Rodrigo Fernández // rfernandez@elpopular.com.ar

La primera vez que Matías Acosta se subió a un escenario fue en el Teatro Municipal de Olavarría. Desde aquel momento han pasado varios años. Pero fue en ese instante, cuando vio las butacas del espacio teatral, que entendió que eso era lo que quería hacer de ahí en adelante. Luego fue salir a buscar oportunidades. Pasó como cantante por la pantalla de Canal 9, luego fueron algunas obras infantiles y finalmente pudo unir la actuación y el canto sumandose a un musical. En enero pasado debutó en "Hello, Dolly", un espectáculo que destaca en la cartelera de la calle Corrientes y con el cual espera venir a Olavarría para cerrar el círculo en el primer escenario que pisó.

"Vengo trabajando en el teatro musical desde hace 4 años y se dio la oportunidad", cuenta y señala que la obra se iba a hacer durante el 2019 pero por problemas económicos se pasó para este año.

"Como muchos colegas tuvieron que irse a otras obras para poder trabajar, volvieron a hacer audiciones y justo uno de los roles que audicionaba era el de mi papel", comenta. Fueron 16 chicos los que se presentaron para el papel de Ambrose Kemper, un joven artista que quiere casarse con la bonita Ermengarde.

"Mi personaje es un pintor pobre, muy enamorado, que se quiere casar con la sobrina de un viejo tacaño. Entonces tiene que tratar de convencerlo de que puede casarse con su sobrina", explica.

"Me parece que es un muy buen personaje porque tiene muchas contradicciones, como que está enamorado pero tiene miedo y tiene que enfrentar igual al viejo".

"Lo que me costó, dice, fue encontrar el lenguaje de la obra. ´Hello, Dolly´ es una obra de teatro musical clásico, es una comedia musical con todas las letras entonces ponerse a la altura de las actuaciones que pedía como estar un poco más arriba". Es por ello que remarca que hasta encontrar el código que necesitaba le costó un poco. Sobre todo teniendo en cuenta que sólo tuvieron un mes y medio para ensayar.

"Fue bastante difícil la primera parte porque encima mi personaje es el que va a buscar a Dolly a Nueva York para llevarle a Yonkers, entonces abre la obra y los primeros ensayos ya tenía que estar con el personaje un poco visto" afirma.

Para tratar de acelerar el proceso, "lo que hice fue empezar a ver las versiones de Estados Unidos, la de México, como buscando qué era lo que hacían los Ambrosios de otros lados"

Llegar a un personaje

"Creo que todos los personajes llegan porque uno tiene que aprender algo de ellos y éste capaz que lo que más tengo en común es que es mandado. Una vez que está decidido lo hace, que es pasional y es artista. Tiene la mirada del artista", describe.

"Es una de las primeras obras que me contratan para bailar. No soy bailarín, si bien estoy estudiando, hay un cuadro solo que es el de cuando mi personaje tiene que ganar una polka, entonces es como un gran desafío que me hayan contratado para actuar y bailar. Casi siempre es actuar y cantar, que es en lo que más me defiendo, pero esta vez es bailar. Me permite encontrar esa faceta y disfrutar desde ese lado el baile y la expresión artística" asegura.

Por las dudas aclara que en el casting le tomaron una prueba de baile y es por eso que señala que no es que no sepa bailar, ya que desde hace tres años hace ballet y danza jazz sino que "soy maleta lo único" y se ríe.

"Tengo técnica pero no soy bailarín entonces fue un desafío pero en la audición tuve que bailar contra gente que eran bailarines".

La primera vez

"La primera que actué fue acá en el Teatro Municipal", recuerda con precisión sobre aquella época en que se juntaba con amigos con los que compartía la misma pasión artística.

"Estábamos haciendo una obra y faltaba un actor y me preguntaron si quería actuar. Yo sabía una canción para la obra y ahí me animé a actuar y empecé a descubrir que era lo que me gustaba".

Ya en Buenos Aires "estaba buscando carreras para perfeccionarme y encontré la Licenciatura en Actuación en la UNA, me metí ahí y descubrí que lo que realmente quería hacer en mi vida era ser actor". Tenía sólo 20 años y el camino hacía la Ciudad se lo marcó la oportunidad.

Su paso por "Dos al éxito", un espacio dentro del programa de canal 9 "Tu mejor sábado", luego de presentarse a un casting abierto. "Una vez lo vi en la tele y me mandé y entré".

El año posterior se quedó para estudiar teatro musical y luego llegaron las audiciones.

