La carne, comida tradicional por excelencia y accesible durante muchos años aún para las capas con menor poder adquisitivo de la sociedad argentina, hace un tiempo comenzó a transformarse poco menos que en un artículo suntuario por su valor.

Días atrás el gobierno nacional decidió el cierre transitorio de las exportaciones por 30 días para abordar su escalada inflacionaria en la venta al público y del ganado en pie.

Entre sus argumentos, la administración que encabeza Alberto Fernández indicó que, en el último año, la carne registró incrementos de precios muy por encima de la inflación a nivel general y del resto de los alimentos a nivel particular.

En los primeros cuatro meses de 2021 subió 22% y ya acumula casi 65% en los últimos 12 meses, con el consiguiente impacto en el poder adquisitivo de las y los consumidores argentinos.

Y, como viene sucediendo desde 2008 con la fallida implementación de la célebre "125", ante cualquier resolución de un gobierno del signo del actual que no coincida con sus expectativas, la patronal del campo respondió con una medida de fuerza.

En una reunión del consejo directivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), los dirigentes rurales del territorio bonaerense votaron a favor de endurecer el paro de comercialización de carnes e incluir un cese de comercialización de granos a partir del próximo lunes.

Esta última medida deberá ser aprobada por la Mesa de Enlace nacional.

En este contexto, Sebastián Matrella (titular de la Sociedad Rural de Olavarría), defendió la medida de fuerza, cuestionó la determinación gubernamental, opinó que la solución siempre es el diálogo y pidió una política de Estado para el sector agropecuario que trascienda en el tiempo.

"Ayer (por el miércoles) tuvimos una reunión de urgencia en Carbap con las ''Rurales'' de la provincia de Buenos Aires y La Pampa, y decidimos este paro que comenzó hoy (por ayer) y se va a extender por una semana en protesta a lo que nosotros consideramos una decisión errada del gobierno, que no va a bajar el precio de la carne, sino todo lo contrario" comentó Matrella.

El titular de la SRO recordó que "a esto lo hemos visto en 2006 con un cierre de exportaciones, que produjo cierre de frigoríficos, pérdida de puestos de trabajo y de casi 10 millones de cabezas de ganado que aún no se han podido recuperar".

Matrella pidió que el gobierno "entre en razón, se siente a una mesa de diálogo y entienda que no es una buena medida".

El agro nunca ha ocultado su oposición a las políticas de los gobiernos kirchneristas, tanto como sus simpatías con la administración macrista.

"Más allá de las afinidades, lo cierto es que el gobierno de Mauricio Macri trabajó muy fuerte para abrir las exportaciones y conseguir que los países nos volvieran a comprar. Hoy la Argentina está exportando mucho más y debe generar más exportaciones aún" destacó.

"La única manera de que baje la pobreza en el país es que se exporte e ingresen dólares, y el sector agropecuario está capacitado para eso" consideró.

Matrella señaló que se está exportando el 25% de lo que se produce en el país y que el 75% restante se vuelca al mercado interno.

"De ese volumen de exportaciones, el 70% va al mercado chino con carne que no se consume al país; son las vacas de menor calidad, de manufactura y conserva, que acá se usan para hacer salchichas, paté, hamburguesas. Nadie acá va a comer esa carne por más que se cierren las exportaciones. En las carnicerías se vende vaquillona y novillito de feedlot" aclaró.

Matrella informó que "de lo que queda, un 6 al 7% va a Cuota Hilton, que tampoco es la media res entera, sino el cuarto trasero y la parte de los lomos. De ese animal todo lo que es asado y corte para la parilla también queda en el mercado interno".

Matrella aseveró que la exportación de carne no explica el problema de la inflación en el país.

"Es mucho más profundo. El país no tiene un plan económico verdadero y consistente para bajar la inflación, y la emisión del año pasado por la pandemia la estamos viendo ahora reflejada en la inflación" reflexionó.

Advertido que hasta el mismo FMI reconoció, en contra de su prédica tradicional, que la inflación no responde a la emisión, sino que tiene origen multicausal, y que de no haberse emitido como se hizo el año pasado (al igual que en todo el mundo) probablemente la crisis económico - social hubiese sido brutal en la cuarentena, Matrella dio su enfoque.

"No digo que no se haya tenido que emitir, porque estábamos en una emergencia extraordinaria, pero el gran problema de la Argentina no es por la pandemia, es de antes. Gasta muchísimo más de lo que produce, entonces vive endeudada" expresó.

En la misma línea, planteó "la gran incertidumbre que da el país, que no ofrece reglas claras. El presidente dice una cosa en su gira por Europa y hace otra acá, entonces no generamos condiciones para que vengan inversores al país, ni los que están adentro inviertan" subrayó.

"Si hoy estamos vendiendo y cerramos la exportación de carne de buenas a primeras, qué pueden pensar nuestros compradores. No somos consistentes, ni creíbles. Debemos mantener los mercados, porque hay países que compiten con nosotros por esos mercados, y lo que dejamos lo van a agarrar ellos" evaluó el titular de la SRA.

"Son casi 350 millones de dólares que la Argentina se pierde con estos 30 días de interrupción en las exportaciones" lamentó.

Matrella especuló que "todos estos días que esté cerrada la exportación va a ser un negocio para los exportadores, porque van a comprar la vaca mucho más barata al productor, se van a stockear y cuando se abra la exportación van a hacer su gran negocio. Ojo que no estén los grandes exportadores acordados con el gobierno".

"El productor no es formador de precios. Yo no pongo el precio al que vendo, sino que tomo el que está en el mercado. Hay que sentar a todos los sectores: productores, consignatarios, exportadores y ver de qué manera se puede volcar algo de carnes a precios promocionales, buscarle la vuelta, pero el cierre de la exportación es lo peor que nos puede pasar" advirtió.

El presidente de la Sociedad Rural de Olavarría fue más abarcativo en las conclusiones. "Creo que la única salida, no sólo para esto sino para el país, es el diálogo. No podemos seguir peleándonos todos los días con alguien. Es imposible avanzar así".