En el marco de la pandemia, ''la gente se tiene que portar bien sin que haya policía'', advierte el infectólo Luis Camera.

 "Hace dos meses dije en broma que al barbijo lo iba a colgar en Navidad y dejó de ser una broma. Me parece que va a ser una realidad", dice el doctor Luis Camera, uno de los científicos argentinos con voz y voto a la hora de asesorar al presidente Alberto Fernández en esta pandemia. El infectólogo tiene amplia experiencia en centros asistenciales e instituciones de formación académica. También fue secretario de la Sociedad Argentina de Medicina, miembro fundador de la Sociedad Argentina de Medicina Vascular y jefe del Programa de Medicina Geriátrica del Hospital Italiano.

"Pero tengo más ex funciones que las presentes", admite, entre risas, en el inicio de la entrevista con Mejor de Mañana, que se emite por 98POP de EL POPULAR Medios. Habla sin rodeos y prefiere plantear el paso a paso. Que las clases esperen y las reuniones sociales también. Que la vacuna no sea la meta hoy sino ganarle ya la pulseada al virus con lo que se tiene y se puede."Estamos en una situación difícil, no hace falta que lo diga. Toda esta megalópolis está con mucha dificultad y vamos a tener dos meses difíciles por delante. Tenemos que ser muy cuidadosos para que no se pueda desmadrar la epidemia. En el Conurbano la situación más crítica será a finales de julio, que es cuando temen que el sistema pudiese estar saturado o cerca de estar saturado. Es la gran discusión para ver cómo frenar. En la Ciudad de Buenos Aires será un poco antes, porque está unos días más adelantado temporalmente al Conurbano y por eso la epidemia se va a extender. El virus es mucho más difícil de controlar de lo que todo el mundo venía diciendo. Hace dos días hubo un brote en Pekín y están desesperados por los contagios, y lo tenían controlado hacía varios meses. Estamos ante un rival muy, muy difícil y hay que tener cuidado permanente. Después, el resto del país está bárbaro. El problema es que acá, desde la megalópolis se está llevando gérmenes al interior del país y es una situación muy incómoda. Nos estamos autocontagiando. Hay que extremar los cuidados.

-En Olavarría promediamos los 100 casos, lo que obligó a retroceder a la Fase 1 y recién esta semana volver a la Fase 3. ¿Cómo funcionan estos cambios de planes desde lo sanitario?

Está bien. Abrir y cerrar la compuerta está bien. La compuerta que nunca podemos abrir es la de los cuidados personales: el lavado de manos, el uso de barbijo y el menor contacto posible con otras personas o que sea por lo estrictamente necesario. Todo contacto social es extremadamente contagioso. El virus se nos mete en el verbo compartir y es letal. Hay que volver a la fase anterior y eso genera cambio del humor, es muy feo retroceder, cambia humor, agota más psicológicamente. Cada vez que abrimos más no pensemos que derrotamos al virus, lo tenemos agazapado en algún costado. Tenemos que estar cuidados. Habrá que cambiar toda nuestra manera de comunicarnos en los próximos meses. Pekín es el dato mas negativo. Se descuidaron, o no, y aparece en los mercados donde hay gente. La mayoría se ve en reuniones familiares, donde hay gente y brota. No se descuiden un segundo aunque estén en fase 3.

El impacto del centralismo porteño

-¿Qué es lo que más le preocupa al Presidente? ¿Todo depende lo que pase en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano?

No hablo con él sino que integro un grupo que se maneja vía Carla Vizzotti (directora del Programa Nacional de Inmunizaciones) elaboramos informes, hicimos nuevos criterios y distintos esquemas de manejo, que es lo que hace el grupo asesor y el Presidente nos consulta cuando tiene que tomar decisión de extensión de la sobre la cuarentena, qué opinamos y si tiene una idea quiere cotejarla, para tener aval, se van perfeccionando y con el Gabinete y los gobernadores él decide. Me parece bien porque lleva mucho rol a las provincias a que puedan actuar pero el centralismo porteño ejerce presión política y en los medios muy grande y se transforma en centro del mundo que está en problemas. Hay que hacer un acto de , acto de constricción. Nos están mirando todos, entonces portémonos lo mejor posible.

