Intendente pierde poder y despide a funcionario por denuncias de corrupción
El intendente, preocupado por la caída en las PASO, echó a un funcionario de su confianza por denuncias de corrupción. Antes lo había sostenido por más de un año.
Luego de ser derrotado en las últimas PASO a manos del peronismo, el intendente macrista de Olavarría, Ezequiel Galli, comienza a dar signos de una disminuciòn de su poder, construido durante los últimos ocho años. Tras numerosas denuncias, entre las que predominó una por venta ilegal de terrenos públicos, el secretario del área vinculada a desarrollo social y ladero de Galli desde los inicios de su gestión, Diego Robbiani, partió del gobierno. Previo a su salida, otros seis directores fueron dados de baja como Agustina Marino.
“Galli lo sostuvo hasta el final, pero la desesperación para dar vuelta la elección termino con la renuncia”, comentaron desde la oposición al actual intendente en relación a la salida de Robbiani. Sucede que en las primarias el actual jefe comunal que jugó con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli en la interna de Juntos por el Cambio, terminó en el tercer lugar. Quedó debajo del ganador, Maximiliano Wesner, de Unión por la Patria, y de Carolina Arouxet de La Libertad Avanza. Si bien JxC fue la segunda fuerza mas votada, Wesner se alzó con cinco mil votos más que Galli.
En relación a la situación de Robbiani, se desempeñó como titular de la Secretaría de Desarrollo Humano y Calidad de Vida desde 2015. Sin embargo, el gobierno de Galli ha experimentado una pérdida de legitimidad y votos: se redujo en 17 mil votos entre las elecciones de 2019 y las celebradas el 13 de agosto. Durante los últimos dos años, Robbiani se ha visto involucrado en diversos casos de corrupción que han afectado su reputación. El impacto más significativo fue debido a las acusaciones de venta ilegal de terrenos a través de un asesor de Galli vinculado al área de Desarrollo Humano, Mariano Ciancio. Se ha alegado que Ciancio obtuvo acceso a información exclusiva del municipio para identificar lotes vacíos.
Pero la salida de Robbiani no fue la única de la semana. Cuarenta y ocho horas antes de la partida del funcionario manchado por la causa de los terrenos, Galli echó a seis directores entre las que se destaca la directora de Gestión Cultural, Agustina Marino. En un mensaje público, la ex funcionaria se despachó contra el intendente y señaló que su decisión fue “lamentable” e indicó que es “doloroso que la política ignore el conocimiento técnico y la gestión y se prioricen intereses, militancia y aportes". Pero no se quedó solo con esas palabras y fue a fondo respecto a la manera en la que fue desplazada de su cargo: “Formas antiéticas e inhumanas.”
Wesner a dias de una victoria casi segura
Días atrás, un dirigente de peso en el peronismo de Olavarría explicó a este medio que una de las variables que más limó el apoyo de los olvarrienses a Galli fue la caída de la "transparencia", un concepto muy publicitado por el macrismo. Las sucesivas denuncias contra su gobierno, entre otras cuestiones, llevaron a una merma de cerca de 10 mil votos entre las elecciones legislativas de 2021 y las últimas PASO, y permitieron que el peronismo local volviera a ganar una elección después de una década.
Una tras otra de Robbiani
Con la causa de la venta de terrenos investigada por la UFI N° 4 de Azul, Robbiani fue citado por el Concejo Deliberante local a raíz de otro escándalo que le estalló en marzo de este año. No se presentó ante el cuerpo legislativo. Y una empleada de la Municipalidad denunció que desde el área del funcionario se utilizaban fondos pertenecientes a tarjetas con las cuales la intendencia daba asistencia económica para la compra de alimentos. Esos fondos habrían ido a parar, según la denuncia, a cuestiones particulares de la secretaría de Robbiani.
A partir de la nueva denuncia, Silvana Rosales, mano derecha de Robbiani, debió salir de la gestión.
Medios locales informaron sobre otra arista más. La pareja del secretario renunciado, quien además se habría encargado de entrevistar a los beneficiaros de las tarjetas, Luciana Moran, casualmente fue beneficiada en un sorteo del único plan habitacional de la gestión gallista: Tu Vivienda, o casas TUVI, como se la conoció en Olavarría. Fue un proyecto que originalmente preveía hacer 20 casas, pero terminaron siendo catorce por fallas en la construcción que obligó a demoler parte de lo hecho. Una de las 14 terminó en manos de Morán.
Ante lo sucedido, el Frente de Organizaciones en Lucha se movilizó y su referente, Sebastián Borghi, afirmó que “no hay un banco de tierras, no hay un crédito para la clase trabajadora, pero sí hay una casa TUVI para Luciana Morán, y a la vez se hacen negociados turbios con el banco de tierras municipal.”
Un tercer conflicto en la carrera de Robbiani y que también le valió una movilización en contra fue cuando por iniciativa de cartera se quisieron apropiar de unos terrenos linderos a la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°2. En aquel momento, la comunidad educativa alzó su voz y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, intervino para la correcta escrituración de los lotes a nombre de la institución educativa.
Limpieza por no aportar
La salida de Marino fue parte de un paquete de despedidos que Galli utilizó para ejemplificar las consecuencias de no realizar aportes económicos a la campaña macrista. En un comunicado, la comunidad de artistas de Olavarría rechazó la decisión del intendente y destacó la importancia de la función de Marino en los proyectos culturales y educativos de la comunidad.
Quienes corrieron con la misma suerte que la directora de Cultura fueron la directora de Estadísticas y Estrategia Productiva, Florencia Guarino; la responsable de la Autoridad de Registro de la Firma Digital, Natalia Paz; el titular de Bromatología, Damián Alcobedo; la asesora del Departamento Ejecutivo, Melina Núñez Ruviera; y la asesora en Gestión de Recursos Humanos, María Feijoo. En todos los casos, las mismas excusas se utilizaron en relación a los aportes.
La modalidad del intendente Galli de expulsar y fragmentar a sus equipos no es algo nuevo. Desde el comienzo de su gestión, el gobierno de Olavarría ha estado marcado por un episodio que dejó una huella permanente: el recital del Indio Solari, que fue severamente cuestionado por la comunidad política y la mayoría de los olavarrienses debido a su pésima organización, que incluso resultó en la muerte de dos personas.
El ex jefe de Gabinete, Dalton Jáuregui, quien era el jefe de gabinete en aquel entonces, fue premiado con una senaduría provincial por la séptima sección. Según Jáuregui, su rol había sido determinante para evitar la caída del gobierno de Galli, afirmación que solía hacer por los pasillos de la Legislatura en aquellos días. La ex gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Producción, Joaquín De la Torre, corrieron en su auxilio para mantener el bastión que representa la ciudad cabecera de la sección.
Sin embargo, en las últimas elecciones primarias, Jáuregui siguió la línea de otros ex funcionarios de Galli y lo criticó por su estilo de trabajo y su falta de generosidad al gobernar. Como resultado, el ex jefe de Gabinete se convirtió en el precandidato del sector liderado por Bullrich y compitió en las internas de Juntos por el Cambio contra el actual intendente. A pesar de haber sido derrotado, Jáuregui no saludó a Galli y solo envió un mensaje al sector de las palomas, que, de todas formas, fueron los grandes perdedores en las últimas elecciones.