¿Cómo se entrena un jugador de esports?
El primer torneo de videojuegos del que se tiene conocimiento se realizó en la Universidad de Stanford en 1972. Casi 50 años más tarde, Matías Duette, del Club Huracán esports, y Martín Fernández Blanco, del Stone Movistar Esports Team, describieron la actividad que tiene a Argentina como el tercer mercado más grande de deportes electrónicos de la región, detrás de México y Brasil.
El sueño de ser gamer profesional encierra una trampa porque la industria de los deportes electrónicos es mucho más diversa en perfiles de lo que suele retratarse. Además de tener habilidades en videojuegos, un jugador profesional de videojuegos cumple una rutina de entrenamiento, trabaja en equipo, analiza las partidas y se prepara física y psicológicamente.
A eso, se suma la presión de que todo transcurre en una de las industrias del entretenimiento con mayor proyección y, por el mismo motivo, más atractiva. Según datos de la consultora Newzoo, Argentina es el tercer mercado más grande de deportes electrónicos de la región, detrás de México y Brasil. Sus cifras pronostican que para fines de este año los ingresos globales alcanzarán los 1.100 millones de dólares y aumentarán un 14,5% respecto a 2020. Al mismo tiempo, la audiencia mundial superará en un 10% a la registrada el año pasado y se acercará a los 729 millones de usuarios.
Los deportes electrónicos parecen mirar al futuro pero la disciplina, una de las ideas base de los deportes tradicionales, opera de manera similar. "Entrenamos de lunes a jueves de 10.30 de la noche a 12 o 1 de la mañana", cuenta a Télam Matías Duette, jugador y manager del equipo de FIFA del Club Huracán esports. "Como la liga no se juega todos los días, revisamos cosas en las que el equipo está flojo, marcamos situaciones puntuales a cada jugador, lo que necesitamos que haga", explica y compara con el fútbol tradicional, "nosotros necesitamos que a tal jugador no le coman la espalda, que el 9 haga tal movimiento… Eso se practica como en el fútbol real, por repetición, es plantear un movimiento y hacerlo hasta que salga de memoria, sin pensarlo".
En el equipo de CS GO (Counter Strike Global Offensive), el juego de disparos en primera persona, que dirige Martín Fernández Blanco también hay horarios fijos de entrenamiento y se adaptan a un calendario que incluye ligas y torneos relámpagos. "Generalmente arrancamos a las 2 de la tarde y hasta las 4 hacemos táctico. Si falta más táctico, suprimimos la práctica que va de 4 a 8", detalla a Télam Martín. Y agrega, "Yo grabo todos los entrenamientos y grabo las 5 cámaras de los chicos a la vez, así después las vemos todos juntos, analizamos muchísimo el juego, miramos las demos de los mejores del mundo, entendiendo cómo piensan y por qué toman cada decisión para nosotros así tener la capacidad y la herramienta para elegir qué es lo mejor en cada caso".
Stone Movistar es el equipo de esports del tenista Diego Schwartzman. En su presentación oficial el 15 de diciembre de 2020, también lanzó una academia de entrenamiento y formación para aspirantes a gamers. Consultado sobre la conformación del equipo que dirige y los asistentes con los que cuenta, Martín explica que en CS GO "se necesitan excluyentemente 5 jugadores para competir, y el siguiente puesto es el coach, DT o sexto jugador" que se puede desempeñar como suplente cuando, por ejemplo, la conexión a Internet le falla a un jugador "titular".
"Luego de esas posiciones se busca tener un analista, que puede ser editor también, y colaborar con la parte táctica que hacemos con los chicos". Además, el equipo está asistido por un psicólogo deportivo, "es importante que tenga lenguaje pertinente al rubro y juego en particular, porque es difícil resolver problemas cuando no tenés el léxico o la jerga necesaria", aclara Martín. Por último, hay un kinesiólogo y un profesor de estiramiento que preparan rutinas adaptadas, "nos juntamos lunes, miércoles y viernes durante una hora, media hora; a veces en clases teóricas para aprender conceptos de estiramiento y cómo relajar los músculos", cuenta.
