Ante la nación y líderes internacionales, el presidente Milei dejó claro que Argentina se encuentra en una encrucijada crítica. Heredando una situación económica desastrosa, caracterizada por déficits gemelos y una deuda abrumadora, Milei sostiene que no hay alternativa al ajuste.

Con un énfasis particular en la inflación descontrolada, el mandatario advierte sobre el legado de políticas monetarias irresponsables, incluyendo la emisión excesiva de dinero y el cepo cambiario. Señala que la hiperinflación amenaza con sumir al país en una crisis sin precedentes, con tasas que podrían alcanzar el 15,000% anual.

En un tono directo y sin rodeos, Milei reconoce la difícil situación de la deuda, la brecha cambiaria, y los desafíos estructurales que han dejado a Argentina en una espiral de estancamiento económico desde 2011. Aclara que el ajuste es inevitable y que no hay espacio para debates entre gradualismo y shock, argumentando que la falta de reputación del país requiere medidas drásticas.

El presidente Milei también aborda problemas en otras esferas, desde la seguridad hasta la educación y la salud. Describiendo a Argentina como un "baño de sangre" debido a la delincuencia desenfrenada y al colapso del sistema de seguridad, subraya la necesidad de restaurar la ley y el orden.

En materia social, destaca la pobreza generalizada y la fractura del tejido social, apuntando a políticas que, según él, han generado más pobreza en lugar de aliviarla. En educación, expone la crisis en el sistema, con tasas de abandono alarmantes y un rendimiento académico insatisfactorio. En salud, critica la ineficiencia del sistema y la falta de acceso a servicios básicos, especialmente agravados durante la pandemia.

Milei concluye su discurso destacando la urgencia de la situación y la necesidad de decisiones difíciles para revertir la decadencia que atribuye a décadas de mal manejo por parte de la clase política. Asegura que su gobierno no vacilará en tomar medidas necesarias para enderezar el rumbo y promete no eludir la responsabilidad que le incumbe.

Este discurso inaugural del presidente Milei define un panorama desafiante para la Argentina y establece las bases para una administración que busca enfrentar la crisis con medidas audaces y decisiones impopulares.