Liberan al femicida que asesinó de 113 puñaladas a su novia
Pese a que en 2013 -estando preso-, sumó una nueva condena por "amenazas", fue declarado reincidente y sentenciado a una pena única de 26 años y seis meses de prisión que debía terminar de cumplirse a fines de 2022, voceros judiciales confirmaron que la fecha en la que a Tablado se le vence la pena es el 28 de febrero del año próximo, es decir, dentro de 86 días.
Según las fuentes consultadas, de acuerdo al legajo que está en el Juzgado de Ejecución Penal 1 de San Isidro, a cargo del juez Alejandro David, en la primera causa, es decir el homicidio de Aló, se le realizó el cómputo diferenciado que preveía la ya derogada Ley 24.390, más conocida como del "2x1", que estaba vigente al momento de ese hecho y por ello se le contabilizan doble los días que estuvo en prisión preventiva.
Si bien a lo largo de los 23 años y medio que lleva preso pasó por varias unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), Tablado se encuentra alojado actualmente en la Unidad 21 de Campana.
"Yo le prometí en la tumba a mi hija que iba a ser la sombra de este chacal. Hace casi 24 años que recorro los tribunales para que no salga más y no entiendo qué sucedió ahora para que a este psicópata asesino lo liberen antes", dijo Edgardo Aló, el padre de la víctima.
"No entiendo que un juez diga 26 años y seis meses de forma efectiva y haya otro que le da menos de 24. Le faltan por cumplir prácticamente tres años", agregó el padre de Carolina.
"No puede ser que no se tome en cuenta que este asesino haya anunciado que cuando saliera iba a volver a matar y que matar no es fácil pero es una adrenalina que tiene que volver a vivir, todo dicho de su puño y letra", agregó Aló, al hacer mención a una serie de cartas que una ex novia amenazada por Tablado le hizo llegar.
El caso
El crimen de Carolina Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, ubicada en Albarellos 348 de Tigre.
Aló, de 17 años, estaba de novia con Tablado, por entonces de 20 años, e iban juntos a la nocturna de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre.
Aquel día, alrededor de las 22, la pareja dio distintas excusas en el colegio, logró salir antes del horario de salida y fueron juntos a la casa de Tablado, donde no estaba su familia.
Allí, de acuerdo a lo que declaró luego el femicida, tuvieron relaciones sexuales y luego se inició una discusión por celos que derivó en el homicidio.
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, Tablado persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
Tablado escapó, le confesó lo sucedido a un amigo y se fue a esconder debajo del puente de la calle Tedín, en Tigre, a unas 20 cuadras del lugar del crimen y seis de la escuela, donde, unas horas más tarde, la policía lo detuvo.
El juicio se realizó en 1998 y la polémica giró en torno a que la defensa planteaba que Tablado era inimputable o que al menos debía condenárselo a una pena reducida porque consideraba que actuó en "estado de emoción violenta".
Como en aquella época no existía la figura del "femicidio" y para lograr una perpetua en un crimen de pareja, víctima y victimario tenían que ser cónyuges, la fiscalía y la querella acusaron por la figura del homicidio agravado por alevosía.
Los peritos concluyeron que Tablado tenía una personalidad psicopática y que comprendió la criminalidad de sus actos, pero en un fallo dividido, por dos votos a uno, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple y así evitó la prisión perpetua.
Tablado gozó de salidas transitorias en 2008 y 2011, pero por distintos motivos le fueron revocadas y a fines de 2012, la Cámara de Apelación y Garantías de San Isidro le negó la libertad condicional al tener en cuenta "su inestabilidad emocional".
El femicida tuvo varias novias estando preso e incluso en 2006 llegó a casarse en el penal de Florencio Varela con una de ellas, una docente llamada Roxana Villarejo, con quien tuvo mellizas pero la relación no prosperó y se separaron.
Ella lo denunció por maltrato psicológico y por amenazas telefónicas, tanto a ella como su madre, y en un juicio abreviado que terminó el 21 de noviembre de 2013, el juez Correccional de San isidro Facundo Ocampo, lo condenó a otros dos años y medio de prisión, lo declaró reincidente y fijó una pena única de 26 años y 6 meses de prisión. (Infobae)