-Usted fue muy crítico de la actitud que adotaron los runners, cuando salieron a la calle en forma masiva...

Sí y no quiero decirlo más porque se enojan hasta mis amigos. Tenemos que tener comportamiento acorde a situación. El jefe de Gobierno hizo una apuesta y la gente no respondió. Está bien, abrimos un poquito el grifo y a partir de ahí se generó una movida. No creo que haya generado más infección. Yo la tenia muy fácil y podría haber dicho ´mirá cómo en 6 días aumentan los infectados´porque ya sabía que tenía que pasar, porque estamos subiendo en la epidemia y está por armarse el pico. Sabía que iba a haber más infectados. No lo hice porque no creo que se haya generado más contagiosidad pero hay una estética muy incómoda de ver. Ya sé que estamos cansados pero hagamos un esfuerzo más porque el virus nos va a derrotar y vamos a tener que cerrar todo de nuevo con mayores dificultades económicas.

"El virus no se va"

-La imagen de los runners generó una sensaciones similar a la que surgió cuando se abrieron las puertas de los bancos y hubo colas interminables...

Sí, se generó lo mismo pero, bueno, renunciaron funcionarios por eso. No generó el temor de más contagios en forma estricta. No movió mucho las agujas, no generó lío infectológico porque estaban al aire libre pero fue la imagen estética de personas que no se pueden cuidar. Es como que necesitás tener un policía para que la gente se porte bien. La gente se tiene que portar bien sin que haya policía porque si no volveríamos a sistemas muy restrictivos o si la gente se desborda y hace lo que quiere. Tenemos que tratar de tener autoconducta porque vienen dos meses muy difíciles. Seguramente no va a haber desbordes, no va a pasar lo de Europa, siempre que la gente se comporte.

Vamos a tener focos a lo largo de mucho tiempo. El virus no se va. Esa ilusión de que teníamos el pico y se iba... En Europa hay países que siguen teniendo 400 pacientes por día. Se está corriendo riesgo muy grande , en cualquier momento pueden tener rebrote y se va a complicar. Y nosotros tenemos que tener ese cuidado. Hay muchas provincias que están muy bien, sacando el Chaco o Río Negro, así que algunas pueden tener mucha actividad, actividad social, siempre bajo estándares de cuidados, eso va a quedar.

-Claro, porque en cualquier momento puede reaparecer...

En cualquier momento, sí, pero ya es un foco. Vas con unos bomberos y se apaga. El problema es el mar de fondo, cuando brota, brota todo junto y en varios lugares y ahí no hay capacidad para apagar el fuego. Hacer cuarentena cerrada, que tarda 2 o 3 semanas porque no es que cierro toda la ciudad y en 3 días no tengo más virus. Hay tiempos biológicos hasta que haga efecto esa terapéutica. Y los comercios no se mueven, la gente no sale, el humor se va al demonio...

-Hay dos meses críticos, ¿por qué se intensificarán los casos y habrá más contagios?

Puede ser más también porque el virus se fue hacia los barrios más vulnerables y de ahí está reinvadiendo la ciudad, está en todos barrios. Al no tener condiciones socio sanitarias básicas y hacinamiento que es estructural, imposible de parar, la cantidad es muy grande. Afortunadamente es gente resistente. Nuestra población en los barrios populares tiene tiene mucha ayuda a través de organizaciones sociales, de gobiernos locales, y es un efecto protector y ataca a gente más joven que naturalmente es mucho más resistente, tiene una inmunidad propia que se puede liberar virus. La mortalidad en los barrios populares es menor que en los barrios de clase media. Es lo único bueno para contar y eso ha hecho que a esta altura miles de muertos.

-Usted habla de la responsabilidad social y del auto cuidado como caballito de batalla que quedará por mucho tiempo...

