Hace tres años exactamente ocurría la muerte de Diego Armando Maradona, la que hirió profundamente al pueblo argentino, ya que significó la pérdida de su ídolo futbolístico más querido. Sin embargo, también dio paso a una compleja batalla judicial que aún tiene varios capítulos por delante. Ocho personas enfrentarán un juicio oral en la causa que ha sido caratulada como homicidio simple con dolo eventual. Tras una exhaustiva investigación, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, y su equipo de trabajo concluyeron que el grupo de médicos y profesionales que atendieron al Diez en sus últimos tiempos, durante su internación domiciliaria en el country de Tigre, fue "deficiente", "temerario" e "indiferente". A principios de este mes, la Sala III de la Cámara de Apelaciones de San Isidro avaló la elevación del caso a juicio oral, el cual será tramitado por el Tribunal Oral Criminal N°3 de la misma localidad, según el sorteo realizado días más tarde.

Los ocho imputados por la muerte de Diego Maradona que irán a juicio oral son Leopoldo Luque, neurocirujano y médico personal de Maradona; Agustina Cosachov, psiquiatra; Ricardo Almirón, enfermero; Gisella Madrid, enfermera; Nancy Forlini, médica de Swiss Medical; Mariano Perroni, jefe de enfermeros; Carlos Díaz, psicólogo; y Pedro Di Spagna, médico clínico. La carátula de la causa es por "homicidio simple con dolo eventual". Se trata de un delito que puede ser castigado con entre 8 y 25 años de prisión. Es importante destacar que los fiscales nunca pidieron las detenciones y los ocho acusados llegarán al juicio en libertad.

El fallecimiento de Diego Maradona ha sido objeto de gran atención y debate en Argentina.

 La autopsia reveló que su muerte fue causada por un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada" y una "miocardiopatía dilatada" en su corazón. Además, el equipo médico que atendía a Maradona ha sido objeto de acusaciones graves. Un equipo fiscal, establecido por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, ha imputado a los miembros del equipo como coautores de un "homicidio simple con dolo eventual". Se les acusa de haber sido "deficientes", "temerarios" e "indiferentes" en su atención médica, siendo conscientes del riesgo de muerte que enfrentaba Maradona y no habiendo tomado medidas para prevenirlo. En la acusación, los fiscales sostienen que los imputados incumplieron sus deberes profesionales, agravando el estado de salud de Maradona y contribuyendo al desenlace fatal que, según argumentan, podría haberse evitado. Estos sucesos han generado un profundo debate sobre la responsabilidad médica y la ética profesional en el país, y continúan siendo objeto de seguimiento por parte de la opinión pública y las autoridades judiciales.