"Ese año arranqué a trabajar en dos espectáculos infantiles. Fue como todo muy rápido", dice y se ríe.

Para Matías un poco tuvo que ver con la exposición de la televisión y otro poco porque "quienes nos preparaban vocalmente en el programa tienen escuelas de teatro musical y entonces fue como un camino, una puerta".

"El programa era de canto y acá estaba estudiando con Adán Trimigliozzi. Me dedicaba a cantar y actuabamos para crecer un poco artísticamente".

Hasta que llegó el momento de unir el canto y la actuación en el teatro musical. Luego "fue empezar a perfeccionarme para poder trabajar bien en la comedia musical. Estudiar canto con todas las posibilidades que tengo que tener como cantar más clásico, rock, Empezar a perfeccionarme para poder trabajar en todas las áreas del teatro musical".

En la calle Corrientes

En noviembre arrancaron los ensayos de "Hello, Dolly" y desde enero está en cartel en el Teatro Ópera. Hoy en día es un éxito del que es parte el olavarriense.

Cuando se lo consulta acerca de las posibilidades de ingresar en el ambiente de los musicales explica que "es cuestión de ir trabajando, de ir perfeccionándose, de ir conociendo gente. Lo que es dificil a veces es meterse en el circuito comercial que no siempre trabajan los mismos pero en la mayoría de los casos llaman a la gente en la que confían".

Es por eso que desde su punto de vista "está bueno generar un buen trabajo para que empiecen a confiar en uno".

Sobre el director de la obra, Arturo Puig, dice que "tiene una linda mirda, aparte él hizo mi personaje en el 69''. Entonces tenía una idea de mi personaje distinta y me fue llevando como él había contado el cuento aquella vez y fue un lindo viaje".

Aunque reconoce que cuando le contó "me agarró un poco de cosa porque era mucha presión".

Hoy, la mirada del director no le genera ningún tipo de tensión. "A veces es mas fuerte la mirada de Lucía Galán, Dolly en la obra. Ella es muy prolija en todo lo que hace y por eso uno tiene que estar a la altura de su nivel", dice.

En cuanto a la relación con los demás actores cuenta que "son todos piolas. Me soprendí de encontrarme con buenos compañeros de trabajo. Están todos ahí y entienden que uno está trabajando como ellos y que que capaz que no tuvieron la exposición que tuvieron ellos pero que igual somos todos colegas".

La buena onda es importante para subir al escenario porque "se ve la unión, el grupo", afirma.

"Hello, Dolly" con Lucía Galán en el papel principal hasta el 18 de marzo, luego su lugar será ocupado por la actriz Karina K. "Después no sabemos. Capaz que hay gira y hay que rezar para que sea", dice entre risas.

"Ojalá llegara a Olavarría, sería un orgullo y mucha emoción estar en el teatro de mi ciudad y haciendo esta obra sería una locura". También una forma de cerrar un circulo que comenzó cuando tenía 17 años y un poco por azar.

"Hair": una experiencia teatral que sobrepasó el escenario

Poco antes de subirse al escenario con "Hello Dolly", Matías participó de "Hair". Fueron sólo tres meses en cartel pero él aseguró que les cambió la vida a todos aquellos que participaron.

"Fue una obra hasta ahora la más importante a nivel personal", dice y comenta que "en el 69'' se hizo con Valeria Lynch, el Negro Rada, audicionó tambien Spinetta pero no quedó".

"Tuvimos una reunión antes con la gente que ya la había hecho y nos dijeron que nos iba a cambiar la vida. Nosotros no les creímos porque éramos todos actores que ya veníamos trabajando y dijimos bueno qué tanto nos puede cambiar".

Poco tiempo después pensaba todo lo contrario. "La verdad es que sí, nos cambió. Éramos 30 actores en escena y todos nos unimos como una tribu" afirma y agrega que "hubo un trabajo de unión, antes de empezar los ensayos, de movimiento armónico, de meditación grupal y terminamos la temporada todos unidos como un grupo".

Tanto así que hoy en día Matías continúa teniendo ese mismo grupo porque la obra los unió definitivamente.

"Eran dos horas y media que estábamos arriba del escenario en 1968 en Nueva York siendo hippies. Era una locura. Tres días a la semana que te desconectabas y te ibas".

"Fue una obra increíble. No pensábamos que se iba a poder con tanta gente, en la época actual pero sucedió" señala y dice que "siempre, con todos los que hablamos que han hecho esta obra les pasó lo mismo. Es increíble".