El 19 de julio de 2024 será recordado por el apagón provocado por CrowdStrike, una falla en los sistemas de la compañía de ciberseguridad que paralizó vuelos y afectó a bancos, estaciones ferroviarias, telecomunicaciones, y hospitales en todo el mundo. Aunque la empresa intentó tomar la situación con humor al aceptar un premio por la "falla más épica del año", las repercusiones del incidente siguen siendo significativas.

CrowdStrike ahora enfrenta una avalancha de demandas judiciales, incluidas aquellas de alto perfil como la de Delta Airlines, que busca hasta 500 millones de dólares en daños. Microsoft también está implicada, ya que la actualización defectuosa afectó a dispositivos con Windows. Sin embargo, los mayores desafíos legales recaen sobre CrowdStrike, que ha contratado al estudio de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan para su defensa.

El especialista en litigios complejos, Rob Wilkins, advierte que CrowdStrike se enfrenta a un "desafío legal abrumador", mientras que otros problemas surgen con los accionistas de la empresa, quienes presentaron una demanda colectiva alegando haber sido engañados sobre los procedimientos de actualización de software. Los litigios podrían consolidarse en un panel de litigios multidistritales, lo que simplificaría el proceso pero podría aumentar los daños monetarios y reputacionales para la empresa.