Esta semana, el RIGI ha generado un gran entusiasmo con los anuncios de inversiones en Argentina. La gigante minera BHP ha mostrado su compromiso con un proyecto cupífero en San Juan, mientras que YPF ha decidido ubicar el proyecto Petronas en Río Negro, además de un oleoducto para exportar petróleo de Vaca Muerta.

Sin embargo, es importante destacar que solo el oleoducto de evacuación de la cuenca neuquina cuenta con financiamiento asegurado. Este proyecto, impulsado por YPF durante la gestión de Pablo Gonzalez en el gobierno de Alberto Fernández, recibe apoyo financiero de toda la industria. Este oleoducto, que estaba planeado desde hace un año, ahora podrá beneficiarse del régimen para grandes inversiones.

Por otro lado, el proyecto de industrialización de gas con YPF y Petronas aún enfrenta desafíos para conseguir financiamiento externo. Según fuentes, JP Morgan está considerando actuar como intermediario frente a los inversores. Sin embargo, el alto nivel del riesgo país y el litigio que enfrenta YPF contra la estatización, liderado por el Fondo Burford en sociedad con la familia Eskenazi, son obstáculos significativos.

En cuanto a la inversión de BHP, la compañía comenzará con USD 90 millones para adquirir las operaciones de Lummin Mining en el área de José María. No obstante, el proyecto aún se encuentra en la etapa de factibilidad. Un empresario sanjuanino expresó escepticismo, indicando que la inversión parece más orientada al activo financiero que a la explotación real del cobre.

Mientras tanto, Brasil sigue consolidándose como el destino preferido para las inversiones en la región. A partir de 2025, los aviones brasileños deberán funcionar con biocombustibles, lo que ha llevado a empresas como Cargill, Cofco y Dreyfus a formar asociaciones con las petroleras Chevron y Shell. Estas empresas planean elaborar biocombustibles a partir de la molienda de soja en Brasil y en EE.UU.. En contraste, Argentina parece quedar fuera de este negocio emergente, a pesar de su potencial en soja y Vaca Muerta.