Hace unos años en un seminario de comunicación política de la Fundación Konrad Adenauer el comunicador Jorge Dell''Oro sin darse cuenta marcaba mi carrera profesional con un cuento que ejemplifica el diferencial en una estrategia de asuntos públicos o gestión de influencias exitosa:

En cierta ocasión dos amigos caminaban juntos cansadamente por la sabana africana. Se habían separado solo un momento de su grupo durante el safari fotográfico; pero ahora estaban perdidos y hambrientos, mojando el arcilloso suelo seco con su sudor. Ya no podían más.

De repente, desde detrás de un baobab, surgió un gran león macho, rugiendo ferozmente. Comenzó a avanzar en su dirección.

Durante poco más de un segundo se quedaron helados por el terror, estáticos en su emplazamiento. Pero enseguida uno de los dos comenzó a correr como un demente. El segundo, viendo la reacción de su amigo, le imitó y corrió también en la misma dirección, detrás de él. Corrían tanto como les permitían sus piernas, ya muy cansadas.

El amigo rezagado gritó:

"Pero... ¿por qué corremos?, si el león corre más que nosotros..." y su amigo le contestó:

"Es que yo no tengo que correr más que el león, ¡sólo tengo que correr más que tú!"

Si tuviéramos que definir cuales de las acciones de asuntos públicos y gestión de intereses mermaron (por no decir desaparecieron de cualquier estrategia) durante la cuarentena producto del renombrado Covid-19, sin lugar a dudas el Relacionamiento es la que tiene el "boleto picado".

Al inicio de este nuevo gobierno una de las mayores demandas que las empresas hacían a sus estructuras de Asuntos Corporativos era saber cómo iban interactuar con una gestión que -en el imaginario colectivo- a priori tenía cierta desconfianza o una mirada crítica del relacionamiento público/privado.

Allá lejos y hace tiempo quedaron los llamados directos al gobierno de Cambiemos, cuando hablar con un ministro era como interactuar en un grupo de whatsApp de compañeros de colegios secundario: llegada directa.

Este escenario cambió desde diciembre del ´19 no sólo por la dificultad y barreras de acceso sino porque en los inicios de la coalición gobernante no era clara ni de fácil determinación la definición de quién era la persona adecuada para abordar. El quién es quién del Ejecutivo Nacional debió ampliarse a un mapeo no sólo de "decisores" sino también de "influenciadores".

En muchos casos llegar por caminos paralelos al objetivo trazado en la estrategia de relacionamiento -más allá del tiempo de la gestión- tenía un resultado positivo y legitimado. Lo que sentaba bases para futuros encuentros.

Como es sabido, el desafío de las empresas en el relacionamiento con lo público es poder fijar los intereses particulares que puedan impactar en sus negocios sobre una agenda política que busca velar por una mirada más general y menos sectorial.

El camino de pasar de ser el gobierno de los CEOs a el de los científicos certificó esta posición que fue -hoy más que nunca- primar (por lo menos desde la tribuna pública) el contrato social con "el ferretero" o simplemente "el laburante" y no con los poderosos empresarios a quienes "les llegó la hora de ganar menos".

Estrategia

En este marco donde se juega el partido, la estrategia a medida (desde los asuntos públicos) será y es mapear qué decir, cómo decirlo, a quién pero principalmente cuándo. Aquí es donde la necesidad de la empresa puede colisionar con el desinterés del gobierno de escuchar una posición simplemente porque es fuera de tiempo.

Si esto fuera un clásico del fútbol y como entrenador necesitamos hacer un cambio para llegar el objetivo diríamos: Sale Relacionamiento entra Anticipación.

La antesala de la redacción de un DNU o saber si tal borrador es el que saldría publicado al otro día en el Boletín Oficial se convirtió -durante la cuarentena-en un diferencial de aquellos directores de asuntos corporativos a la hora de informar y poner en situación a sus respectivas casas matrices. Según los hombres de inteligencia desde la consultoría de asuntos públicos uno hace prognosis y no anticipación.

El consultor debería armar escenarios posibles con información de fuentes propias validada por un vínculo construido en el tiempo.

Así como la "gestión de prensa" basa su relación de fuente/periodista en la construcción de confianza, la consultoría de asuntos públicos también: construye puentes, relaciones, fuentes propias y análisis para poder armar el mejor escenario para la toma de decisiones. La inteligencia tomada como herramienta para encender alertas y como el eslabón inicial en la cadena de una estrategia de Asuntos Públicos.

En momentos donde el relacionamiento deja su lugar a la anticipación y teniendo en claro que la competencia en el mercado es con el otro, como decía Aristóteles Onassis: El secreto de los negocios es saber algo que nadie más sabe.