La reactivación de las plantas de Fabricaciones Militares que dejaron de funcionar durante el gobierno de Mauricio Macri ya está confirmada y en ese marco, para la ubicada en el distrito bonaerense de Azul suenan tres proyectos: los dos más firmes están vinculados a la destrucción de chalecos y de armamento militar, mientras que también se evalúa la posibilidad de cultivar cannabis medicinal.

Así lo confirmó ayer a este Diario la azuleña y dirigente provincial de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Vanina Zurita, quien a mediados de junio último había mostrado su optimismo a partir de la reposición del director, el ingeniero Oscar Espinoza, quien había ocupado ese cargo hasta diciembre de 2017 , cuando el lugar cerró sus puertas dejando a unos 220 trabajadores en la calle.

En aquella ocasión, Zurita había calificado esa decisión como "un paso fundamental para nosotros", al tiempo que aludió a "la alegría de que puedan recuperarse muchas fuentes laborales para la gente de Azul".

"Al tratarse de una persona del riñón de la fábrica, hace que tenga un mayor compromiso y un amor hacia ella que quizás alguien que venga de afuera no lo tenga", había evaluado la dirigente.

Otro tanto sucede con la planta de Río Tercero, en Córdoba, sobre la que en los últimos días se confirmó que fabricará vagones para trenes.

En Fanazul, sin embargo, aún resta saber el perfil productivo que tomará la planta que se dedicaba a fabricar explosivos para la minería. "En función de la reasignación de Espinosa en su puesto, (a nivel gremial) hemos mantenido conversaciones con la conducción de Fabricaciones Militares", enfatizó la dirigente sindical. Aunque la decisión de reabrir ya es un hecho, todavía no se puede hablar de una fecha en concreto, ya que decisiones de esta naturaleza están atadas al confinamiento surgido de la pandemia de coronavirus y, por qué no mencionarlo, también a una realidad económica que de alguna manera actúa como limitante.

"Sí se barajó en esos encuentros que existen dos líneas que podrían aportar mayor agilidad a la reactivación: una es la desmilitarización, esto es la destrucción y y disposición final de municiones y armamento. La otra sería la destrucción de chalecos, elementos que tienen una vida útil de 5 años, por lo que entonces se destruyen, además del eventual reciclaje de la tela con la que se rellenan", indicó la dirigente azuleña ante este Diario en referencia a las dos posibilidades de orientaciones laborales más mencionadas para poner en marcha nuevamente el lugar.

Estos dos proyectos no son excluyentes. O sea, que podrían funcionar a la par. Y también hay otra iniciativa que viene sonando, y que la dirigente sindical prefiere poner en potencial. "Habría -acentuó- una tercera línea que tiene que ver con el cultivo y producción de cannabis medicinal. Porque Fabricaciones Militares está sentado en una mesa del Ministerio de Salud. Es una posibilidad, pero todavía no hay nada nada confirmado", aclaró la sindicalista, convencida de que "hay buen diálogo" con las autoridades y que "se han comenzado a resolver cuestiones menores".

Durante la semana pasada, el presidente de ese organismo dependiente de Defensa, el doctor Iván Carlos Durigón, sugirió que "ya estaría lista la auditoría que quieren realizar en la fábrica. Y desde nuestro lugar, impulsamos que nuestros compañeros, trabajadores y ex trabajadores, puedan acompañar ese procedimiento, ya que ellos conocen a la perfección la planta. Ese es un punto de acuerdo" entre las partes.

  • Desde enero de 2018, Fanazul quedó con 16 empleados: algunos estaban en planta permanente y otros tenían fueros gremiales. La gremialista detalló que "en función de los proyectos nuevos se tienen que empezar a acomodar" las instalaciones.

Sin embargo, la mayor preocupación sindical pasa por "la reincorporación de trabajadores para empezar a poner en valor la fábrica", de lo que surge que se trata de reponer los puestos laborales de quienes resultaron despedidos hace un año y medio. "Todavía no tenemos idea de la dimensión que cobrará la planta una vez reabierta", y con ello, tampoco se puede deducir cuántos serán los trabajadores requeridos para impulsar la producción. "Pelearemos por cada puesto laboral de los que quieran volver", sentenció.

Un dato alentador es que en los últimos días, el mismo presidente de Fabricaciones Militares confirmó en la mesa de negociaciones que "hay vehículos reservados, en Villa María, para ser enviados a la planta azuleña: uno de ellos es un micro que se utilizó para los traslados hasta ese 28 de diciembre, cuando se lo llevaron" y remató con que "a pesar de lo lento que pudiera parecernos, todos son buenos indicios".