Nació en pandemia y el año pasado impulsó distintas iniciativas que terminaron por delinear lo que es hoy la organización. Se trata de "Aprender para ser", un espacio que va camino a consolidarse y que hace eje en el abordaje integral de las familias en situación de vulnerabilidad.

Aún en proceso de formación, los integrantes de la organización dieron vida a campañas como "Abrigar" que el año pasado tuvo una muy buena respuesta de la comunidad y se reedita ahora a modo de colaboración con las decenas de tejedoras del Tejetón Solidario.

¿En qué consiste? En reunir lana o ropa de lana que ellas puedan destejer para confeccionar las mantas que cada año destinan a familias e instituciones de Olavarría. Las personas que deseen colaborar pueden hacerlo en el Diario El Popular (Vicente Lopez 2626) o en la dirección del jardín San Antonio (Ayacucho 2414). La campaña estará en marcha durante todo este mes. 

Aprender a Ser es coordinado por Silvana Colman y Andrea Ravettino, quienes decidieron unirse luego de emprender un camino juntas en Red Solidaria durante algunos años.

"La iniciativa nació después que di un paso al costado en Conin", contó Silvana Colman en referencia a su trabajo en Olavarría para esta entidad que tiene como eje abordar la desnutrición infantil. 

"Mi idea siempre fue abordar las familias en situación de vulnerabilidad, por consiguiente la niñez", de allí que se viera reflejada en Conin. Pero, era necesario tener una bajada local y en ese camino "pensé que era mejor desprenderme y crear una agrupación que no dependiera de un nivel central", explicó.

Y agregó que "la idea siguió siempre latente hasta que decidí armar una organización propia y que dicha organización tuviera como base el abordaje integral a las familias en situación vulnerable".

El pilar de esta organización hacen eje en María Montessori: educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, psicóloga, feminista y humanista italiana que revolucionó la pedagogía. "Ella decía que la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y el futuro de la sociedad". 

La metodología Montessori comenzó en Italia con el aporte de sus experiencias con niños en riesgo social. Basó sus ideas en el respeto hacia los niños y en su importante capacidad de aprender. "Los consideraba la esperanza de la humanidad, y dándoles la posibilidad de utilizar su libertad a partir de los primeros años del desarrollo, el niño llegaría a ser un adulto con capacidad de hacer frente a los problemas de la vida".

Este abordaje "es para mí muy interesante porque creo que una familia en situación de vulnerabilidad atraviesa un contexto donde es necesario abordar distintas causas, no desde una sola perspectiva sin desde varias, en forma integral teniendo en cuenta los derechos a la educación, a la alimentación, a la vivienda digna, etc. porque creo que los jóvenes y adultos que tenemos depende de los niños y niñas que tuvimos. Por consiguiente, la niñez que hoy tenemos serán los próximos adultos que tengamos y el derecho a vivir en igualdad de condiciones es algo irrefutable".

Algunos proyectos

 No es la primera vez que Silvana Colman y Andrea Ravettino emprenden juntas un camino solidario. Se conocen desde hace unos siete años, cuando Andrea formó un grupo solidario denominado "Por un vaso de leche" y Silvana coordinaba una propuesta similar desde Red Solidaria que se llamaba "Por una nutrición mejor" y a través de la cual se buscaba sumar socios cuya cuota mensual fuera un litro de leche larga vida o un kilo de leche en polvo.

Hace un tiempo volvieron a reunirse después de concretar distintas campañas por separado. Así, dieron vida a esta iniciativa que llamaron "Abrigar" que comenzaron el año pasado y que tiene su segunda edición este mes. 

La propuesta que marcha a bien ritmo en la ciudad se extenderá durante todo el invierno. "Ayudamos a las familias que llegan a nosotras, que nos conocen hace mucho y a otras nuevas. Por eso armamos una red de instituciones que asisten a personas que se encuentran en una situación vulnerable".

El año pasado también acompañaron el proyecto de la antropóloga Silvia Boggi denominado "Bichos, yuyos y otras yerbas" donde se convocó a la comunidad a participar informando de hierbas, yuyos e insectos presentes en su entorno. "Nosotros invitamos a los jardines Belén y San Antonio, que fueron al Bioparque La Máxima y vivieron una experiencia muy linda", recordaron.

En cuanto a la colecta, con lo recaudado el año pasado pudieron llegar a siete barrios de la ciudad y ahora esperan multiplicar la llegada. "La gente colabora muchísimo así que estamos más que contentas", sintetizaron quienes ya piensan en nuevas iniciativas como el cine itinerante que piensan llevar a barrios y escuelas vulnerables. 

Así, con objetivos variados, lo que busca la propuesta es llegar a los diferentes barrios a partir de un trabajo que sea interinstitucional "y con la dinámica de proyección de cine". Para ello, "estamos en contacto con las familias en situación de vulnerabilidad y desde ese lugar vamos a poner en acción nuestros objetivos".