"Como todos los años hacemos solo mantenimiento y dos días a la semana con horario para devolución y retiro de libros, lunes y miércoles de 10 a 12 y de 18 a 29. Regamos, cuidamos, reponemos y estamos disponibles para el que quiere llevarse algún librito para la semana", cuenta la docente.

La realidad, similar a todo el 2020, se determina día a día y sin margen para hacer planes. "Habilitamos a medida que se puede, como hicimos todo el año pasado. Semana a semana vamos adaptándonos y vamos publicando en Facebook y en Instagram".

Eso sí, el covid jamás freno las ganas de hacer, de proyectar, de sembrar. El Proyecto Pilar es un ejemplo. "Es una propuesta al aire libre, pensando en los chicos que más se bancaron el tiempo de aislamiento, sin jugar, sin sus compañeros ni sus amigos. Siempre estuvo la prioridad comercial o el movimiento económico y los chicos en segundo plano", analizó Fernández.

Hacer y cuidar

En la biblioteca del Parque Eseverri resulta innegociable "el derecho a jugar y el derecho como niños y niñas". La iniciativa fue aprobada por unanimidad por el Concejo Deliberante y apunta a que la hectárea de parque donde está anclada la institución sea un lugar dedicado a la infancia. "Un espacio seguro, para jugar con propuestas, en el parque publico que habitamos, donde hacer actividades al aire libre, con distanciamiento y uso de barbijo", explicó Andrea Fernández.

Allí idearon un parque temático infantil, con jardines, esculturas, juegos sonoros y de aventuras. Sólo lo pudieron desarrollar en parte, porque los recursos no abundan. "Vamos reciclando, haciendo, recibimos donaciones. Hicimos el jardín para mariposas, tenemos un espacio sensorial, con cartones con braile, pensando en estimular el sentido olfato y el tacto, para el disfrute de personas no videntes y trabajamos con la Escuela 505", detalló con entusiasmo la docente.

En esta cruzada sumaron a dos colectivos de muralistas para salir al encuentro de un espacio de arte, de color, con jardines, para jugar. "El Jardín 901 se sumó porque tienen una propuesta de juegos en espacios públicos y pintaron una rayuela e hicieron recorridos en playón", graficó.

Queda pendiente la construcción de juegos de escalada y de trepado. La última tormenta de viento fuerte de diciembre les jugó una mala pasada. "Necesitamos una poda de riesgo periódica, que el Municipio ponga los árboles en condiciones. Cayeron ramas y árboles y ese sector se volvió peligroso. Vamos a hacer pausa y seguir interviniendo pero solo frente a la Biblio donde pusimos el barrio para duendes y buzones donde los chicos y chicas nos dejan cartas. La única parte segura es esa".

Otro reclamo es la iluminación y el cuidado en la circulación de vehículos que trabajan en el parque. "Pedimos una restricción, que utilicen otro ingreso porque los chicos se merecen que tengamos este cuidado y les regalemos un sector donde jugar seguros y tranquilos, que pensemos primero en ellos", enfatizó la docente.

En los planes de corto plazo, se proponen instalar el sector de Tambores y Sonidos, que "es un espacio permanente y pedimos e involucramos a la comunidad que nos ayude a cuidarlo. Hay mucho esfuerzo y recursos, donaciones. Es un espacio pensado para todos y tenemos que acostumbrarnos a cuidar lo público entre todos", argumentó Andrea Fernández.

En trámite

En ese pequeño gran refugio que es la Biblio, "lleno de flores y plantas que regamos para que haya mariposas y colibríes, pusimos un banco nuevo y les pedimos a todos y todas que no ayuden a cuidarlo. Ha sido un año de mucho trabajo y de reinvertarnos y esperamos continuar este proyecto", reflexiona la referente de la institución que interactúa con entidades y colectivos.

"Cada uno suma desde su lugar pensando en el derecho a jugar de todos los niños y niñas de nuestra ciudad. Pudimos trabajar mucho puertas adentro y seguimos ingresando libros".

Tras lograr la personería jurídica, lograron ingresar al listado de bibliotecas populares que reciben un subsidio municipal. "Lo invertimos en pintura y estanterías", contó con alegría Andrea, que acompaña el crecimiento de ese espacio que hoy tiene 5500 libros.

Finalmente, recordó que "seguimos tramitando el reconocimiento en la Provincia y ante la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). Tenemos presentada la documentación, la gestión está en proceso y eso nos permitirá comprar libros. Estamos muy ansiosos".