Un joven de 17 años fue agredido a trompadas en el ingreso al boliche Club Berlín, en Rincón de los Sauces, por un hombre de más de 40 años, expareja de su mamá. Por temor, se fue del pueblo y ahora vive con su papá en Añelo. Reclaman que la fiscalía le formule cargos al agresor.

Todo es vertiginoso, violento y real. La secuencia dura un minuto, en el que se aprecia una escalada de violencia alarmante. Hubo golpes que, si los conectaba, el joven no se sabe cómo hubiese terminado. La intensión también cuenta, no se olviden.

Al personal de seguridad del boliche se los observa haciendo esfuerzos denodados para evitar que reingresen al local.

Una vez que se produce el incidente, todos quedan enredados en una danza local y brutal, donde un par de tipos adultos golpean al joven de buzo blanco, la víctima, mientras unos patovicas tratan de frenarlos.

El remolino de golpes y agarrones provoca que entren y salgan del boliche. De fondo, afuera, se ven las sirenas de la Policía.

En el boliche Club Berlín de Rincón de los Sauces ocurrió el incidente.
En el boliche Club Berlín de Rincón de los Sauces ocurrió el incidente.

En el boliche Club Berlín de Rincón de los Sauces ocurrió el incidente.

Madrugada a las trompadas en Berlín

El incidente ocurrió alrededor de las 2 de la madrugada del 18 de noviembre del año pasado el boliche Berlín de Rincón de los Sauces.

A ese local fue el joven fue con un amigo y tuvo la mala suerte que el ex de su mamá concurriera con dos amigos.

Pero hay que tener en cuenta que es Rincón, no Las Vegas. Las posibilidades de encontrarse en un local nocturno son altísimas.

En un momento se cruzaron y el hombre le manifestó que “con él estaba todo mal”. Tiempo atrás le había dicho a su ex, durante una discusión donde ella le dijo que iba a llamar a su hijo, “tráelo que a ese le tengo un hambre terrible”, recordó el abogado querellante Fabián Flores a LMN.

Por eso, cuando se cruzaron el boliche, hubo un intercambio de palabras y la brutal reacción del hombre contra el joven, que en ese momento era menor de edad, tenía 17 años.

Tras la gresca, el joven terminó en la Clínica Maternidad Rincón, donde permaneció internado 48 horas en observación.

Los médicos diagnosticaron: “politraumatismos sin pérdida del conocimiento, hematomas, escoriaciones y síntomas de estrés postraumático con alteración del descanso”.

El alta se la dieron el 20 de noviembre y la justicia dispuso medidas de protección que incluyeron rondines policiales y una prohibición de acercamiento.

Al segundo día de recibir el alta, fue amenazado en plena calle por un sobrino de su agresor. Pueblo chico, infierno grande.

Esa situación derivó en que el joven se mudara a vivir con su papá a Añelo por una cuestión de seguridad.

El pasado 22 de mayo, en una audiencia, se supo que la fiscalía aplicó un criterio de oportunidad entendiendo que no hubo un perjuicio o afectación del interés público. El agresor no tenía antecedentes y al joven le consiguieron asistencia psicológica en el hospital público de la localidad.

“De conformidad con lo previsto, este Ministerio Público Fiscal prescinde del ejercicio de la acción penal”, refirió la funcionaria judicial en la audiencia.

Esta situación disparó la indignación de la familia del joven y de su abogado querellante porque ni siquiera le formularon cargos.

No obstante, el juez de garantías resolvió revocar el criterio de oportunidad y ordenó que se continúe con las medidas investigativas del caso.

Reclamo de la familia y querella

“A la Fiscalía dio la sensación de que no le interesaba nada. Entendemos que pueden estar con mucho trabajo, pero a este joven lo golpearon. Nuestra pretensión es que le formulen cargos y le impongan algún tipo de medida al agresor como un tratamiento psicológico o realizar algún curso para desaprender conductas violentas”, señaló Fabián Flores.

Para el letrado, el hecho reviste en una suerte de violencia transversal. Es decir, el hombre agrede al joven para dañar también a su ex. Si bien el argumento es entreverado, no escapa a la realidad de dicho conflicto.

Desde la querella se desestimó mayor interés en que el agresor le pague los lentes al joven porque eso ya lo solucionó su papá.

Para que se entienda, el joven estaba con los lentes puestos al momento de sufrir la agresión.

El querellante deslizó que la fiscalía podría haberse preocupado de que el agresor repare el daño.

Por último, destacaron que desde la Defensoría de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente no se articuló ningún tipo de medida ni acción. Lo que también generó bronca en la familia afectada, que autorizó la difusión del video, aunque ya su hijo cumplió 18 años.

Por ahora, este medio, no difundirá sus nombres hasta que la justicia no avance con acciones concretas.