Por eso Sergio Aliano (57, Bragado) y Ponciano Potes (27, Olavarría), presidente y secretario respectivamente del Colegio de Técnicos Distrito VII, con sede en Olavarría y que abarca 24 localidades bonaerenses, fueron quienes contaron cómo es la actualidad de la institución y también de los matriculados, que después de los primeros tiempos de pandemia ahora están trabajando de una manera que se acerca a la normalidad, además de brindar algunas novedades importantes respecto de lo que se está consiguiendo desde el Colegio para los afiliados.

¿Cómo se está trabajando desde el Colegio de Técnicos, cuando lo peor de la pandemia ya pasó, cómo fueron manejando todo lo institucional y el desarrollo de los matriculados?

SA: Con el comienzo de la pandemia realmente tuvimos que modificar todo el sistema de trabajo. Hasta ese momento lo hacíamos en las delegaciones en forma presencial. Los matriculados tienen contacto directo con los visadores de cada localidad y prefieren esa cercanía precisamente, porque se sienten cómodos, pero a partir de ahí tuvimos que adaptarnos según las exigencias que nos bajaban tanto a nivel provincial como municipal, con limitaciones para poder funcionar. Eso nos duró 25/35 días, acomodarnos en cada localidad, y fue poco tiempo en realidad; lo que sí nos llevó más tiempo fue adecuar toda la parte informática del sistema, que no estaba tan preparada porque lo nuestro era más presencial. Se realizó desde el Distrito un protocolo de atención debido a la pandemia en cada localidad respetando las disposiciones nacionales, provinciales y municipales de acuerdo con cada localidad. Era difícil, pero lo logramos casi un mes y medio después y ya se empezó a operar de otra manera, con turnos en las delegaciones, se armaron grupos de comunicación para que el matriculado tuviera contacto con el visador y éste le informaba las novedades.

¿Han notado una caída en el trabajo?

SA: Sí, por supuesto. A nivel trabajo el año 2020 fue malísimo porque bajó casi a cero. Recién en 2021, desde marzo o abril, comenzó a reacomodarse un poco y actualmente se ve una notoria mejora en todas las localidades. Además, el gobierno nacional permitió que el trabajo se reactivara con el programa Procrear que es distinto y mucho mejor que el UVA. Con este programa empezó a moverse la actividad, se está trabajando en las localidades y avanzamos. Despacio vamos repuntando en todo lo que es construcción y esperamos que de acá a fin de año sigamos levantando el nivel, y que el gobierno pueda implementar las medidas económicas necesarias para que se pueda activar la construcción y de esa manera se encamine para que el matriculado pueda ejercer la profesión como corresponde y brinde sus servicios a la comunidad.

PP: La situación actual como institución denota que nos hemos ido entonando con la realidad que tiene el escenario nacional. Notamos -y lo vemos reflejado así porque la actividad económica lo dice- que a medida que volvemos a una cierta normalidad los indicadores nuestros van mejorando, se ve ese aumento interanual que va acompañado del contexto, medidas como el Procrear son beneficiosas no sólo para el propietario que recibe el crédito y la posibilidad de construir sino también para el profesional. En cuanto a las pymes y toda la cadena de suministros (servicios e insumos) todo eso incide en la reactivación economía. En 2020 nos reorganizamos como entidad, pero la actividad bajó notoriamente por razones lógicas pero cuando se reactivaron las obras particulares se dio un fenómeno en la gente que por ejejemplo no se fue de vacaciones y prefirió invertir, construir, hacer refacciones, poner dinero en la casa, generando una aceleramiento en la reactivación.

Hubo una readecuación de parte del Colegio y de los matriculados para volver a trabajar, y con esta incipiente flexibilización que se está viendo, ¿hay mayor optimismo en lo laboral?

SA: Sí, sí. Vemos que hay más entusiasmo. Es que estuvimos un año y medio encerrados, por lo que ahora vienen a la sede y delegaciones del Colegio con mucho optimismo a traer los expedientes de obras, respetando los protocolos, y siempre tratando de resolverles los problemas lo más rápido posible para que el matriculado sienta y vea que el Colegio cumple. Se ve que vamos mejorando.

¿Cuáles fueron los problemas que estuvieron solucionando y que están solucionando?

