"Estamos ampliando nuestra planta actual para no sólo duplicar la producción, sino también fabricar nuestros colchones, con lo que definitivamente cerraríamos el circuito productivo, completándolo de principio a fin. La idea es proyectarnos más allá de las fronteras argentinas, hacia el mercado latinoamericano", aseguró Pamela Videla, la gerente de Camas Articuladas Flex, un producto netamente olavarriense que fabrican apenas seis emprendimientos en todo el país.

Está orientado exclusivamente a la elaboración de camas articuladas, manejadas a través de comandos eléctricos y orientadas al uso hogareño. Se trata de "una empresa familiar" que Videla y su esposo comparten con el comercio céntrico La Casa del Soñador, donde además de esas camas especiales, ofrecen colchones, blanco y otros accesorios para el dormitorio.

Flex dio sus primeros pasos en mayo de 2009, en una planta ubicada en Circunvalación y Puerredón. Luego, y tras una breve estadía en un taller localizado en Mendoza y Del Valle, en 2014 mudó sus equipamientos a un predio propio, en el sector V del Parque Industrial Olavarría (PIO). Allí disponen de dos naves que totalizan 280 metros cuadradas e impulsan una ampliación con la anexarán a lo ya existente, en dos nuevas naves, 778 metros cuadrados. Muy a pesar de la pandemia, "buscamos expandirnos y para eso, adquirimos una cortadora láser de tubo y chapa" que les permitirá duplicar la producción actual y les abrirá las puertas del Mercosur. En los meses subsiguientes, además, se iniciarán en la fabricación de colchones, con lo que completarán un autoabastecimiento indispensable para trasponer las fronteras del país y hacerse fuertes en el mercado mayorista.

La planta del PIO V involucra tres procesos diferentes: la metalurgia, la carpintería y la tapicería, para hacer realidad, a partir de una simple barra de caño, una cama articulada requerida por quienes desean un determinado confort sin perder la elegancia que supone una cama revestida. O para facilitar los movimientos de los que sufren alguna dolencia y optan por un elemento que, estéticamente, no tiene ni punto de comparación con una cama ortopédica como las utilizadas en centros de salud. "Son eléctricas y están más que nada orientadas al hogar, aunque alguna vez hayamos equipado algún geriátrico en la Capital", explicará la referente del emprendimiento, que en marzo último concretó la donación de diez camas ortopédicas fabricadas espcecialmente en su planta el Hospital Municipal "Dr. Héctor Cura".

Flex -que aparece en web como camasarticuladas.com.ar- es una de las seis fábricas de camas articuladas para el hogar existentes en el país: "son muy poquitas y nosotros siempre estuvimos en punta, especialmente por el diseño del producto".

En este sentido, las camas articuladas se ofrecen en medidas estándar, como para, precisamente, poder producir de manera industrial. "La cama más común de nuestra línea es la de 90 cm. por 2 metros, pero a partir de allí se dan distintas opciones. Viene un cliente y pide el tapizado en color beige, otro quiere cajones bajo cama y un tercero requiere elevación en altura. Eso amplía el espectro, precisamente por los detalles especiales", explicó la emprendedora.

Flex tiene "dos públicos: uno muy mayoritario que requiere confort, que usa la cama para una cuestión confortable, para poder descansar bien, y tenemos otro publico que necesita la cama a partir de una internación domiciliaria, y obviamente no quiere una cama ortopédica, que es enorme y horrible, en su habitación. Y con esto tiene un mueble de lujo".

En la actualidad, Flex produce entre 50 y 60 camas articuladas que distribuye en todo el país y busca redoblar esa apuesta para transformarse en proveedor mayorista e incorporarse al mercado del Mercosur. El mercado interno está cubierto a partir de un local que, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, toma los pedidos de las distintas provincias y remite luego el producto que se envía quincenalmente desde la planta local.

En los últimos cinco años, Videla y su esposo se involucraron directamente con el abastecimiento de productos para dinamizar la producción. En ese contexto, se transformaron en representantes e importadores de la firma alemana DewertOkin, una de las pocas de nivel mundial dedicadas a fabricar los motores especiales para camas, ya sean de utilización médica o articuladas. Con eso, además de comercializarlas en fábricas de camas ortopédicas, agilizaron parte de su propio aprovisionamiento.

Sin embargo, resta todavía un insumo impostergable, que suele obstaculizar las entregas: los colchones. "No podemos estar dependiendo de otra empresa en un 50% de nuestro negocio -analizó Videla-, por lo que nos planteamos fabricar nuestros propios colchones", una actividad que se daría hacia finales de este año o principios del venidero. Así, estarían "cerrando" el circuito de producción sin interferencias ni demora alguna, lo que le posibilitaría abrirse a nuevos mercados, una de las proyecciones más claras de la firma local.