el presidente de Argentina, Javier Milei, volvió a sus orígenes al regresar al Colegio Cardenal Copello, donde cursó sus estudios secundarios y se graduó en 1988. Acompañado por su hermana Karina, quien actualmente ocupa la Secretaría General de la Presidencia, Milei participó en la ceremonia de inauguración del ciclo lectivo 2024 en la emblemática institución educativa ubicada en el barrio de Villa Devoto, en la Ciudad de Buenos Aires.

El evento estuvo marcado por la entrega de la Bandera Nacional al nuevo abanderado y la distinción de la "Cruz del Dios Solo", un reconocimiento que celebra los valores y la excelencia académica de los estudiantes. La presencia del presidente Milei en el acto no solo revistió importancia protocolar, sino que también simbolizó un retorno a sus raíces y una oportunidad para reflexionar sobre la educación y el futuro del país.

Durante su discurso, Milei compartió su visión de la educación como una herramienta fundamental para la formación de individuos libres y autosuficientes. Anunció la creación del Ministerio de Capital Humano, una iniciativa destinada a empoderar a las personas enseñándoles a "pescar" en lugar de darles "pescado". Esta filosofía, basada en la promoción del mérito y la excelencia, busca transformar la asistencia social en una oportunidad de desarrollo personal y profesional.

El presidente también alentó a los estudiantes a asumir un papel activo en la construcción de un país próspero y desarrollado. Haciendo referencia a su propia experiencia en la política y los desafíos enfrentados, Milei compartió lecciones aprendidas en el colegio, como la integridad y la determinación para superar la adversidad.

En cuanto a su gestión gubernamental, Milei destacó los logros alcanzados en materia de austeridad y equilibrio financiero. Subrayó la eliminación de privilegios y la lucha contra la corrupción como pilares de su administración, enfatizando su compromiso con la transparencia y la eficiencia en el uso de los recursos públicos.

La visita de Milei al Cardenal Copello no solo fue un acto protocolar, sino un gesto que reflejó su conexión con sus raíces y su compromiso con la educación y el desarrollo del país. En un contexto marcado por desafíos económicos y sociales, el presidente reafirmó su visión de un futuro prometedor, donde la educación y el mérito son los pilares del progreso.