Una de las preguntas que se repiten cada vez que hay elecciones presidenciales en Estados Unidos es el impacto que el resultado puede tener en Argentina. En principio, el efecto directo es limitado debido a la agenda bilateral reducida y relativamente no conflictiva entre ambos países. Sin embargo, el impacto podría hacerse sentir en otros ámbitos, especialmente en el contexto económico global.

El nivel de la tasa de interés en Estados Unidos juega un papel clave en el costo del endeudamiento global y la disponibilidad de capitales para otros mercados, y también afecta al valor del dólar. Estos factores son de gran importancia para Argentina, ya que influyen en la política cambiaria local y en el precio de las commodities.

Aunque la Reserva Federal define la tasa de interés, esta decisión está condicionada por la inflación, que, salvo choques externos, depende en gran medida de las políticas del Gobierno estadounidense. El PIB de EE.UU. creció un 2,8% en el segundo trimestre del año, y se espera que la próxima administración enfrente una tendencia a la baja en la inflación.

Las opiniones sobre el impacto económico de un posible mandato de Donald Trump o de Kamala Harris varían. Para algunos economistas, las políticas proteccionistas de Trump, que podrían implicar mayores aranceles a productos importados, podrían aumentar los precios. Por otro lado, una administración demócrata bajo Harris podría provocar un desequilibrio fiscal, lo que podría llevar a una mayor inflación.

En términos de relación bilateral, la afinidad ideológica de Javier Milei con Trump ha alimentado la expectativa de que la elección de Trump podría facilitar una rápida asistencia del FMI a Argentina. Sin embargo, este pensamiento tiene un alto grado de especulación y podría limitarse a coincidencias en las votaciones en organismos internacionales.

En contraste, un triunfo de Harris implicaría una relación política completamente diferente. Las diferencias en agendas como la climática y de género marcarían una distancia considerable con Milei.

No obstante, la relación entre ambos países estará más influenciada por factores estructurales y responsabilidades institucionales que por las simpatías personales o visiones ideológicas de los presidentes.