Diversidad, federalismo y trabajo, son algunas de los valores que busca trasmitir la escarapela del bicentenario bonaerense, recientemente presentada por el Gobierno de Axel Kicillof, en el marco de un "plan de estética" que parece algo más "politizado" que el de su antecesora María Eugenia Vidal.

La conmemoración de los 200 años de la provincia parece ser la excusa perfecta para trabajar sobre una problemática que desvela a Kicillof y los suyos: la falta de una identidad clara que unifique a todo el territorio (interior y conurbano) y a los diversos sectores productivos (campo e industria).

El gobernador viene hablado de eso en cada discurso. La semana pasada, en la apertura del 148° período de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial, pidió "aprender" de la historia de la provincia y "recuperar el orgullo de ser bonaerenses".

En ese acto se repartieron escarapelas provinciales del bicentenario que, entre otros, llevaron puesta la vicegobernadora Verónica Magario y el presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, ambos sentados al lado de Kicillof.

La escarapela bonaerense fue ideada por el Ministerio de Comunicación Pública y el Gobierno buscará que esté presente en las distintas actividades que se realicen por la conmemoración del bicentenario.

El distintivo, según detalla un documento interno al que tuvo acceso DIB, tiene como objetivo "transmitir un conjunto de ideas y valores que hacen a la identidad bonaerense" como "la diversidad, la producción y la integración".

En su centro, la escarapela tiene el sol amarillo del escudo provincial, que está rodeado por un engranaje rojo que "remite al federalismo" y a la idea de "una provincia viva y vibrante". Por fuera, un anillo de hojas de laurel representa "la unidad y la gloria".

El rojo del engranaje tiene un matiz similar al del logotipo del Partido Federal (la flor estrella federal) de Juan Manuel De Rosas, una figura que viene siendo reivindicada por Kicillof, quien recientemente colgó en su despacho un cuadro del prócer que le cedió el presidente Alberto Fernández.

"El contraste de colores y símbolos busca expresar la diversidad de la Provincia, que con sus ríos, mares, sierras, campos, grandes ciudades y pequeñas localidades compone un universo tan amplio como heterogéneo", señala el documento.

Esta idea va en consonancia con otra premisa de Kicillof: la provincia, a pesar de sus diferencias, es una sola. "Buenos Aires no solo es viable, sino que es potente, poderosa y grandiosa. A la provincia no la van a dividir", dijo Kicillof en la Asamblea Legislativa.  

Axel Kicillof y un cuadro de Juan Manuel De Rosas.

Nuevo isologo, Estado presente

Junto a la escarapela, la Provincia también lanzó su nuevo isologo, un mapa bonaerense en color cian (cambió el verde de la gestión anterior) armado por distintas figuras que representan a actividades vinculadas a la industria, el campo, la salud, el transporte y el turismo, entre otras.

El escrito que acompaña al dibujo dice "Gobierno de la Provincia de Buenos Aires" y se diferencia sustancialmente del "Buenos Aires, Provincia" del gobierno de Vidal.

"El texto buscó poner en primer plano la presencia del Estado a la luz de un generalizado sentimiento de desprotección y ausencia estatal que sienten los y las bonaerenses", le explicó a DIB la ministra de Comunicación Pública, Jesica Rey.

La funcionaria agregó que "el nuevo color surge de la mezcla de los dos colores presentes en bandera provincial, que son el verde y el azul", y que el isologo también fue "íntegramente desarrollado" por equipos de su cartera para evitar "inversiones publicitarias desmedidas e innecesarias". (DIB)