Antes de la lectura del veredicto, tanto Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, como Estrella, ex subjefe de la base aérea de Chamical, insistieron que en que la muerte de Angelelli fue "un accidente completamente fortuito", aseguraron que la causa estaba "armada" y sostuvieron que no hubo pruebas en su contra.

"Yo no tuve nada que ver con la muerte de Angelelli. Soy inocente", dijo Menéndez, ya condenado anteriormente siete veces por crímenes de lesa humanidad.

Aunque durante años la muerte de Angelelli se entendió como un accidente automovilístico, siempre hubo sospechas por las amenazas que había sufrido el obispo.

Cuando se reanudaron las investigaciones por los crímenes de lesa humanidad, la pesquisa judicial por este hecho llegó al punto de la exhumación del cadáver del prelado y se estableció que había elementos para pensar en un homicidio.

Al leer el veredicto, el Tribunal Oral Federal de La Rioja afirmó que "los hechos acontecidos el 4 de agosto de 1976 a horas 15 aproximadamente fueron consecuencia de la acción premeditada, provocada y ejecutada en el marco del terrorismo de estado y por lo tanto constituyen delitos de lesa humanidad".

Fue así que, en un voto dividido, Menéndez y Estrella fueron considerados responsables de asociación ilícita y autores mediatos del homicidio del obispo y la tentativa de homicidio de su compañero en aquella jornada fatídica, el ex sacerdote Arturo Pinto.

Expresamente el Tribunal también revocó la prisión domiciliaria de la que ahora ambos gozaban y los envió a una cárcel común.

Los fundamentos se conocerán el 12 de setiembre, pero el tribunal rechazó los planteos de las defensas oficiales, incluso los pedidos de procesamiento por falso testimonio de víctimas y testigos, mientras que ordenó investigar por encubrimiento a dos militares, el coronel José María de Casas y el general Jorge María Apa.

Angelelli murió el 4 de agosto de 1976 cuando conducía su camioneta de regreso desde Chamical, adonde había asistido a una misa de homenaje a dos curas y un catequista asesinados, y a la altura de Punta de los Llanos, sobre la ruta 38, el vehículo volcó.

El sacerdote Pinto quedó inconsciente por el golpe, y luego relató que el vehículo fue cruzado por otros dos automóviles hasta que lograron hacerlo volcar.

El monseñor sobrevivió al vuelco y su cuerpo quedó tendido en el pavimento, pero un rato después murió. Algunas versiones dan cuenta de que habría sido rematado a golpes en la cabeza en esa agonía.

Conocida la sentencia, Marilé Angelelli, la sobrina de monseñor, dijo que sentía "mucha emoción" y que "faltan los civiles, pero ya está".

"Se hizo justicia, esta es la verdad. El ''Pelado'' (por Angelelli) me dijo hay que seguir andando. Y ese es el desafío", dijo Arturo Pinto, presente en la sala.

También escucharon el veredicto Graciela Ledo, hermana del soldado desaparecido Alberto Agapito Ledo -por el que está siendo investigado el jefe del Ejército, César Milani-, y el obispo actual, monseñor Marcelo Colombo, quien expresó que le dio "gran serenidad espiritual" la actuación de los jueces.

"Con la hora de la verdad llega también la hora de la justicia y entonces podremos caminar tranquilos hacia el futuro", dijo Colombo.

DyN