SA: Los problemas que más se vieron fueron por la falta de trabajo. El Colegio de Técnicos el año pasado pudo lanzar un bono para ayudar al matriculado, que fue mínimo, aunque para la institución fue mucho porque a nivel provincial tenemos más de 7.000 matriculados al día, por lo que cualquier bono que se les dé es insignificante respecto de lo que merecen. Seguro que se merecen mucho más. Otro tema fue con nuestra Caja de Previsión Social para Agrimensores, Arquitectos, Ingenieros y Técnicos. Logramos que los aumentos no fueran tan grandes respecto de los valores referenciales (para cálculo de honorarios) por lo que se fue acomodando la situación. En la parte institucional vemos mejoras y esperamos que nos vaya mejor todavía, aunque hubo meses sin recibir aunque sea un expediente, cuando normalmente había 300/350 expedientes por mes.

PP: La situación de pandemia dejó en evidencia la necesidad de reestructurarnos en lo comunicacional, nuestro Distrito tiene una gran extensión provincial y uno de los desafíos actuales es tratar de llegar a cada uno de nuestros colegas. Es importante que se conozcan cuáles son sus oportunidades, sus beneficios y que las novedades lleguen a tiempo. En ese camino estamos trabajando, en el lanzamiento de un nuevo sitio web, así como en canales alternativos y más directos.

¿Además, los técnicos dependen exclusivamente de la obra privada?

SA: Sí, totalmente. Nuestro trabajo es cien por ciento con la obra privada. Si el propietario o inversor no tiene acceso a un crédito o a ciertos parámetros que le puedan dar para poder construir, no hay forma. Nosotros trabajamos mucho con la clase media, y la clase media está muy golpeada. Tratamos de ver cómo se puede encaminar y esto del Procrear nos dio una bocanada de oxígeno importante para el matriculado, para el propietario y para nosotros como institución porque vemos la cantidad de expedientes que se manejan, que han crecido. Han aumentado entre un 40 a 50 por ciento, por lo que es una muy buena cifra.

Más allá de la construcción, se trabaja en otras áreas…

PP: Nuestro Colegio está ligado de manera directa a la industria y a la construcción, la mayoría de nuestros matriculados son maestros mayores de obras, técnicos en construcciones, técnicos eléctricos y electromecánicos, pero también abarcamos áreas en especialidades como técnicos químicos, técnicos en minería, petróleo, hidráulica, obras viales, energías alternativas, etc. La diversidad profesional de los técnicos aglomera más de 300 profesiones.

SA: Además estamos abocados a otros temas. En Olavarría venimos trabajando para la regulación de los técnicos electricistas, la implementación el CAIE, que es un certificado de electricidad que está aprobado por ley provincial y que no se cumple en todo el Distrito. En muchas localidades existe este certificado, que es una bajada de medidor a las casas; muchas veces eso no está regulado ni controlado por ningún profesional y nadie se hace responsable de eso. De la línea municipal para adentro, teóricamente se hace responsable el propietario pero consideramos que también debe haber un profesional que se haga cargo.

Los electricistas no están alineados, como sí ocurre con los gasistas...

SA: Exacto. Pero tampoco se ha dado la oportunidad para que puedan alinearse. Hemos tenido charlas con Coopelectric en lo que concierne a Olavarría e inclusive hay un proyecto sobre este tema que fue aprobado en el Concejo Deliberante, pero no ha avanzado. Por ejemplo, en el rubro del gas debe estar colegiado para pedir el medidor. Lo mismo debería ocurrir con el técnico electricista para hacer el pedido y en la bajada también debería estar la figura del matriculado. Pero por ahora eso no ocurre. La Cooperativa entrega el medidor y allí termina todo, no está la participación del profesional por lo que nadie se hace responsable ante un problema, nadie pone la firma, y hay más accidentes domésticos por un problema de falla de electricidad que por un problema de gas. En otras localidades la prestataria es EDEN y dicho certificado se cumple en algunas localidades. En otras los municipios aún no la implementan; lo vimos en algunas ciudades, por ejemplo, en Azul: hubo una falla eléctrica en una propiedad con consecuencias graves y el municipio comenzó a hacer ese control para que haya un responsable técnico en cada instalación eléctrica. Las distribuidoras de gas tienen otro seguimiento, en el que todas las instalaciones deben contar con un profesional técnico matriculado responsable de las mismas. El marco regulatorio que disponen los entes de control energético (ENARGAS Y ENRE) dan cuenta de la necesidad e importancia que implica hacer entrega de un medidor domiciliario, las distribuidoras tienen la concesión de la gestión del servicio y es importante que exista una representación técnica de un profesional que certifique las condiciones de las instalaciones internas con las que va a funcionar ese servicio.