Para la murga Arrebando Lágrimas esta época del año es diferente "en este tiempo ingresa gente nueva, es un momento clave de entrada y de regreso" destacó Ariel Rodriguez y adelantó "nosotros vamos a salir a escena con alrededor de 120 personas, tenemos confirmadas presentaciones en Laprida y estamos esperando la respuesta de Tapalqué y General Alvear para terminar el 24 de marzo que termina nuestro ciclo". Ellos estarán presentes en los corsos del fin de semana del 7, 8 y 9 de febrero en Olavarría.

"Reclamamos corsos mas participativos y equitativos"

Dentro de una semana se realizarán los corsos oficiales en el Corsódromo Gabriel Antonio, Ariel Rodriguez recordó a El Popular Medios "los corsos oficiales nacieron en 2005 y desde ese año han pasado muchas gestiones municipales y nunca fuimos los más beneficiados porque las gestiones culturales responden a movimientos políticos", destacó.

Desde el 2005 con la murga Arrebatando Lágrimas "reclamamos que los corsos sean más participativos, más ricos ya que se fueron monopolizando y en algún punto hay una industria del carnaval que queremos debatir", planteó Ariel Rodríguez proponiendo además, otros cuestionamientos: "dónde están las carrozas, las mascaritas, cuánto se invierte".

"Hoy la realidad es que hay intereses creados, acá hay un detrás de escena que hay que desentramar y hay que buscarle una respuesta política para cuidar los corsos, que sigan creciendo y lleguen nuevos actores y nuevas miradas", comentó. Este año, la murga definió el nombre del espectáculo que brindarán "La Pacha, banderas de amor y de transformación".

Corsos oficiales, ¿fiesta popular?

"Lo político sirvió para que en los corsos oficiales se invierta en ciertos formatos pero de forma inequitativa, desigual en ciertos aspectos, no los deslegitimamos nunca pero sí creemos que el problema es cuando hay una connivencia, cuando son definidos por lo económico y no por lo cultural", aseguró uno de los refrentes de la murga.

La murga Arrebatando Lágrimas, que durante 2019 festejaron sus 20 años, tiene una postura clara sobre los carnavales que Ariel Rodríguez expresó a El Popular Medios "hay una necesidad de mostrar lo que pasa en ese lugar, que tienen personajes de su barrio cada institución que intenta mostrar su experiencia, nosotros consideramos que el carnaval es un fiesta popular, un lugar constructivo, reflexivo y político", destacó.

"Desde lo económico siempre estuvimos en desventaja"

"A los corsos oficiales les falta ser pensados desde otro lugar porque hay que contemplar a muchas instituciones que quieren participar " en ese escenario es el lugar "donde vos te posicionás, te mostrás e intentás seducir llamar la atención y que te vean, después le puede gustar al público o no" ya que "no es una cuestión de lujo y dinero sino de pensarlos desde otro lugar porque si uno lo piensa en términos económicos nunca alcanzaría", manifestó el murguero.

Ariel Rodriguez, integrantes de la murga Arrebatando Lágrimas fue más allá en la mirada a futuro "nos encantaría tener una noche de murga, de tablado, de escenario de teatristas" y así recordó que "nuestros carnavales, desde el año ''99 hasta el 2005, tenían esa diversidad ya que buscamos que nadie quede afuera, desde lo económico siempre estuvimos en desventaja", resaltó.

Los términos económicos son importantes porque siempre un presupuesto determina las políticas públicas aunque Ariel Rodriguez manifestó "si fuera por lo económico hubiésemos dejado de existir y tenemos una característica que a los gobiernos y al Estado no les pedimos todo hecho, simplemente que estén e cuestiones básicas", explicó.