Esto va a quedar por mucho tiempo. Hace 2 meses dije en broma que al barbijo lo iba a colgar en Navidad y dejó de ser una broma. Me parece que va a ser una realidad. Tenemos que estar cuidados y ser muy ingeniosos en como vamos haciendo actividades productivas, sin perder el cuidado pero para volver al sistema anterior... estamos a muchos meses de eso. Vamos a tener que estar bastante tiempo en que no haya circulación de virus para dejar el barbijo, los cuidados, hacer reunión social, comer todos juntos, hacer chistes y largar saliva... Tendrán que pasar dos meses sin virus para decir nos liberamos del mismo. Como estamos en Buenos Aires en pleno brote, la situación es complicada. No así en las provincias pero ahí está el riesgo de que el virus vaya de Buenos Aires a las provincias. Hay dos desfases temporales. Todas las provincias están muy bien pero tenemos un foco en 15 millones de habitantes y ese foco puede irradiar. Es un punto que complica a las provincias y que no hemos podido desembarazarnos. Ustedes podrían estar bastante mejor, con un futuro cercano mejor pero dependen de que Buenos Aires frene y no se transforme en un dador de virus. Pero ustedes que están mejor aprovechen y manden fotos cuando coman algo chico. Y felicito a la Facultad de Medicina que tienen en Olavarría. Tengo 3 residentes acá que egresaron de ahí muy buenos. Mis saludos a los docentes, que lo están haciendo muy bien.

Metas y vacuna

El infectólogo y asesor del presidente de la Nación, Luis Camera, se refiere a la vacuna y advierte que hoy hay otras urgencias que resultan prioritarias. "No esperemos para esta epidemia la vacuna. Hay ensayos que surgen pero hay que demostrar que sea efectiva, o sea que no me contagie y demostrar que no es peligrosa. Yo tengo más de 60 años y no me está indicando darme vacuna para la fiebre amarilla porque podría tener una reacción peor. Tener la seguridad de un fármaco lleva tiempo. Hay que demostrar que es útil y al mismo tiempo que no me daña".

En esa línea, el experto plantea: "Supongamos que con esta vacuna vaya bien, para producirla en cantidades industriales y distribuirla por el mundo, habrá una carrera distributiva donde se va a ver lo peor del capitalismo. Hasta que nos llegue a nosotros va a ser un poco difícil. No estemos esperando eso, cuando venga festejemos pero no lo tomemos como una meta. La meta es combatir la epidemio que tenemos ahora, con todas las ganas y poder, sobre todo en el interior, reactivar la economía, lo productivo. Hay que ser lo suficientemente hábiles. Por eso, lo recreativo lo dejaría para el final de todo".

Las clases pueden y deben esperar

¿Qué recomiendan los expertos con respecto a la vuelta a clases? Luis Camera, el infectólogo que tiene voz y voto a la hora de asesorar al Presidente de la Nación, es contundente.

"Es lo último en abrir porque los alumnos pueden transportar el virus. Llevan mucho movimiento, es la época de la bronquiolitis. No quisiéramos que se enfermen. Una cosa cosa buena del aislamiento es que hasta ahora virus respiratorios que generan mucho lio, como las neumonías que solían ser muy frecuentes, hoy son muy infrecuentes. Todas estas medidas de protección que antes no hacíamos porque había tolerancia social, ahora eso ha disminuido mucho. También algunas enfermedades lograron bajar su prevalencia, que es importante y en esta época. Si uno habla con los pediatras el terror son las enfermedades de los niños, que hasta que mejoran todo su sistema inmunológico durante primeros años de vida tienen muchas infecciones respiratorias. Y la bronquiolitis en niños de jardín es muy complicada y hay muy pocos casos. En ese punto hemos ganado. Las escuelas se van a reabrir pero más tardíamente".

-¿Y cuándo sería?

Hay muchas provincias que están muy bien epidemiológicamente y están intentando. Acá hay que hacer una apertura muy inteligente, lugar por lugar, ciudad por ciudad. Eso el Presidente va a dejarlo expreso y se basa en que gobernadores e intendentes puedan trabajar activamente en esta lucha y maximizar esfuerzos para abrir sin correr el riesgo. Es una sintonía fina que se pierde con facilidad. A ustedes les pasó. Pero si se reacciona rápidamente no es problema.