Silvana Melo

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Francisco "Paco" Durañona y Vedia es senador provincial por el Frente de Todos y fue ocho años intendente de San Antonio de Areco. Un municipio a 400 km de Olavarría, poblado de la iconografía de Molina Campos, don Segundo Sombra y el campo de la 125. Integrante del Movimiento Arraigo, después de la elección publicó en Twitter un mapa de la Provincia íntegramente amarillo. Con apenas mojones azules en algunos distritos del conurbano. El texto fue provocador: "¿somos un movimiento nacional o un partido del AMBA?". Es que los votos del FdT llegaron casi exclusivamente de esos populosos centros urbanos mientras que el interior le resultó casi totalmente adverso.

En tanto Durañona convoca a reformular la propuesta del Frente ante un problema político y demográfico, otros llamaron a diseccionar la provincia. Y dejar solo a un territorio que es despreciado entre los voceros de Juntos por el Cambio. Por su peronismo y, también, por la identidad clientelar que le adjudican, sin análisis previo de la historia política y social de esa demografía de peculiaridades intensas.

"El peronismo no enamora ni genera ilusión en las comunidades del interior del país", dijo, en entrevista con EL POPULAR.

-Usted mostró en Twitter un mapa de la Provincia muy amarillo, con apenas algunos mojoncitos azules en el conurbano. ¿Qué le pasa al peronismo en el interior?

- Lo que hice fue una invitación a la reflexión y al debate. Esto no es novedad, no es que en esta elección observamos ese comportamiento electoral vinculado a la provincia de Buenos Aires. Esto viene sucediendo elección tras elección. Nuestro espacio termina dependiendo de una buena performance en la Tercera Sección electoral, un poco en la Primera, algo del Noroeste argentino (NOA) y con eso tenemos garantizada la posibilidad de ser gobierno. Dos consecuencias: el riesgo de que no te funcione el cálculo y se arriesgue todo a una geografía muy pequeña. La segunda, más importante, es la representación de nuestro frente político, que tiene como columna vertebral al peronismo en tanto movimiento nacional. Cuyos líderes siempre tuvieron una mirada estratégica nacional y regional y su doctrina se basa en la integración federal del país. Hoy las consecuencias de focalizar la propuesta, las políticas públicas y la definición de las candidaturas a esas pequeñas geografías conurbanas, reducen también la agenda y las propuestas que involucren al resto de la población argentina. Eso se refiere no sólo al resto de la Provincia, que fuera de las secciones Primera y Tercera nos ha sido absolutamente adversa, sino también al mapa nacional, donde se ve que salvo en las provincias del NOA y algunas del Noreste, en el resto nos ha ido mal. Frente a esto lo ideal es que reformulemos de manera sustancial nuestra propuesta electoral, nuestra vinculación con el interior, con la Argentina integral.

-No sólo es un problema político sino poblacional. Desde el peronismo usted propone reformular la propuesta. Otros aseguran que lo que hay que reformular es la Provincia, compuesta por el conurbano y el interior, con una diversidad de intereses y de necesidades que los separan claramente. ¿Qué piensa de quienes hablan de esta otra reformulación?

-Que se quiere poner el carro delante del caballo. Esa sería una discusión posterior. Nosotros no podemos pretender discutir la organización geográfica y territorial ni de la Provincia ni de la Argentina –a pesar de que la época nos plantea rediscutir toda la organización del país- si no tenemos incorporada la agenda con los temas que tienen que ver con el interior, con una redistribución poblacional. Hay que entender que somos un país con una altísima concentración poblacional, de las más altas del mundo, y con otro tipo de concentraciones, como la producción de alimentos concentrada en monopolios, que son uno de los problemas principales del costo de los alimentos y la inflación. No tenemos un sistema logístico robusto que tenga que ver con la geografía y la amplitud de nuestro territorio, no tenemos integradas las regiones, no tenemos a las vías navegables y los puertos como un eje estratégico en esta discusión. Antes de incorporar esta agenda es muy difícil que nos pongamos a discutir la organización poblacional de la argentina.

-El peronismo, entonces, se ha convertido en un movimiento de grandes centros urbanos. ¿Corre peligro de languidecer?

