¿Cómo llevaron a cabo el trabajo durante la pandemia?

Se mantiene y ahora se ve mucho movimiento de obras. Si bien bajó el visado de trabajos durante la primera parte de la pandemia luego hubo un repunte y eso se nota en los visados que entran al Colegio. No es la cantidad a la que anteriormente estábamos acostumbrados, pero es igualmente una buena cifra. Apenas se inició la pandemia la cantidad bajó a cero, directamente, ya que en nuestra profesión -que fuimos de los últimos en reactivar- estuvimos sin trabajar. Fueron dos meses sin nada de trabajo y reactivamos en junio de 2020. Como Colegio, inclusive, a fines de mayo pudimos reabrir. Y en este momento hacemos encuentros o charlas distritales que se realizan por zoom. Son cursos de capacitación, por ejemplo, como manejo de computación en 3D en los proyectos de dibujo, informes de productos que envían las distintas marcas, o los materiales que son novedosos en la construcción o si una empresa quiere expresar cómo se trabaja con algún producto.

¿En qué porcentaje se fue recuperando el trabajo?

No recuperamos totalmente. Estábamos con un promedio de 10/12 visados por mes, pero a comparación de otros años hay que recordar que teníamos meses de diez o doce. Y este año -en abril- subió la unidad arancelaria y también eso hizo aumentar, pero estamos entre diez y quince visados mensuales, ya que se presentó mayor cantidad de expedientes. Dentro de todo, el trabajo se ve en la calle, se ve que hay obras.

¿Quizá la gente, durante la pandemia, se guardó el dinero y lo invirtió en refacciones o en construcciones?

Sí, es así. La construcción es una de las actividades que nunca para. Después podemos debatir los porcentajes en cuanto a si un año fue mejor y otro no tanto, pero en sí nunca para. Como mucha gente no pudo viajar y viendo que el dólar se disparaba, entonces prefirió invertir en su casa e hizo una pileta de natación, por ejemplo. En Olavarría, a fines del año pasado y principio de 2021, durante el último verano, se construyeron alrededor de 400 piscinas. Se cancelaban vuelos y hoteles, y esa plata la invirtió en comprar un terreno y agregarle un quincho, por ejemplo, o hizo una pileta. Hubo empresas especializadas en la construcción de piletas que para febrero y marzo estaban a full, y pasó el verano y continuaron construyendo piletas. También se ve mucho trabajo de obra en la ciudad, que a veces se presenta en el Colegio y a veces no. En algunos casos son reformas más chicas, como dentro de una vivienda, y hay muchos proyectos y anteproyectos en marcha para los meses que siguen. Así que dentro de lo malo que fue la pandemia, vemos que ha levantado un poco la construcción.

¿No todo lo que es obra pasa por el Colegio para ser visado?

No todo. Depende. Además no somos nosotros solos, los arquitectos, sino que también hay ingenieros y técnicos que están trabajando en la construcción, y que no sabemos. Pero dentro del Colegio hay obras que pasan y otras que no. Las que van por créditos pasan sí o sí, y hay mejoras que son pequeñas o gente que decide hacerlo más adelante, y esas no las vemos. También hay maestros mayores de obras trabajando. Es decir, estamos las tres profesiones.

¿Qué cantidad de afiliados tiene el Colegio?

Cerca de 90 en Olavarría, que incluye Laprida y La Madrid que hacen los visados en nuestra Delegación, mientras que en el Distrito hay alrededor de 400 arquitectos. Y vale aclarar que en toda la provincia estamos todos los profesionales de la construcción regidos por la misma caja, porque está instalado el mito de que el arquitecto es para unos pocos, como que somos más caros con los honorarios, y no es así. Estamos todos regulados por la misma caja, así que si alguien contrata a un arquitecto, a un maestro mayor de obras o a un ingeniero, paga lo mismo, es el mismo arancel, siempre. No somos diferentes en tema arancel. La gente cree que contratar a un arquitecto es más caro, pero no es así, en absoluto. Es el mismo aporte que se hace por cada trabajo.

¿Quizá cada profesión se enfoca de manera diferente?

En la sociedad está instalado eso. Son profesiones complementarias en realidad, ya que no somos competencia. Se contrata mucho al maestro mayor de obras quizá, porque se cree que es más barato que nosotros. Obviamente, nosotros estamos más enfocados al diseño, el ingeniero a un cálculo estructural y el maestro mayor de obras está más en obra y ejecuta, esas son las pequeñas diferencias y pasa eso en el concepto general. Somos complementarios.

¿Ustedes notan que la ciudad va creciendo hacia el sudoeste, hacia Loma Negra?

Sí, sí. Esa zona explotó, porque se está loteando y se construye mucho más que antes. Por atrás de La Pedrera, por ejemplo, está creciendo pero también está creciendo en lo que es Parque Arano ll, ubicado detrás de Parque Arano l, ya que hay un par de viviendas presentadas en ese lugar. Y todo lo que es el nuevo country, cerca de la Sociedad Rural. Pero es cierto que va creciendo en dirección de Loma Negra, para ubicar mejor. Y hay un conflicto que tienen varias ciudades y es que crece en forma plana, en la cota cero, por lo que luego hay que llegar allí con todos los servicios, tanto asfalto como redes cloacales o de gas y luz, lo que significa un problema que a futuro lo vamos a tener en Olavarría. El crecimiento ahora se está dando de manera espontánea, no es que la Municipalidad pensó que iba a ser en esa dirección para luego llevar los servicios, sino que se hacen loteos de terrenos y así la gente tiene acceso a su terreno y puede construir, pero es totalmente espontáneo. No está programado.

Aunque los costos también son distintos...

Por supuesto, en la economía de la gente se piensa que al irse más lejos del centro es más económico, por lo que se va a la perieria por así decirlo, pero genera esa conflicto ya que después hay que llevar los servicios y no es fácil. Además, construir al lado de la plaza o a catorce kilómetros de la ciudad, cuesta lo mismo en cuanto a los materiales, y la diferencia sólo está en el precio del lote. Para la ciudad, en definitiva, es costoso. Habría que ver algún plan para concentrar la construcción, ya que si se hacen edificios no muy altos de cuatro pisos, en una cuadra se concentra a alrededor de la población de una manzana. Y ahí se economiza todo lo que es alumbrado así como redes de gas y cloacas, que es mucho, sobre todo a nivel municipal.

¿Desde el Colegio están en contacto permanente con la Municipalidad, ya sea por ese tema o por otros relacionados con la construcción?

No. En este momento no tenemos un vínculo con la Municipalidad. Hace unos años así sí nos llamaron a todos los colegios para programar una ampliación de servicios en una zona del partido, y hubo estudios y evaluaciones. Era la época de José Eseverri y fue para la zona sur digamos. Y el contacto que podemos tener ahora es por los expedientes que ellos deben hacer correcciones, ya que evalúan y/o avalan en lo que pase por el Colegio. Los planos que se aprueban en la Municipalidad previamente son aprobados por el Colegio. Esa es la relación, nada más, casi profesional. El Colegio de Arquitectos siempre estuvo abierto, pero en este tiempo, sobre todo en pandemia, no nos hemos acercado mutuamente. Creo que eso es algo pendiente que tenemos, porque trabajar en conjunto es fundamental.