sonríe, mezcla de nervios y felicidad, sólo espera la hora de la largada.

"El objetivo es llegar. Es imposible no imaginar la llegada porque sino no tenés un objetivo y es un momento muy emocionante, porque además ese día es el cumpleaños de mi abuela. Va a ser un desafío muy importante porque yo tenía pensado nadar 10 kilómetros pero no aparecieron carreras y surgió la posibilidad de esto", cierra.

Conocerse

Ailín Garay nada desde muy pequeña y hace un par de temporadas se volcó a las pruebas de aguas abiertas. Allí descubrió "su mundo" en la natación. Este será uno de los desafíos más importantes de su carrera y está preparada para afrontarlo.

"Con este tipo de carreras me voy conociendo, escuchando mi cuerpo, me tengo que acostumbrar al ritmo de la carrera", cuenta.

"Cada vez que entreno mi cabeza se pone en blanco o a veces me implemento una canción y un ritmo que me permite mantener la coordinación depende del ritmo de música que elija. Lo descubrí hace como 2 años cuando estaba haciendo patada y me había puesto música, yo iba haciendo el ritmo y con eso bajaba el tiempo... ir escuchando la canción una y otra vez; a veces es la que se cruza y otra la buscás según el ritmo que quieras llevar: si es más rápido un reaguetón y si quiero relajarme alguna más tranqui; es muy loco y eso lo descubrís solo", dice.

"Los que nadan en aguas abiertas la patada la usan al mínimo y se maneja un montón la brazada, el movimiento de la cabeza, la mirada y la respiración. La patada son los sprints pero en distancias largas lo que lleva el ritmo son los brazos", describe Ailín.

"Se supone que la carrera va a ser viento a favor y va a ayudar pero hay que aprender a acoplarse a la corriente, llevar el mismo ritmo para no atrasarse; eso se ve en el momento por eso hay que mentalizarse y sentir el ritmo para poder acomodar la brazada y la patada", menciona.

Ailín Garay habla de las estrategias. Una de ellas es visualizar y analizar el lugar donde correrá. En aguas abiertas "hay mucho de estrategia, que estoy aprendiendo ahora, los secretos", apunta la nadadora.

"En Viedma (N de R: días atrás participó de una prueba sobre el río Negro) fuimos al día anterior porque era todo nuevo, me metí con una chica de allá a probar y la que conoce tenía como estrategia agrandaba la vuelta para llegar directamente, eso se va aprendiendo de gente que sabe, yo me voy empapando, cruzamos el río y nos dio estrategias", indica.

"En aguas abiertas hay mucho de experimentar; te pueden decir mucho pero sino las probas no las aprendés... ver si el río está en subiente o bajante, el viento si es muy fuerte, ver los puntos de referencia", comenta.

"Lo lindo de las aguas abiertas es que estás rodeada de la naturaleza, en Viedma había un lobito de mar que miraba de lejos, también patos y gansos... Hay muchos que le tienen miedo pero a mí no me da, nadar entre esa naturaleza es rarísimo pero muy lindo", menciona.