Como artistas y murgueros "creemos que en la oficialización del corso hay que discutir los presupuestos porque creemos que la discusión los va a ser más distributivos" ya que "muchas veces hemos visto los fondos y desde nuestra murga pensamos: nosotros vemos gente con hambre entonces no es desfinanciar lo cultural pero sí es redistribuir"

Desacuerdos en el Corsódromo

El conflicto establecido en la zona del corsódromo entre los vecinos y las comparsas que tienen sus galpones en la zona del ex Ferrocarril Provincial, "vemos algunas declaraciones que nos entristecen porque hay gente que queda afuera, acá hay responsabilidad y corresponsabilidad donde en algún momento a la política le vino genial y hay que decirlo pero se van haciendo pequeños monopolios", afirmó Ariel Rodriguez.

Como grupo murguero ponen en debate la crisis de convivencia existente entre los vecinos, los grupos que ensayan, provocan ruidos molestos y el rol del municipio como mediador "nuestra mirada es que todo tiene que ser organizado y pautado, hay que buscar la manera de convivir, tenemos nuestro derecho a expresarnos, a ensayar, a tocar pero también hay que buscar ese equilibrio con la sociedad, encontrar puntos de acuerdo", esas son los dos sectores sociales "lo territorial es importante para comprender esa otredad, de pensarnos en un nosotros y no sólo acá estamos nosotros y allá los vecinos que se quejan, sino como vemos y buscamos el contacto y el entendimiento con el vecino", propuso Rodriguez en diálogo con El Popular Medios.

¿Que hubieran hecho?

Si la murga Arrebatando hubiera estado en los galpones del ex ferrocarril provincial "hubiéramos buscado el diálogo" expresó Ariel Rodriguez y contó su experiencia en el barrio Hipólito Irigoyen "nosotros ensayamos en la calle, al lado de la casa de los vecinos, pautamos los horarios con ellos y les preguntamos ¿usted qué considera, molestamos, invadimos?, y en acuerdo con ellos "usamos 4 horas semanales de percusión en un horario de 19 a 22". El acuerdo como base de construcción social evita los conflictos presentes y a futuro " tiene que ver con buscar puntos de acuerdo, el intermediario no tiene que ser la policía pero hay gente de poder que hace todo más difícil", resaltó.

"Como murga, que construye su propio pensamiento, somos una suma de individualidades y de autogestión; intentamos construir el carnaval y el arte desde otro lugar", destacó Ariel que además de ser integrante de la murga Arrebatando Lágrimas es docente y transmite con total naturalidad qué diferente seríamos como sociedad si cambiaríamos prejuicio y violencia por mirar al otro y desde algún lugar poder vernos.

Opinión sobre crimen de Fernando

El asesinato de Fernándo Báez Sosa nos atravesó como sociedad, las miradas y análisis fueron y serán múltiples: desde la política, el deporte, la familia, la seguridad pero también se puede dar una mirada desde el arte "la violencia es una cuestión social, en esa sociedad estamos todas y todos, nos tenemos que hacer cargo tejiendo otra forma de diálogo", destacó Rodriguez graficando las lejanías personales que se establecen en la sociedad "hay jóvenes y niños que crecen detrás de un vidrio en un country por ejemplo, pero otros nacemos con menos oportunidades pero siempre encontramos coincidencias: en el deporte y en el arte por ejemplo".

La igualdad es un concepto cargado de subjetividad y es ahí cuando nos preguntamos: ¿qué subyace a la violencia? "cuántas coincidencias hay en las soledades, en el desconocimiento porque el acceso a la tecnología o al deporte no quiere decir que tenga un abrazo de cariño" analizó Rodríguez poniendo un claro énfasis en lo emocional y en las relaciones, más que en lo económico y en el consumismo.

A diario mueren jóvenes en contextos de violencia y eso nos hace repensar hasta donde llega nuestra responsabilidad "es una cuestión de poder, de llevarse todo por delante, de no poder detenernos y de no poder mirar a ese otro" afirmó Rodriguez.

La preocupación debería centrarse en estar atentos y salir de lugar del ''no me va a pasar'', para Ariel Rodriguez "tenemos que intentarlo dando cariño para generar el vínculo y comprender al otro aceptándolo como quiera ser".