Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, está decidido a atraer la inversión más grande de la historia argentina, valorada en más de US$ 30.000 millones, a la ciudad de Bahía Blanca. En su estrategia para lograrlo, Kicillof ha solicitado a YPF avanzar con los requerimientos necesarios para la construcción de una planta de licuefacción de gas en asociación con la petrolera malaya Petronas.

El gobernador ha convocado a los legisladores de Unión para la Patria para aprobar un proyecto de ley que facilite la instalación de la planta mediante un Régimen Provincial de Fomento a las Inversiones Estratégicas. Este nuevo régimen busca ofrecer estabilidad tributaria y mejoras en el régimen impositivo, incluyendo exenciones en impuestos a los sellos, ingresos brutos e inmobiliario. Además, promete estabilidad impositiva por treinta años, simplificación de trámites administrativos y aseguramiento de condiciones medioambientales sustentables.

Esta medida se presenta como una forma de adherir al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) propuesto por el gobierno de Javier Milei, pero con ajustes adaptados a los términos de Kicillof. La provincia busca facilitar la instalación de la planta en el puerto de Bahía Blanca, ofreciendo terrenos disponibles y condiciones favorables para la inversión.

La puja es intensa, ya que Río Negro también compite por la inversión, habiendo sido la primera en adherir al RIGI y mostrando interés en utilizar el gas de Vaca Muerta para la planta de licuefacción en el puerto de Punta Colorada. Kicillof intenta ganar terreno en esta competencia en momentos en que Buenos Aires podría estar perdiendo su ventaja.

El proyecto de YPF y Petronas incluye una primera etapa de inversión de US$ 10.000 millones, con un potencial total de US$ 30.000 millones. Esta inversión requiere la participación de bancos y la formalización de contratos de compra para asegurar el financiamiento necesario.

Horacio Marín, presidente de YPF, planea viajar a India y Alemania en septiembre para cerrar un acuerdo con Shell, la mayor empresa mundial en gas licuado, lo que podría fortalecer la propuesta argentina.

Kicillof ha criticado a Milei por su postura contra el RIGI, acusándolo de manejar el asunto de manera "superficial y grosera". Por su parte, Milei ha calificado a Kicillof de "comunista y expropiador serial", intensificando la disputa entre ambos mandatarios.

Mientras tanto, el desafío sigue siendo atraer esta monumental inversión en un contexto de precios de gas en baja y competencia entre provincias.