Hace unos días, el Ejecutivo decidió mover de sus puestos de directores a seis funcionarios municipales y dejarlos como simples empleados. Uno de ellos fue Agustina Marino, quien estaba en el área de Gestión Cultural de la comuna. Marino se enteró de la decisión a través de amigos y se quejó del trato recibido por el Municipio. Según ella, esto es un "manoseo horrible" y una falta de respeto.

Pero, en lugar de cuestionar la eliminación de su cargo, Marino se enfoca en las formas "antiéticas e inhumanas, sin respeto por la identidad, la historia y el trabajo realizado". Parece que le duele que la política ignore el conocimiento técnico y la gestión, priorizando intereses, militancia y aportes.

El intendente Ezequiel Galli también habló sobre el tema en una entrevista en el programa Ya Fue de Jumplay. Admitió que fue una decisión tomada hace tiempo y que se manejó mal el asunto. Reconoció que se comunicó de manera incorrecta y que no se habló con Marino como se debía. Qué pena, ¿no?

En cuanto a la eliminación de los cargos, Galli comentó que "estamos en un momento en el que hay que achicar y ordenar muchas cosas. Fue simplemente eso. No es solo Agustina, son seis direcciones que evaluamos con el equipo y que consideramos necesarias".

Hablemos ahora sobre la polémica con el delegado de Sierras Bayas, Guillermo Rikal. Su renuncia, pedida por Galli, ha generado malestar entre un grupo de vecinos de la localidad, lo que ha llevado a la redacción de un comunicado e incluso a una movilización posterior.

En uno de los comunicados se lee: "Galli nos prometió a los delegados en su primera campaña y ahora, a la primera oportunidad, los saca y pone a otra persona. Eso no es democrático". Galli defendió su decisión recordando que el decreto de las elecciones de delegados establece que para que él respete la decisión popular expresada por la gente, se debe alcanzar un cierto nivel de participación. En el caso de Sierras Bayas, este nivel no se alcanzó.

El Intendente argumenta que la gente dice que Rikal fue elegido, pero tampoco fueron a votar. "Había más gente reclamando en la marcha que la que fue a votar", señala Galli. Respecto a por qué le pidió la renuncia a Rikal, explica que durante las visitas que hicieron a Sierras Bayas notaron que había mucho malestar con el delegado y que había una necesidad de cambio.

"Durante las visitas, Guillermo era el enemigo público número uno y lo destrozaban. La mayoría de la gente pedía un cambio de delegado", afirma el Intendente. Con respecto al ex delegado, Galli dice que lo valora mucho como trabajador y como persona, pero que "ha cumplido un ciclo" y eso es lo que la gente le transmitía.

Hay personas que lo defenderán, lo entiendo, pero había una necesidad. Cuando las cosas no van bien, hay que hacer ciertos movimientos. Así que, en resumen, parece que el Municipio ha tomado algunas decisiones polémicas últimamente y las reacciones de los afectados no se han hecho esperar.