Los 12,5 millones de bonaerenses habilitados para concurrir hoy a las urnas tendrán la responsabilidad de definir una de las peleas electorales más importantes de la jornada. Es que aunque son 9 las listas habilitadas, toda la atención está puesta en la disputa entre las fórmulas que componen María Eugenia Vidal y Daniel Salvador por un lado, y Axel Kicillof y Verónica Magario por el otro.

La disputa bonaerense tiene una particularidad esencial: aquí no hay segunda vuelta, el gobernador se elige sí o sí el 27 octubre, aunque la diferencia a favor de uno u otro sea de un solo voto. Por eso, la elección de hoy, aunque formalmente no define nada -ni siquiera hay interna en ninguna fuerza- funcionará como una especie de primera vuelta, cuyo resultado influirá de modo directo en los de octubre.

Los encuestadores, que no se ponen de acuerdo en quién ganará ni por cuál diferencia, sí coinciden en una cosa: la polarización será alta, acaso mucho más que la de costumbre. Y eso, en principio y si las previsiones, siempre falibles, se comprueban, coloca a Vidal y a Kicillof como los protagonistas casi excluyentes de la contienda, seguidos de lejos por los siete  candidatos restantes.

Se presume que, de acuerdo a cómo sea el resultado, pueden activarse dos efectos contrapuestos que, a partir de los números de hoy, definan el escenario con el que se llegará a octubre. Uno, descripto por la sociología académica de los años 70, se llama "efecto del carro ganador". Implica que si un candidato aventaja a otro por mucha diferencia consigue, por eso mismo, imantar voluntades suplementarias.

El otro es más conocido, vinculado con la función política implícita de las PASO. Se trata del llamado voto útil, que se activa cuando lo que prima es la voluntad de bloquear el triunfo del candidato que no se quiere, más que el deseo de que gane el propio. Es usual en casos de alta polarización, aunque Vida y Kicillof no tienen una imagen negativa alta, el otro requisito para que se de este tipo de voto.

El perfil de ambos candidatos contiene otras claves. Vidal fue la estrella emergente de la elección de 2015 y, además de la única gobernadora bonaerense mujer que registra la historia, es la primera no peronista en intentar la reelección. Kicillof, protagonizó un fenómeno inesperado: un exministro de economía argentino con empatía natural con sectores del electorado, "K" no salpicado por las acusaciones que usualmente recaen sobre ese sector.

El desempeño de ambos estará signado por una particularidad devenida del diseño de las boletas, que pese a las críticas y los intentos de cambio, sigue siendo la vieja tira con todas las categorías pegadas, desde la presidencia hasta los consejos deliberantes. Por eso, el efecto "arrastre" de Macri a Vidal o viceversa y de les Fernández a Kicillof, será muy importante en el resultado bonaerense.

Hay vida allí afuera

Claro que más allá de los dos contendientes principales hay una oferta importante. Consenso Federal lleva al médico -y ultramaratonista- bolivarense Eduardo "Bali" Bucca. Ese espacio había arrancado con alta expectativa allá por marzo el pase de Miguel Pichetto y Sergio Massa al FdT, terminó por desinflarlo. Igual, rankea como uno de los mejores terceros y la expectativa está puesta en cuánto del voto de Roberto Lavagna, el candidato a presidente.

Otra de las particularidades de esta elección es que José Luis Espert, el economista ultra liberal, no tendrá representante propio en la pelea por la gobernación provincial. Es consecuencia de la comedia de enredos que se dio con el retiro de su frente, Despertar, del partido Unir, de Alberto Aseff, sobre el filo del cierre de listas. Espert consiguió superar la jugada, pero la justicia no permitió que Guillermo Castello, el candidato bonaerense, se presente.

En  el otro extremo del arco ideológico, el Frente de Izquierda, que esta vez consiguió agrupar a la mayor parte de las expresiones usualmente atomizadas de ese espacio, empuja la postulación de Christian "Chipi" Castillo, un sociólogo y profesor universitario que ya fue diputado provincial por ese espacio. Tiene, en principio, mucho mejores chances de alcanzar el piso de votos mínimo que Martín Bayón, el candidato del Nuevo Más.

Además de la crítica al sistema capitalista, esos dos candidatos comparten la aceptación de la legalización del aborto. El rechazo a esa posibilidad es el principal argumento del Frente Nos, que comanda a nivel nacional al ex funcionario macrista Juan José Gómez Centurión y en la provincia a Gustavo Alvarez.

No es la única expresión "próvida" pura: María María Concepción Macaione, del Frente de Organización Democrática, una empleada municipal de La Plata, representa casi directamente a la Iglesia Adventista. Casi desconocida, Macaione no tiene candidato que la represente a nivel nacional. Lo mismo le pasas al excarapintada Santiago Cúneo, el candidato del Partido Republicano Federal cuestionado por sus expresiones antisemitas. Cúneo, que lleva al encarcelado exministro de Planificación Julio De Vido como primer candidato a diputado nacional, fue el candidato bonaerense de Guillermo Moreno hasta que el exsecretario retiró su postulación.

Finalmente, el economista Leonardo Bariani, líder del Partido Nacionalista en la Provincia, es el candidato a gobernador del Frente Patriota, que postula para la Casa Rosada a Alejandro Biondini, quien se hizo famoso por sostener posturas neonazis de las que luego se despegó.(DIB)