Periodistas que participaron del 54° Coloquio de IDEA no dudaron en señalar al politólogo Andrés Malamud como uno de los oradores más escuchados en el encuentro que se llevó adelante en Capital Federal, y que contó con importantes figuras políticas y analistas de todo el país.

Malamud comenzó su disertación en el panel "Pensar la Argentina" cuestionando parte del título del encuentro, que hacía mención al "Cambio Cultural; porque, según indicó, los que se aferraron a esos intentos quisieron generalizar su propia verdad. Puso el ejemplo del "Che" Guevara y su idea del "hombre nuevo", una formulación que ya había postulado el teórico italiano Antonio Gramsci, y que tuvo otras réplicas, no solo en la izquierda, también en el fascismo. "No estoy de acuerdo con promover el cambio cultural de los demás, sí con promover mi propio cambio. O sea, en todo caso, cambiarME", dijo.

Según relató Infobae, también dijo que el problema de la Argentina no es moral, sino político, y que "la cultura no es la causa de los problemas, sino la falta de incentivos". "El que ahorra en pesos en la Argentina no es patriota, es patético", aseguró, convencido de que "si hay coimas y nadie va preso, se va a seguir coimeando. En cambio si la Justicia comprueba que hubo coimas, y vas preso, lo más probable es que dejes de hacerlo, porque sabés que podés ir preso".

Para Malamud, en este país hay que prestar atención a la poca confianza que tenemos en el otro. Y propuso pensar el problema en base al axioma conocido como "el dilema del prisionero", un tópico fundamental de la teoría de los juegos, que muestra a dos personas que buscan solo su propio beneficio y, por eso mismo, se terminan perjudicando ambas. Sin embargo, no pueden modificar su actitud.

"Por eso, yo no pienso (como el diputado Fernando Iglesias) que la Argentina se jodió con la llegada del peronismo, porque ya el Martín Fierro en 1872 hablaba de que la única que te quedaba era hacerte amigo del juez, o en el tango Cambalache, de 1934, que el que no afanaba es un gil. Hace muchos años que Argentina está jodida", dijo.

Para el investigador de la Universidad de Lisboa, Portugal, la Argentina de hoy no es un producto de la armonía de los antepasados, sino del conflicto. Y postuló que el gran desafío es aceptar que hay que "convivir con el que piensa diferente, ver en nuestro adversario alguien legítimo". "Para decirlo en un acto, sería algo así como que Fernando Iglesias se tome un café con Juan Grabois", resumió.

Consultado por el analista político Sergio Berensztein, el moderador del panel, acerca de su fórmula para el éxito de un país, dijo que "por supuesto que no la tengo, seguramente no existe, pero diría que son tres las condiciones. Primero, estabilidad institucional. Segundo, que haya elecciones democráticas. Tercero, alguien que la emboque".

Malamud compartió la mesa con el más conocido en el ambiente empresarial, Santiago Kovadloff ("yo no quiero trabajar para una Argentina que disfruten mis hijos y mis nietos, quiero hacerlo para disfrutar yo este país", fue una de sus frases más aplaudidas), la también politóloga María Esperanza Casullo ("se critica a la política y al Congreso, pero fue una Asamblea Legislativa de políticos la que sacó adelante la crisis del 2001") y la doctora en ciencias de la Comunicación de la UCA, Dulce Santiago ("los empresarios tienen que liderar la transformación cultural"). (Fuente: Infobae)