Martín destaca la importancia de todos estos roles: "Hay chicos que juegan tirados para adelante, otros sentados, y al estar tantas horas es importante mantener la postura, cuidar el cuerpo, del mismo modo que con un psicólogo, la mente". Finalmente, al equipo lo completa el director deportivo, "una persona que tiene diálogo con los entrenadores como para hacer el seguimiento, tiene una mirada neutra", agrega.
El equipo de esports de Huracán surgió en 2018 por iniciativa de Matías Duette, hincha del club, jugador de esports y actual manager del equipo de FIFA. Matías empezó a jugar a los 16 o 17 años de manera competitiva y participaba de torneos de socios que una página partidaria del club organizaba. "En ese momento me entero que va a salir la primera Super Liga de FIFA en Argentina, y cada club tenía que tener un representante porque sino te iban a asignar uno, y dijimos `qué mejor que sea alguien hincha y socio del club", relata Matías.
Ahí mismo se puso en contacto con quien administraba la página partidaria, -que actualmente también es manager- para presentar un proyecto juntos. "Así es que Huracán empezó a competir en videojuegos, sin un área, sin nada, era el chico que hacía de manager y yo que era el jugador", subraya. Hoy, Huracán reúne a cerca de 50 jugadores de videojuegos como FIFA, PES y Counter Strike. Él y su compañero con el que presentó el proyecto, son los directores técnicos y cuentan con gente que los ayuda. "Somos las figuras que ponen orden para ir llevando los planteles, la voz de mando para ir llevando las líneas de comunicación y trabajo".
En el caso de Martín Fernández Blanco, su interés por los videojuegos y particularmente por el Counter Strike, surgió cuando los torneos se jugaban en cibercafés. A comienzos del 2000, los ciber estaban en auge porque comprar una computadora no era tan accesible y pocas personas sabían cómo armarlas para jugar. "Conocí el juego por Facu Minimal, un amigo de la primaria que ahora está jugando en River", cuenta Martín y agrega "me llevó a un cyber por primera vez, empecé a olfatear todo esto y me explotó la cabeza".
Los torneos
En los torneos organizados en los ciber, el rol de Martín era el del sexto jugador "jugaba cuando alguien faltaba, no me metía en el ego de los jugadores y simplemente me dedicaba a acompañarlos a los torneos, charlar, hacerles masajes, llevarles un agua, escucharlos, potenciarlos". Todo lo que aprendió de manera amateur, lo aplica hoy en su trabajo como DT de esports, al que llegó después de renunciar a un trabajo de oficina y hacer un breve paso por el póker online. "Muchos de los chicos que conocí en 2015, son amigos y hoy triunfan en algo en el que todo el mundo se quiere meter", cuenta Martín y agrega, "a nosotros nos salía fácil cuatro veces más los viáticos que el posible premio -que muchas veces no ganábamos o lo organizadores no pagaban- y sin embargo la comunidad sigue siendo algo que los esports tienen y tenemos que seguir cuidando".
Matías también destaca el sentido comunitario de los videojuegos, desde el club al que pertenece, "tengo pibes de 14 o 15 años que si no hacen la tarea no pueden entrar a jugar y estamos todos haciendo la tarea con ellos", detalla Matías. También cuenta que hay chicos que no pueden comprar un juego "porque no tienen la guita y el club se los da". Además, destaca que para los clubes, los equipos de esports permiten alcanzar "a una masa societaria que quizás no podés atraer con un deporte convencional" y finalmente, "que un chico que no puede, por cualquier motivo o discapacidad, practicar algún deporte, se pueda acercar a un club y abonar una cuota social para hacer un esports".
El primer torneo de videojuegos del que se tiene conocimiento se realizó en la Universidad de Stanford en 1972, cuando cinco estudiantes se enfrentaron en el juego Spacewar para ganar una suscripción de la revista Rolling Stone. Pero fue recién en los inicios de este siglo que los esports comenzaron a consolidarse como deporte, con jugadores profesionales, equipos que los contratan, sponsors que los patrocinan, torneos que los reúnen para competir y transmisiones en vivo.
De la misma manera que muchas personas miran por televisión un partido de fútbol, muchas otras miran las partidas de videojuegos por streaming. Incluso, esta disciplina ya llena estadios en la actualidad y el pasado sábado 30 de octubre, se inauguró en Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Pirámides Stadium, uno de los primeros estadios gamer de Latinoamérica.