El desafío es institucionalizar la perspectiva de género. Y para ello, la Provincia destina importantes recursos económicos que acompañarán distintos programas que aborden y trabajen sobre la temática. Su rol es acompañar, bajar a cada territorio, trabajar con municipios y organizaciones, y atender las demandas.

"Las coordinaciones se crearon el 9 de enero del 2020 con la conformación del Consejo del Municipio dentro del Ministerio. Acá en la Séptima asumí en mayo. Llevamos un año de trabajo en un contexto especial, pero algunas cuestiones hemos podido sortear porque lo que nos dio la virtualidad es poder llegar todo el tiempo a todos los lugares y a cada una de las necesidades, aunque por otra parte en los encuentros con las compañeras nos damos cuenta que es mejor vernos cara a cara", dice.

Cazola está a cargo de la Séptima que coincide con la sección electoral e integra Olavarría, Saladillo, Tapalqué, Azul, 25 de Mayo, Bolívar, Roque Pérez y Alvear.

Su tarea principal es fortalecer las áreas género municipales, "que los equipos se puedan jerarquizar, que los espacios dentro de los municipios se puedan jerarquizar, que realmente la perspectiva de género pueda empezar a institucionalizarse dentro de los organigramas municipales y a su vez poder transversalizar esa perspectiva de género, que esas direcciones, esas secretarías y esas coordinaciones que hay dentro de los municipios puedan intervenir en las otras áreas comunales. Por eso son los órganos ejecutores de la Ley Micaela. Nosotras acompañamos ese crecimiento y esas creaciones que muchas veces hay que hacer dentro de los municipios".

En este camino, Hosanna Cazola sentencia que en Olavarría "hay una estructura municipal muy importante. La Dirección de Género que conduce Florencia Juárez tiene varios años desde 2015 y tiene un transpuesto que la mesa local pudo pelear y que se le otorgue. Seguramente tenemos diferencias con las organizaciones y con el Municipio de acuerdo a cómo deseamos que se implemente, pero el hecho que quiero resaltar es que eso está institucionalizado en nuestra ciudad, es una demanda y una lucha que han dado las organizaciones y las instituciones, y que el Estado ahora con un acompañamiento de la Provincia podemos profundizar".

Programas y recursos

Lo cierto es que la Provincia transfiere a los municipios importantes recursos para este trabajo que tiene que ver con jerarquizar y fortalecer las áreas de género que es de 500 millones de pesos. Y enumeró diversos programas.

Uno de ellos es el llamado "Comunidades sin violencia" y "hace una transferencia directa a las arcas municipales con la presentación de un proyecto que puede ser: fortalecer los equipos, es decir, sumar más recursos humanos a los equipos de las Direcciones. También fortalecer la "casas abiertas" en caso de que haya o crearlas en los casos que no haya, para destinar al transito de las mujeres y disidencias, para que podamos tener espacios comunitarios donde pensar la salida de estas violencias. Y el último que tiene que ver con la autonomía económica que -por las conversaciones que he tenido- en Olavarría han pensado en presentar proyecto sobre eso".

¿En qué haría base la propuesta? "La idea es armar articulaciones respecto a formación y crear pequeñas unidades productivas, que las compañeras puedan arrancar a hacer el trabajo y a conocer el oficio en determinados espacios que sean municipales o provinciales, eso dependerá del acuerdo que se haga, para luego poder generar su propio emprendimiento o sus asociaciones entre ellas; pero que haya un paso previo de acompañamiento al mundo del trabajo que pueda estar sostenido desde el Estado".

Las situaciones de violencia generan que la persona se aísle, una de las estrategias de la violencia es encontrarnos solas, sin recursos y sin nadie a quien recurrir. Si no tenemos un mango para tomarnos un colectivo e ir a hacer la denuncia difícilmente podamos salir de la situación", explica Hosanna Cazola.

En ese sentido, "hay otros programas que nosotras estamos acompañando en la ejecución que tienen que ver con el ‘Potenciar Trabajo’ y con el ‘Acompañar’. De hecho se está organizando una jornada para llevar esta última iniciativa a los barrios y que las compañeras se puedan inscribir".

Estos programas no solo piensan en la situación de violencia, sino que "también se piensa en el resto de las violencias como la económica, psicológica e institucional. Abarca la problemática de manera más integral y da recursos económicos, acompañado de todo este entramado que son las organizaciones e instituciones. De ahí que es fundamental trabajar en conjunto porque la persona en situación de violencia está atravesada en todos los aspectos de su vida".

La Unidad de Coordinación, Hosanna Cazola trabaja en acercar estas políticas vinculadas al fortalecimiento de las áreas género municipales. Ese es el eje fundamental, pero también lleva adelante la amplia tarea de "transversalizar la la perspectiva de género. Esto es, trabajar con las organizaciones, los clubes de barrio, los espacios comunitarios para empezar a pensar qué es esto de la perspectiva de genero, perspectiva de derechos, las nuevas masculinidades, las dinámicas de cuidado, etc. Es un laburo que nos damos más que nada desde la intuición militante con un recurso importante que nos da el Ministerio".

Del territorio a la función pública

De militante a la función pública, Hosanna Cazola cuenta que "es bien diferente" su rol, aunque en ambos se busca lo mismo.

"Lo que siempre digo es que desde el lugar de militante o de las organizaciones siempre ponemos al Estado en un lugar como que debe poderlo todo, que tiene los recursos. Hoy, estando en el Estado y conociendo las dinámicas de los municipios me doy cuenta que muchas veces hay impedimentos importantes para poder desarrollar determinadas cuestiones y que tiene que ver con lo material, pero también con lo simbólico. Nosotras hemos tenido situaciones muy emblemáticas en donde las compañeras dentro de los municipios quieren desarrollar toda una visibilización y una movida muy grande en la comunidad respecto a la perspectiva de género y hay una resistencia tan fuerte en la comunidad que tienen que frenarlo y revisarlo. Tienen que replantearlo porque hay una complejidad para institucionalizar lo que tiene que ver con género que es importante".

En Olavarría "estamos muy movilizadas. La ciudad tiene muchísimas organizaciones, muchísimos grupos de mujeres dentro de las instituciones. Siempre hay alguien, compañeras, compañeres que se abocan a la temática de género y de diversidad. Toda la avanzada que tenemos en institucionalizar respecto a la perspectiva de género también tiene que ver con esta movilización de las organizaciones y de la sociedad en general. Porque si hay algo que podemos observar es que al momento de hacer una marcha, de salir a la calle, de generar una propuesta visible gran parte de la sociedad se moviliza, no sólo quienes estamos en las organizaciones. Hay un movimiento importante no solo acá, sino replicado en la región".