Después de la crisis global del 2008, que no tuvo un tan alto impacto en la Argentina, se dio un fenómeno creciente en la población mundial, con la presencia de enfermedades mentales derivadas del manejo financiero de las personas, empresas y/o países.

La Argentina hace mucho tiempo que no reconoce un proceso sostenido de estabilidad, y la consabida volatilidad de su economía volvió a desnudarse el pasado fin de semana, tras la renuncia de Martín Guzmán al frente del Palacio de Hacienda y las respuestas de los mercados.

Sus réplicas, de un modo u otro, inexorablemente se harán sentir en cada rincón de su geografía en la vida de todos los días. "Los argentinos somos resilientes ante estos fenómenos, quizás porque estamos acostumbrados. Ante estímulos adversos tratamos de sobreponernos, y a veces salimos fortalecidos, pero -como en todo- uno no puede estar en la trinchera siempre, 24x7. Tiene que existir algún tipo de horizonte" pidió la psicóloga Gabriela Ithurralde.

"Uno tiene ciertas fortalezas para soportar un bombardeo, pero no constantemente. A nivel de lo que nos pasa como país y cómo puede repercutir a nivel de salud mental individual, lo primero que hay para decir es que la cabeza no se lleva muy bien con la incertidumbre" recordó.

"Vamos generando aprendizajes, pero es un aprendizaje a los golpes y uno no puede estar golpeado siempre" reclamó. En este plano, añadió que "nos perjudica bastante no saber. Es como un barco a la deriva, que no sabe dónde está el puerto, dónde está la tierra, para qué lado ir y así es muy complejo darle un orden a la cabeza y que la gente -a nivel población- pueda estar menos estresada".

"Esto estresa" subrayó la psicóloga Gabriela Ithurralde y mencionó que "uno necesita contar con ciertos reaseguros. Como cuando viene un niño a la familia requiere ser amado, que se le dé nutrición, medicación y ese tipo de cuestiones que -fijate- tienen su analogía a nivel social". 

"¿Cuándo esto no está bien qué es lo que falta?" se preguntó, y enseguida respondió: "Alimentos, salud, educación; un paro de transportes, que son los que tienen que traer la medicación y los alimentos".

"Toda esta inestabilidad genera a nivel país lo mismo que le pasa a una familia cuando las bases de sustentación, los adultos, no suministran ese reaseguro que los niños necesitan para ir creciendo. Y, como sociedad, necesitamos el reaseguro de la gente que está encargada de la toma de decisiones" agregó. 

La inestabilidad permanente de la economía argentina, parangonó, oficia a nivel mental como pequeños eventos sísmicos: "Es como si se nos moviera la base de sustentación; nos sentimos inestables".  

"Nadie nos puede decir cómo va a ser tu economía de acá a 6 meses, fundamentalmente los que no tienen la posibilidad de vivir de trabajos del Estado, que son los que más temblor sienten en este caso" reflexionó Gabriela.

Enfatizó luego que el aparato psíquico necesita cierta estabilidad, "por más que haya variables, por más que algo pueda cambiar. El otro problema que tenemos es que uno tampoco puede estimar lo que va a suceder" observó.

Gabriela habló de la postura del avestruz ante el bombardeo mediático que va de la mano con todas las crisis. "En ocasiones les digo a algunos pacientes, o lo hablo en los grupos de 'Mindfulness', que a veces tenemos que hacer dieta de las noticias" recomendó.

"Nosotros decimos que los seres humanos no necesitamos que la verdad nos la cuente otro; la vivimos todos los días. En ese sentido, hacer un poco de dieta de lo que uno consume como estímulo visual o auditivo, porque con eso se tiene que ir a dormir, y eso es insomnio el día de mañana, taquicardia cuando se levanta, la respiración ansiosa y cortita". 

"El ser humano está preparado para lidiar con situaciones de estrés, pero no crónicas. Como cualquier mamífero ofrece resistencias a situaciones de estrés e inclusive puede salir fortalecido de ellas para una próxima vez. El tema es que nosotros nunca tenemos una próxima vez" sintetizó.

