Primero, debemos recordar que los perros son animales omnívoros y esto hace pensar que no hay ningún problema en que se alimenten con lo mismo que los humanos o que se combinen esos restos con el alimento balanceado. La cuestión es: ¿se puede? Y la respuesta es: sí, pero con matices.

Existen actualmente una multiplicidad de dietas para los animales, y cada una irá mejor a cada organismo. Desde las mixtas de alimentos de humanos y balanceado, hasta las BARF, u tras más específicas. 

"La base de la dieta de un perro debe ser un alimento equilibrado, formulado por expertos nutricionistas veterinarios que conocen sus necesidades", recomiendan los profesionales. "No es malo darles trocitos de bife o un poco de arroz, pero tampoco es lo más recomendable".

Lo importante es que darle nuestra comida al perro "sea un hecho esporádico y que su ración diaria habitual se base en un alimento específico balanceado", pensado en su edad, tamaño y cualidades determinadas. 

A pesar de lo que pueda parecer, los perros no siguen la misma dieta que los humanos, no se aburren de comer siempre lo mismo -como pensé yo y consulté a la vete porque mi perra hace 5 años come el mismo alimento-, y alimentarlos con sobras puede ser, en ocasiones, hasta peligroso. 

Comidas que sí y comidas que no

Mientras que arroz o verduras, en general no van a hacer daño al animal. Hay alimentos como los dulces, los productos excesivamente salados o algunas frutas que pueden ser perjudiciales. Pasa también con los huesos de pollo, que pueden provocarles atragantamientos e incluso la muerte.

La ingesta de alimentos crudos como huevos o carnes también es peligrosa que puede introducir bacterias en el cuerpo del animal. Otros, como el hígado son ricos en vitamina A, que no se asimilan con facilidad, igual que ocurre con la lactosa de la leche y los lácteos que pueden llegar a provocarles diarrea.

Alimentos prohibidos para perros

También es muy importante no dar productos que resulten tóxicos para los perros como ajo, cebolla, puerro, palta, chocolate y café, chicles y gominolas o uvas y pasas.

En el caso de verduras y hortalizas, la mayoría son recomendables con excepciones. Cebolla, ajo y puerro tienen tiosulfato, un componente que puede provocar anemia hemofílica (destrucción de glóbulos rojos de la sangre) si se consume de forma prolongada. Mientras que uvas, manzanas y palta tienen sustancias tóxicas en sus huesos como la persina o el cianuro, que no afectan a los humanos y sí a los perros.

Las consecuencias de un consumo prolongado de cualquiera de estos alimentos prohibidos van desde una indigestión u obstrucción intestinal por mala absorción de nutrientes, clásica descompostura hasta una intoxicación grave que puede derivar en diabetes, hepatitis u otras dolencias.

La alimentación es un aspecto fundamental a contemplar en la felicidad de nuestras mascotas. Consultá a tu vete de confianza por la mejor dieta que se adapte a tu bolsillo, a sus necesidades y a su estilo. Una alimentación saludable es la mejor manera de prevenir enfermedades.