Daniel Lovano

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Ningún peso tiene en esta cuestión la elección del salón, su decoración, la contratación del DJ, la entrada, plato principal, el postre, la torta, la mesa de dulces, la bebida para el brindis, el cotillón y varios etcéteras.

Cumpleaños de 15, casamientos, la noche de los egresados, celebraciones por el ingreso a una nueva década en la vida, hasta los mismísimos eventos empresariales, y otras fiestas siguen trabadas en Olavarría -a pesar de las sucesivas aperturas que se fueron produciendo a lo largo de la pandemia-, por una única razón: la prohibición de hacer bailes.

"¿Quién va a querer hacer una fiesta sin baile?" se preguntó Mónica Hernando, una de las principales "event planner" de la región.

Hace poco más de una semana el gobierno de la provincia de Buenos Aires habilitó la realización de eventos sociales, culturales, artísticos, cumpliendo con un aforo de hasta el 70% de la capacidad habilitada, con el límite máximo de mil personas, y respetando un estricto protocolo.

Ello no aplica a las tradicionales reuniones sociales mencionadas más arriba, según Mónica.

"De las fiestas no volvió nada, porque lo que permitieron fueron los eventos de campaña. Así lo que lograron con estas 1000 personas al aire libre, sin baile, con todas las medidas protocolares, que con toda la venta de campaña empiece a hacerse de acá a noviembre nadie va a poder decir nada porque estaban autorizados" comentó.

"¿Quién haría un casamiento sin baile? ¿Un cumpleaños de 15 sin baile? ¿Una fiesta de 40, 50, 60? Salvo que se trate de familias que profesen religiones que no los permiten, nadie lo va a querer hacer" opinó.

"Al estar restringido el baile, las nenas no quieren hacer la fiesta de 15. ¿Entonces qué hacer? Proliferan las fiestas clandestinas. Cada vez hay más, en lugares que no están habilitados, y este verano va a ser peor" anticipó.

Su única alternativa podrían ser los eventos empresariales, almuerzos para los empleados, sin bailes, con algún show, y que nadie se pueda parar.

"No es nuestro fuerte, que son los casamientos y cumpleaños. Un casamiento, hasta las 3 de la mañana y sin baile, ¿qué hacemos? Eso puede quedar para un bar, que a las 12 levanta todo y bailan. No para nosotros" recalcó.

"Pensábamos que con la vacunación nos iban a permitir más, pero no. Salvo que salgan dentro de 15 días diciendo que como están todos con el esquema de dos dosis completo se permiten" especuló.

En 2020, en otro momento de la pandemia, los organizadores de eventos se quedaron hasta sin las fiestas empresariales de fin de año.

"Yo espero que, con esto que nos dejan hacer eventos para 1.000 personas, algunas empresas acepten hacer almuerzos sin baile para sus empleados. Vamos a ver qué dicen los empresarios. Aún no se consultó nada, y yo prefiero no presionarlas" confesó.

El duro ataque de la pandemia a las fiestas sociales vino con una crisis paralela para los propietarios de los salones.

"Más del 50% de los salones cerraron. Cerró el Social, uno de los salones más emblemáticos y tradicionales que había en Olavarría; a partir de ahí pusieron llave un montón de salones. El Social no va a volver a abrir; yo cerré mi salón y no lo voy a volver a abrir; Embajadores no sé qué va a hacer, porque ahora funciona un gimnasio y si le va mejor no creo que vuelva" detalló.

No obstante, admitió que "hoy no se puede pronosticar nada. Decir que algo va a volver es como jugar a la ruleta rusa. Una de las preguntas que más me hacen es si vuelven las fiestas de egresados y yo les respondo que sería una locura hacer ahora una fiesta de egresados" afirmó.

"Los eventos se programan con un año de anticipación, y acá las cosas cambian de un día para el otro. Con esta nueva regulación no se pueden hacer las fiestas de egresados. Por más que uno tenga 1.000 personas, no está permitido el baile y nadie va a aceptar una fiesta de egresados sólo con una cena" evaluó.