Los países donde la previsibilidad es una norma suministran otra atmósfera a los ciudadanos de a pie, pero no dejan a todos al margen de los vaivenes de la economía. "No tanto para los empresarios o grandes capitalistas. Los que tienen 6.000 empleados sufren los mismos infartos que en la Argentina" reveló. 

Las cuestiones básicas allá no son preocupantes: "Tengo conocidos que viven en España y, por decir una cosa, un pack de yogures salía 7 euros hace 20 años y hoy sale 8,50. Acá los precios cambian todas las semanas. Ellos tienen otro tipo de situaciones, como por ejemplo acceder a una vivienda".

En recetas anti - estrés, Gabriela también dio algunos consejos: "Decir bueno, una vez a la semana o dos me desconecto de las noticias, porque no podemos estar siempre aislados de todo; mirar una película para distraerse".

"No hay manera de vivir en una isla. Los recursos que tenemos es apelar a aquello de la vida cotidiana que nos rescata un poco de esto. Podría ser una caminata al sol; un poco de actividad física; vínculos nutritivos, como una buena charla con un amigo o una amiga; una salida a tomar un café; un viajecito a Tandil, que lo tenemos cerca" amplió.

Contó el caso especial de un paciente, que le confió en su consultorio que ante situaciones estresantes "su respuesta es implementar algo todos los días que lo hace sentir de vacaciones, al menos por un momento".

"Podemos hacer algo bueno por otro. Siempre las emociones altruistas, la solidaridad son buenas para el aparato psíquico; cuando uno brinda algo al otro le hace bien al otro y al que lo brinda" planteó Gabriela.

A través de su óptica, la psicóloga Yesica Schamberger habló de que "el ser humano es un ser social por naturaleza, y todas las cuestiones sociales de manera directa o indirecta nos interpelan y nos interfieren en el día a día, para el hoy y para el futuro".

"En el ámbito de la economía el dinero es esencial para cualquier persona adulta. Para lograrlo se requiere de distintos recursos, entre ellos las emociones, e insertos en una economía inestable tiene implicancias en el ámbito psicológico, sobre todo en procesos a futuro, en organizarse, en la forma de invertir ese dinero" dijo.

Desde otro costado, Yesica acotó que "todo esto no implica que no podamos proyectar o utilizar esa inestabilidad como una oportunidad para un crecimiento propio del sujeto".

"Todo trabajo es remunerado y a partir de ahí se pueden establecer otros trabajos diferentes, que ayuden a cubrir las necesidades básicas o brindar otra solvencia para proyectos, viajes u otras cosas" propuso la licenciada Schamberger.

Acerca de la importancia de la cuestión en la vida de las sociedades modernas, según Yesica "la economía interfiere bastante, pero las enfermedades responden a causas multifactoriales y si la situación económica está totalmente desestabilizada puede generar preocupación, pero no una enfermedad en el sentido estricto de la palabra".

"No estar informado, no sirve" indicó, "pero obsesionarnos con la cuestión no nos va a ayudar a tomar decisiones correctas". "Si estamos en una situación económica compleja, para mí lo más importante es dejar de hacer lo que estamos haciendo porque así no vamos lograr nuevos resultados; hay que evaluar los malos hábitos de consumo y establecer un orden de importancia en cuanto a los gastos" recetó Yesica.

Puso como objetivo "adquirir información económica que nos sirva en el día a día. Muchas veces el problema se basa en la falta de educación financiera que tenemos los seres cotidianos".

"Otras veces se ve la intención de vivir de una manera que no se puede, tentados por el consumismo, las tarjetas, las promociones bancarias que nos habilitan a gastar un dinero que no poseemos. Son cosas de las que cuesta mucho salir, porque los humanos somos seres de hábitos" observó.

"Entender" puntualizó la licenciada Yesica Schamberger en el cierre de la charla, que "más allá de los gobiernos que tengamos la economía depende de uno. Nosotros definimos lo que gastamos, en qué, cómo y cuándo".

Su último aporte fue en función de lo que pudo detectar estos días entre las cuatro paredes de su consultorio: "En el ámbito de salud no se nota en demasía las preocupaciones, pero sí la incertidumbre sobre lo que puede deparar el futuro en temas como vacaciones, alimentación, etc.".