La Argentina enfrenta una epidemia de dengue con más de 438.000 casos de personas afectadas y 301 fallecidos, debido a la transmisión del virus por las hembras de mosquitos Aedes aegypti.

La especie de mosquito se llama Aedes albifasciatus. Es la que tiene la distribución más amplia en el país, desde las provincias del Norte hasta Tierra del Fuego. También vive en Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile.

Los “albifasciatus” no transmiten dengue, zika ni chikungunya. Popularmente, se lo conoce “mosquito charquero”, zancudo callado” o “mosquito de la inundación”.

Como hubo niveles de lluvia superiores a los normales, esa enorme cantidad de lluvia favorece un aumento de las picaduras por las poblaciones de mosquitos Aedes albifasciatus.

El ministro de Salud porteño Fernán Quirós señaló que en estos días de lluvia se siguen viendo mosquitos, pero que se trata de otra especie, el llamado coloquialmente "mosquito del charco", que es mucho más grande, más torpe, más negro y que pica en todo momento, estando vinculado a la humedad y las condiciones actuales.

La bióloga Laura Harburguer, investigadora en control de mosquitos del Conicet y la UNIDEF, comentó sobre la presencia de Aedes albifasciatus en el AMBA a pesar de las bajas temperaturas.

Se calcula que esta invasión de Aedes albifasciautus no debería durar más de 7 días. Con más frío, los mosquitos no sobrevivirán, señaló Harburguer.

Las hembras de esa especie de mosquito colocan los huevos sobre el suelo húmedo en zonas anegables. En cambio, las de Aedes aegypti lo hacen en recipientes artificiales con agua.

Los huevos de A. albifasciatus se encuentran en charcos temporales, donde nacen las larvas cuando llueve y se llenan de agua. Según explicó recientemente la doctora Sylvia Fischer, investigadora del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de la UBA y Conicet, los nacimientos simultáneos en muchos lugares pueden ocurrir cuando llueve mucho y en varios lugares.

Las picaduras de las dos especies de mosquitos en las personas son distintas. Las de Aedes albifasciatus son más “agresivas”. Duelen más.

De acuerdo con la doctora Fischer, los individuos de esa especie son más “torpes”. Eso está relacionado con que “la fuente normal de sangre de esa especie son distintos mamíferos silvestres o el ganado, que son animales con cueros más gruesos que la piel de los seres humanos”, precisó.

Para protegerse contra los mosquitos, se pueden usar repelentes autorizados por la ANMAT que contengan sustancias activas como DEET, IR3535 e icaridina.