“El básquet para mí siempre fue un cable a tierra y desconecte total en el día a día”
La lamatritense, radicada en Inglaterra, viajó especialmente al país para participar del Mundial de Maxibásquet junto a su hermana.
Las hermanas Mercedes y Laura Rodrigo vivieron gran parte de sus vidas ligadas al deporte y el básquet fue un factor en común. Tal es así que “Mechi”, la mayor, viajó más de 7 mil kilómetros desde Inglaterra para reunirse con la “Negra” -que también hizo un buen trecho desde Bariloche- en Mar del Plata y participar del Mundial de Maxibásquet que culmina hoy. EL POPULAR habló con Mercedes sobre esta aventura y cómo vive ella la pasión por la naranja.
“La posibilidad surgió a partir de que mi hermana viene jugando en competencias nacionales e internacionales y me contó. Nos empezamos a manijear con la posibilidad de jugar juntas y finalmente se dio”, contó sobre cómo inició el proyecto.
Aunque finalmente quedaron en el mismo equipo, las hermanas Rodrigo sí se cruzaron en la cancha, con victoria para la menor.
“Hubiera sido el combo”, resumió Mechi en un parate que tuvo durante el certamen. “Poder participar es lindo porque jugar al básquet es lo que nos gusta, y más porque representamos al país”, señaló.
“Te divertís, te enojás un rato como pasa siempre, pero es lindo”, reveló sobre cómo vive la competencia.
Mercedes Rodrigo dejó la Argentina hace casi cinco años y primero se instaló en Escocia y desde hace tres meses se mudó a Inglaterra, pero eso no le impidió seguir ligada al deporte.
“Ya encontré un club cerca de casa y me anoté. Los entrenamientos y la competencia empiezan en septiembre así que cuando vuelvo comienzo a jugar allá”, mencionó respecto al básquet. Mechi junto con Diego, su hermano, jugó durante varios años al Korfball, un deporte de los denominados "alternativos" en la Argentina, en el que participan dos equipos de ocho jugadores -mixtos obligatoriamente- que buscan introducir una pelota dentro de una canasta. La cancha tiene medidas similares a la del handball, y se divide entre las zonas de ataque y defensa. Mantiene ciertas similitudes con el baloncesto y, de hecho, se considera una evolución de éste.
“Quedó abandonado en los últimos años, porque el tiempo que estuve en Escocia no había equipos”, reveló sobre aquella disciplina con la que supo ser campeona bonaerense y participar a nivel internacional.
Más allá del mundo naranja:
“Para mí, el básquetbol siempre fue un cable a tierra, de descarga y desconecte total en el día a día. Me permite disfrutar un montón, conocer gente y fue el vehículo más importante para intentar tener un desenvolvimiento social en un lugar donde la cultura es totalmente diferente a la mía y donde no manejo bien el idioma”, apuntó Mercedes Rodrigo sobre lo que significa el básquet en su vida.
“Adentro de la cancha no importa si hablo bien o no inglés, nos entendemos”, resumió sobre cómo se desenvuelve dentro del rectángulo de juego.
A partir de esta respuesta, Mechi se introduce en otro eje importante para la charla: la vida social y cómo impacta el deporte en ella.
“Cuando hablas otro idioma se generan dos personalidades porque te sentís limitado, pero en la cancha, como todos aprendimos más o menos lo mismo, el deporte es el deporte y las reglas son las mismas... no necesitás más. Podrías no hablar e igualmente podrías jugar sin problemas”, mencionó.
A la vez hizo un análisis sociológico del juego y cómo se vive en la Argentina y Escocia, donde vivió varios años. Lo primero que aclaró es que “hay que separar fanatismo de competitividad”. “En Argentina hay mucho de las dos cosas. Yo no comparto el fanatismo; me gusta competir sí, si entro a la cancha es porque quiero ganar; pero si no gano se termina ahí, el que está enfrente no es mi enemigo, es mi rival y si no estuviera, no podría jugar”, indicó luego.
“En Escocia, el deporte amateur ni de casualidad tienen el nivel de competitividad que tenemos nosotros, pero no por una cuestión del deporte en sí, sino porque la sociedad aún tiene muy diferenciado los roles. Las mujeres tienen un grado de sumisión que aterra y eso se traduce a lo que pasa en la cancha, no se tiran al piso como esa regla del ‘vas por todo’ ”, sostuvo.
“Los roles de género están súper marcados; si bien hay una aceptación de lo que debería ser, en el día a día te encontrás con una mujer y te baja la vista y el hombre no, cosas que acá están superadísimas”, marcó Mechi.
“Los horarios centrales los tienen los varones, las mayores posibilidades de competencia también”, ejemplificó.
“Acá todavía persiste falta mucho camino por recorrer para que haya igualdad de oportunidades, pero a nivel social acá hay más empoderamiento para las mujeres que toman roles y lugares, y demostrar que las cosas no están equiparadas y falta mucho”, mencionó.
“El deporte en la Argentina se ha generado mucho para la mujer. En La Madrid, cuando era chica, pudimos practicar deporte porque existía el CEF y porque hubo profes que le pusieron amor y garra, porque les gustaba el deporte y nos dieron la oportunidad de aprender y desarrollarnos; creo que hoy existen más cosas que antes y no sólo el CEF, ya hay espacios para la práctica del deporte”, anotó.
“Hay más oportunidades, pero todavía falta un montón de horarios, de deportes, posibilidad de competencia. Ha avanzado un montón, pero falta un montón de desarrollo y queda un camino largo”, destacó Rodrigo.
“El deporte te ayuda en un montón de aspectos, no sólo en la práctica deportiva en sí. Te ayuda en el desarrollo personal, en entender que no está solo en el mundo y que compartís con una sociedad donde se generan vínculos y hay que mantenerlos, y donde es más importante el conjunto que la persona”, subrayó.
“La parte competitiva hay mucho por trabajar, porque destruye varias cosas que se construyen. Hay que rever la competencia para que sea más sana y no destruya a las personas”, cerró Mercedes Rodrigo.