En la séptima jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 Dolores, el fiscal Juan Manuel Dávila dijo que no tiene "ninguna duda" de que la muerte de la víctima se produjo "tal como los médicos explicaron" en la jornada previa. Además, declararon la perito que tomó fotografías de la víctima durante la autopsia y la jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, quienes confirmaron que el golpe que tenía en la cara el joven era compatible con el calzado del acusado Máximo Thomsen. También se expusieron chats, fotos y audios de WhatsApp que los acusados mandaron después del homicidio.

Dávila aseveró que tal como indicó la médica emergencista que asistió a Fernando en la puerta del boliche "Le Brique" de Villa Gesell y al forense que realizó la autopsia, el joven "no tenía posibilidad de sobrevida" e indicó que su muerte nada tuvo que ver con las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) que le hicieron.

En tanto, María Eugenia Cariac, perito de Policía Científica, indicó en su declaración que Báez Sosa presentaba una impronta de al menos 6 centímetros por 2 en la parte izquierda del mentón, producto de una patada. La lesión, según la especialista que tomó fotografías del cuerpo durante la autopsia, se comprobó que era compatible con la zapatilla que usaba Máximo Thomsen.

Cariac expresó que Báez Sosa presentaba además otra huella similar pero de menores dimensiones en la parte izquierda del cuello, sin poder determinar si correspondía al mismo golpe y calzado.

La perito indicó que se estableció "una correspondencia" entre la lesión en el rostro y la zapatilla marca Cyclone "con diseño en zigzag", que usaba Thomsen al momento del ataque, aunque sugería "una prueba más profunda" para para "corroborar si había correspondencia de diseño".

Por su parte, Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, confirmó que de acuerdo a otra pericia comparativa scopométrica realizada a fines de mayo de 2020, se determinó que "la plantilla que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen se corresponde a la huella en el maxilar inferior izquierdo".

Ante una pregunta del defensor de los acusados, Hugo Tomei, Almirón dijo que "no hay posibilidad de error", y luego agregó que "la secuencia de zigzag" que presentaba la impronta en el rostro "no era posible que fuera de otra zapatilla".

Fuente: DIB.