"El 30 de junio debemos pagar 900 millones de dólares y los vamos a pagar", sostuvo la mandataria y agregó que instruyó al Ministerio de Economía "para que se tomen todas las medidas para pagarles a los que creyeron en la Argentina".

No obstante, no dio precisiones sobre cómo la Argentina realizará estos pagos eludiendo la posibilidad de ser sometida a embargos y caer en default.

La presidenta señaló que el fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos "no la sorprendió" y reveló que "lo esperaba" porque es la "convalidación de una forma de hacer negocios".

Además, consideró que la Argentina "esta sometida a esta extorsión" y afirmó que "todo gobernante, todo país tiene que estar dispuesto a negociar, pero no puede dejar someter a su pueblo a una extorsión semejante".

"Queremos cumplir y honrar nuestras deudas y lo vamos a hacer", se encargó de remarcar en varias oportunidades la presidenta.

La mandataria explicó que la medida del juez Thomas Griesa implica una erogación de 15.000 mil millones de dólares y graficó que "representa más del 50 por ciento de las reservas", con lo cual consideró "absurdo e imposible" pagarlo.

La presidenta dio detalles del juicio contra los holdouts durante un discurso que se emitió por cadena nacional que se extendió por espacio de 28 minutos.

Por la mañana se conoció la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de rechazar la apelación de la Argentina para que revise los fallos de tribunales inferiores y que obligan al país a pagar 1.330 millones de dólares.

Al respecto la mandataria consideró que el "fallo fue contrario a la Argentina, pero también al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina y reestructuraron la deuda; y por qué no decirlo, también en contra del sistema financiero global".

En ese marco, Cristina Fernández se quejó de que el máximo tribunal de los Estados Unidos no tuvo en cuenta el reclamo de gobiernos como los de Francia, México y Brasil, así como de "más de cien parlamentarios británicos", en apoyo a la postura argentina.

La presidenta explicó que el reclamo tiene como protagonista al fondo de inversión NML que tiene bonos adquiridos en el año 2008 por 48,7 millones de dólares y afirmó que "el retorno a 2014 es el 1608 por ciento en dólares".

La mandataria se quejó porque "el reclamo original es de 428 millones de dólares y el juez Griesa ordena pagarles 1500 millones de dólares, todos juntos sin plazo y cash".

Durante su exposición la presidenta reseñó los orígenes de la deuda externa y apuntó a "dos grandes estafas, al blindaje y al megacanje", como dos factores esenciales en el endeudamiento argentino.

DyN