-Es lo que refleja la realidad. Tenemos una muy buena performance electoral que nos puede garantizar salir de una urgencia como la de las PASO, pero se focaliza en una superficie territorial argentina minúscula, donde vive una enorme cantidad de población. Nos hemos enamorado de esa fórmula; entonces nuestros actores, nuestros candidatos, nuestro discurso y las políticas públicas están orientadas a mantener vivo ese volumen electoral que cuando falla –como cuando en 2015 perdimos Quilmes, Lanús, Tres de Febrero- perdemos el gobierno. En términos estratégicos, el peronismo es un movimiento nacional que habla de justicia social. Que en este siglo debe ser la igualdad para el acceso a derechos para el que vive en el AMBA o en una localidad rural alejada y de poca población. Es un desafío que proponemos desde el movimiento Arraigo y desde nuestro lugar en el Frente de Todos. Es la única manera de recuperar la competitividad para el 2023.

-¿Cuántos municipios grandes, con la densidad del conurbano, hay en el país?

-De los 2300 municipios de la Argentina, el 98% tiene menos de cien mil habitantes. Y cada vez tienen menos porque hay una cuestión de desarraigo, de migración constante hacia los núcleos urbanos porque si los jóvenes quieren estudiar en una universidad en la mayoría de los casos no lo pueden hacer en el interior porque no hay una política universitaria de crear y garantizar estudios superiores en ciudades del interior. Y tenés menos del 0,5% que tienen más de un millón de habitantes. El Frente de Todos focaliza sus políticas y su caudal electoral en menos del 0,5% de los municipios de la Argentina.

-Se perdió el federalismo…

-Bueno, dejamos de ser un movimiento nacional. Dejamos de pensar en una Argentina federal, en integrar nuestras regiones, en involucrar a todas las partes.

-Usted viene de un municipio que sufre estos olvidos y que está marcado por el conflicto de la 125, mientras el peronismo ha encontrado la comodidad de apostar a los territorios más populosos, total el resto no aporta muchos votos. ¿Cuánto tiene de mezquina esa realidad?

-Mucho. Se nos hace muy difícil a los que militamos y vivimos en esos territorios poder tener un acompañamiento electoral medianamente razonable. No es solamente un lugar, sino todo el interior de la provincia, salvo alguna excepción. Pero en la mayoría no hay buena gestión ni liderazgo fuerte que pueda contrarrestar que nuestro espacio político esté tan identificado con un porteñismo conurbano. No sólo por los perfiles de los representantes más importantes sino también por las políticas públicas y la narrativa.

-Los dirigentes más importantes suelen ser porteños o del porteñismo conurbano, como usted define...

-Es que es el mismo problema. Una cosa lleva a la otra.

-Usted sufrió este problema de representación en Areco y ahora lo pone en discusión en un partido que no está muy permeable al debate. ¿Ha tenido alguna repercusión dolida de esta mirada?

-Eso es lo que menos importa. A mí personalmente no me importa. Yo soy un dirigente político y no soy un empleado. No estoy para quedarme callado. Estoy para generar debate y para expresar ideas y con la lealtad de estar haciéndolo desde el lugar donde siempre estuve, buscando mejorar, no poner en riesgo lo que considero que es la única herramienta que puede sacar adelante a la Argentina en estos tiempos.

-¿Es posible un futuro en el que se pueda planificar a largo plazo en el país –cosa muy difícil en las últimas décadas-, que se piense en una transformación territorial, en el regreso de la gente a los lugares del interior con políticas públicas determinadas?

-Es imprescindible que suceda, si queremos vivir en una Argentina que se normalice en la tercera década de este siglo XXI y que nos rehusamos caprichosamente a no dejar el siglo XX atrás y a cabalgar los temas que hoy demanda nuestra sociedad. Habrá que empujar y hacer más fuerza o vendrán nuevos fracasos. Espero que por la fuerza de la discusión podamos hacer un giro sustancial en la metodología de la construcción política del Frente de Todos.

Del interior

_NOTA

-Néstor Kirchner fue un presidente del interior. ¿Hizo diferencia?

-El tenía muy en claro la idiosincrasia del interior porque fue el único presidente que había sido intendente de un municipio del interior profundo, como Río Gallegos. Néstor Kirchner entendía claramente que la lógica de gestión pasa por los intendentes. Los gobiernos locales son clave para llevar adelante las políticas necesarias para cada comunidad. Después del 54% de 2011, se dio una conurbanización de nuestras políticas y también de los actores que ganaron protagonismo en nuestro espacio político. Llegamos al punto en el que el presidente y el gobernador de Buenos Aires son de Capital Federal, como la mayoría de los miembros de los gabinetes. No es que eso esté mal, pero da cuenta del proceso.